Del Campo a la Góndola incidencia de los granos en los precios de los Alimentos.

De este trabajo puede concluirse que el precio de los granos representa un porcentaje relativamente bajo del precio final de los alimentos, y por lo tanto tienen una incidencia menor en el Índice de Precios al Consumidor. La mayor parte del mismo está relacionada con otros insumos y costos, como salarios, energía, alquileres, fletes, impuestos, utilidades y otros costos de distribución.

Autor: Informacion de BCBA - 20/01/2021


Introducción
En los últimos meses se registró una tendencia alcista en los mercados internacionales, vinculada a distintos factores relacionados con la oferta y la demanda global, así como los mercados financieros, que impactó positivamente en los precios domésticos de los granos.
Este aumento del precio de los granos revivió preocupaciones sobre el impacto de los mismos en los precios de los alimentos derivados de trigo y maíz en el mercado interno. En consecuencia, se adoptaron diversas medidas de política agropecuaria con el objetivo de desacoplar el precio doméstico del internacional. En este punto resulta importante destacar que muchas de las medidas ya han sido llevadas a la práctica en nuestro país en distintos períodos históricos, siendo el más reciente el comprendido entre los años 2002 y 2015, donde se implementaron: derechos de exportación, tipos de cambio diferenciales, restricciones cuantitativas a la exportación, límites máximos de precios internos y compensaciones.

Contrariamente a los resultados esperados, las mismas no tuvieron efectos relevantes en el precio de los alimentos y el bienestar de los consumidores (Calvo, 2014); al tiempo que provocaron distorsiones que afectaron el normal y transparente funcionamiento de los mercados, impactando negativamente sobre los incentivos para producir y el bienestar de los productores. En el mediano plazo, estas medidas resultaron en menor área sembrada e inversión en tecnología, lo que provocó una caída de la producción y la oferta de granos en el mercado doméstico, y precios superiores a los registrados al momento de adoptarlas.

El caso paradigmático ha sido el del trigo argentino. Como consecuencia de los derechos de exportación y las restricciones a la exportación, los productores llegaron a recibir apenas el 50% del precio internacional. La caída en la rentabilidad del cultivo, sumada a la incertidumbre que introducían las restricciones a la comercialización, llevaron a los productores a reducir el área sembrada, especialmente en las zonas más alejadas de los puertos y con menor potencial de rendimiento, hasta alcanzar los valores más bajos de producción con 7,9 Mtn en la campaña 2009/10. Los efectos negativos sobre la oferta continuaron en las campañas siguientes, y en el 2013 el trigo argentino paso de ser el más barato a convertirse en el más caro del mundo. Durante ese año, se llegaron a negociar contratos por un valor superior a los 600 dólares por tonelada en Argentina, cuando a nivel internacional el valor promediaba los 310 dólares por tonelada.

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