Entrevista a Arturo Navarro Por Walter Edgardo Eckart y María Gloria Mena PARA CHACOMUNDO
De familia numerosa, desde muy joven incursionó en el conocimiento de los secretos de la tierra y la producción. Participó activamente en tareas gremiales afines al ámbito agropecuario y es un asesor de referencia tanto en ámbitos públicos como privados.
Autor: ARTURO NAVARRO - 28/10/2012
Sostiene que un campo de poca extensión, no es viable en la actualidad para el desarrollo de la actividad agropecuaria, como tampoco la idea de hacer todos los trabajos con equipos propios. "Tienen que tener la capacidad de compartir para estar actualizados en las nuevas tecnologías", afirma.
“Hay que tener capacidad de soñar y consensuar un proyecto diferente, si queremos cambiar la situación de todos los argentinos”, dice, convencido de que "el mundo nos da una nueva oportunidad y nos alienta para que terminemos con todos los “cepos mentales” que nos siguen frenando, para volver a ser un país desarrollado”
LA ENTREVISTA
- Arturo: el año que viene se van a cumplir cuarenta años del inicio de una etapa importante de tu vida que, en realidad, llega hasta hoy; y que siempre estuvo ligada a la actividad gremial en el ámbito agropecuario y al asesoramiento a entidades productivas e incluso a algunas áreas gubernamentales. A la distancia ¿Cómo fue que te involucraste en todo eso?
- Me involucré en el gremialismo en junio del año 1973 cuando asume la Presidencia de la Nación Hector Cámpora. El campo de 3000 hectáreas de mi madre y 11 hermanos lo teníamos en Realicó, La Pampa, en el cual la producción más importante que desarrollábamos era la ganadera, especialmente la invernada.
Como consecuencia de una familia numerosa, había que aprovechar al máximo todo el campo, por lo cual ya en esa época usábamos el alambre eléctrico para un mejor aprovechamiento.
Al pastoreo rotativo en pradera se empezó a suplementar con picado y algo de grano, hasta que tomamos la decisión de avanzar con mayor suplementación de grano, motivo por lo cual compramos una Planta Mainero, para preparar balanceado de granos y fardo, para suplementar en mayor escala.
Ponemos en funcionamiento la planta de moliendo a principio de mayo del 1973 con un novillo de 5,20 y al anunciarse el nuevo plan económico el Presiente Cámpora baja el precio del novillo a 4,20, valor que determinó que se suspendiera la molienda porque no era competitivo suplementar.
Por muchos años la planta no se usó por caprichos de los políticos que querían carne barata para salarios bajos. Como todos recordarán, siguieron los precios máximo y el control de toda la economía que distorsionaron todos los precios relativos hasta que llego el Rodrigazo en el año 1975.
Si hay alguna similitud con la actual situación del país no es por casualidad, es un estilo de gobierno que se podría justificar en aquellos años, pero hoy, en el mundo globalizado no tiene perdón de Dios.
Estos fueron los motivo que me llevaron a involucrarme con 28 años en el gremialismos comenzando por la Asociación de Fomento de Realicó, Asociación Gremial de Eduardo Castex, después como vicepresidente de CARBAP a partir del 1982, presidente de CARBAP en el año 1986 para asumir como Presidente de CRA en octubre de 1989, terminando mis segundo mandatos en 1993.
- En pleno proceso militar, fuiste miembro fundador del grupo CREA (Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola), además de tener otros cargos en distintas asociaciones. Sobre esto, dos preguntas: ¿Qué es CREA hoy? y ¿Cómo te las arreglaste para trabajar en un contexto tan embromado como fue el tiempo de la dictadura en Argentina?
- Tuve siempre en toda mi vida una definida vocación de trabajar por el bien común. En todas mis gestiones gremiales defendía primero los intereses generales porque era la mejor forma de defender los sectoriales.
Antes de ingresar en el gremialismo rural participé en trabajos comunitarios en la comuna de Falucho, el pueblo más cerca del campo y formé la cooperadora de la escuela rural que estaba en el campo y a donde mandaba a mis hijos.
En esos años fundamos el CREA Realicó porque nos dimos cuenta que era la mejor forma de compartir para terminar con el individualismos tan ignoto en los productores.
En ese trabajo en conjunto me fui dando cuanta la importancia que tenían las innovaciones y los buenos manejos para ser más eficiente y lograr mayor productividad, motivos que justificaba el trabajo en un grupo CREA.
No por casualidad AACREA (Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola) se fue agrandando, y hoy tiene el mayor y mejor bagaje sobre lo que hay que hacer con nuestras tierras, el medio ambiente y la mayor productividad; tres ítem que no son incompatible y que, junto al trabajo realizado por AAPRESID ( Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa) en el desarrollo de la siembra directa y el mejor usos de la semilla genéticamente modificada, fueron y son las dos entidades que dieron bases sólidas para el crecimiento actual de la producción en el país.
No fue fácil poder trabajar en un contexto donde había dos bandos. En tiempos de la dictadura o con los gobiernos constitucionales, también había enfrentamientos con grupos armados. La mayoría de los políticos pasaban de bando según quien fuera gobierno y siempre tenían algún motivo para estar en el candelero como ahora. Hay una definición muy sabia que dice: “Cuando hay esperanza no se tiene miedo”. La juventud y la necesidad de progresar me ayudaron a superar situaciones difíciles y muy traumática para el país en su conjunto.
- Desde tu experiencia ¿Qué pensas de la posición del Gobierno Nacional en materia agro productiva e industrial?
- El gobierno con sus políticas le ha hecho perder grandes oportunidades al país en lo que hace a la apertura de los mercados y la posibilidad para sostenerlos. Más allá de los aumentos de las producciones en los últimos años y los ingresos generados por la suba de los precios de los commodities, el país podría haber aumentado un 30% sus exportaciones y haber consolidado un desarrollo en el país, que hoy se está necesitando.
Especialmente en todo lo que hace a la infraestructura vial, ferroviaria y de puertos, están a un nivel que no soportan un mayor volumen de producción y transporte como se espera en esta campaña. Hoy el tema del valor del flete define un negocio especialmente en las economías alejada de los puertos, porque se lleva el 50% de los ingresos.
Tener el Complejo Agroindustrial más eficiente y competitivo; y con la actual demanda de alimentos mundial y con un escenario proyectado por muchos años, sería un error seguir grabándolo con impuestos a la exportación para aumentar la recaudación del centralismo y empobrecer y domesticar a las provincias. Siguen con la falacia de creer que bajan el precio de los alimentos aplicando los derechos de exportación.
Con solo observar, a fin de agosto, el índice de aumento de los alimentos solamente de la canasta familiar, que subieron un 38% y que representa en los salarios de la gente más pobre el 90% del salario, nos confirma el total fracaso de la política del gobierno.
El tema se agrava por el festival de subsidios al conjunto de la sociedad de las grande ciudades, que fue generando una inflación de por lo menos 25% tomando todos los rubros, y que hoy no se animan a eliminar por la reacción social que se podría provocar, y que ya estuvo latente en la marcha del 13 de septiembre y se va a generalizar el 8 de Noviembre, porque el tema inflación, pérdida de empleo y la corrupción están en los primeros lugares de las encuestas como reclamo de las gente.
- A casi cinco años del conflicto con el campo y de la 125 ¿Cómo ves la situación de los pequeños y medianos productores?
- En todos los países del mundo hay una tendencia a que se van reduciendo los productores y pasan a otras actividades como consecuencia de un nivel de escala mínimo que se necesita para trabajar competitivamente.
Muchos países aplican políticas específicas para detener esas tendencias. Brasil por ejemplo tiene un Ministerio de Agricultura que genera las producciones con políticas de estado, y otros Ministerio de Agricultura Familiar, que aplica todas los políticas sociales para ayudar a producir, creando los mecanismos directos para colocar sus producciones, especialmente para sostener el programa “Hambre 0”, que redujo la pobreza, y para lo cual la agricultura familiar le aportó el 70% de los alimentos.
En nuestro país no hay una política estado para atender esta situación. Hay programas descoordinados que no pueden mostrar sus frutos como algo general y permanente.
Todos los programas se hacen pensando en “cómo le sacamos al grande para darle al chico”, desde hace muchos años. Pero pasa que los que antes eran medianos ahora ya son chicos, y así vamos agravando el problema.
El ejemplo más patéticos que ocurrió con la discusión de las entidades a partir de la 125, fue con el tema de los derechos de exportación, que algunos dirigente los defendían, segmentando por el tamaño del productor; y otros lo queríamos eliminar con una nueva reforma impositiva, basada en los tres principios de recaudación: sobre los que ganás, lo que tenés y sobre lo que gastás.
Inclusive, hubieron propuestas que pretendían que si se cobraba una retención sobre la venta bruta, fuera como retención a cuenta para el pago de los impuestos provinciales y nacionales, como una forma de poder blanquear el sistema.
La única solución efectiva para evitar una mayor expulsión de los pequeños productores pasa por la educación, el acceso a la tecnología y al buen manejo de sus explotación en la producción, y que tenga la capacidad de asociarse en todos la emprendimientos afines a su trabajo, como son las compras y las ventas en conjunto, para tener escala sin perder la independencia de su propiedad.
El campo de poca extensión no es viable en la actualidad ni la idea de hacer todos los trabajos con equipos propios. Tienen que tener la capacidad de compartir para estar actualizados en las nuevas tecnologías.
- En tu opinión, organismos como el INTA o el SENASA por nombrar algunos, ¿Están respondiendo satisfactoriamente a sus objetivos específicos?
- Todo organismo es mejorable para estar actualizados a los cambios que ocurren en el mundo y en el país. En estos organismos, cuando se mete la política partidaria sobre los profesionales no es bueno.
Esto lo puedo decir con fundamento, porque participé 7 años en el Consejo Directivo Nacional del INTA, desde 1995 al 2002, y viví muchas situaciones porque no se querían respetar los concursos o pretendían designar funcionarios a dedo. Tiene su historia, por eso no digo esto únicamente por la actual gestión.
Una institución como el INTA se fue quedando en la innovación y la tecnología aplicada, que le impide poder competir con el sector privado; inclusive éstos (los privados) desarrollaron tecnología descubierta por el organismo, y muchas veces captaron a sus técnicos, porque el propio organismo no tenía capacidad de poder pagar ese nivel técnico. Esto fue consecuencia de no tener una conducción que miraba el mundo. Embrapa (Empresa Brasileira de investigación Agropecuária) es un ejemplo de lo debe hacer un organismo tecnológico.
Lo mismo pasa con SENASA que tiene que competir con sus pares de otros países, donde dichos organismos sanitarios son más importante que el Ministerio del Área, porque con el tema sanitario y de seguridad alimentaria no se juega.
Así sucede con los otros organismos institucionales del sector agroalimentario. La política de cada país funciona con los parámetros internacionales, y cada país está obligado a hacerlos cumplir, para no tener problemas en el comercio internacional.
- Muchos pueblos del interior, antaño netamente productivos, se van quedando sin jóvenes porque estos migran a otros lugares, por ejemplo para estudiar, y luego muchos de ellos ya no vuelven. ¿Tenés algún tipo de estadística o relevamiento, que puedan arrojar datos sobre cómo se está dando el recambio generacional dentro del sector productivo?
- No conozco estadísticas. Inclusive, el último censo no tuvo el valor científico para tomar los datos como definitivos. Pero tengo propuestas para revertir esa tendencia, para que los jóvenes después de estudiar vuelvan a su pago chico, generando políticas basado en el Complejo Agroindustrial y los otros sectores de la economía.
El ejemplo es de los emprendedores que motorizan diferentes cluster regionales en todo el país.
Ellos logran integrar eficientemente las producciones y rompen la dinámica de la expulsión territorial de los trabajadores. Relativizaron el costo del flete transformando la materia prima en origen y agregando valor a lo transportado.
Éste es el ejemplo a imitar y a generalizar en el país. Se trata solamente de poner al complejo agroindustrial –el más eficiente y competitivo del país–, en igualdad de condiciones con los otros sectores de la economía. Y de integrarlo en un proyecto nacional, basado en valores fundamentales y con objetivos económicos generales y sectoriales.
Entre estos valores fundamentales está el respeto irrestricto a la Constitución y a las instituciones de la Nación, la defensa de la República y del federalismo, la construcción del capital social con base en la ética y al rescate del espíritu emprendedor, y la promoción de la equidad distributiva para lograr un mayor equilibrio regional, que aliente las posibilidades de desarrollo y promueva la radicación de la población en el interior del país.
Además, una moderna y eficiente relación fiscal Nación-Provincias. Los objetivos económicos serían lograr tasas sostenidas de alto crecimiento de la producción, atemperando los ciclos y las fluctuaciones bruscas, la promoción de inversiones atractivas en la Argentina, para que contribuyan a reducir las tasas de desempleo y promuevan el desarrollo regional. Esto alentaría a la población a radicarse en todo el territorio nacional.
- ¿Cuáles son tus actividades principales en la actualidad?
- Tantos años en el gremialismo y de haber defendido al productor con coherencia, a pesar de los tiempos difíciles en los que me tocó actuar, me ha permitido tener credibilidad en todo el complejo Agroindustrial, en el país en general, para trabajar en el asesoramiento de tema afines, en todos los ámbitos públicos y privados, promoviendo las mejores políticas que necesita el sector y el país para consolidarse en el mundo como un importante y previsible exportador de alimentos.
Esta actividad la consolido como columnita en los diferentes medios, difundiendo y defendiendo públicamente mis forma de pensar, acompañando siempre con una propuesta, para lograr una comunicación positiva que llegue al productor y al consumidor que, en definitiva, son todos los ciudadanos de nuestro país, que son los que tienen que conocer y comprender al sector para poder recuperar -por medio del voto- el poder político que necesitamos para poder lograr las políticas de estado y para hacer más previsible el trabajo del productor.
- Para ir finalizando ¿Algo que quieras agregar?
- Que hay que tener capacidad de soñar y consensuar un proyecto diferente si queremos cambiar la situación de todos los argentinos.
Los objetivos enumerados antes (aquello del respeto a la Constitución, a las instituciones, al federalismo; la construcción del capital social con base en la ética, la promoción de la equidad distributiva para lograr un mayor equilibrio regional, que aliente las posibilidades de desarrollo y promueva la radicación de la población en el interior del país), esos objetivos son los principales para integrar definitivamente y en forma permanente al sector agropecuario y a las agroindustrias.
Son los principales, también, para consolidar el complejo productivo más importante y competitivo del país, que, en igualdad de condiciones con los otros sectores de la economía, nos permitirá multiplicar nuestras producciones y exportar con valor agregado a todos los mercados del mundo.
Está en nosotros convertir esta propuesta en una realidad que achicará la brecha entre ricos y pobres, igualando a todas las regiones del país y a todos sus habitantes, con un proyecto integrador para un desarrollo moderno del país. El mundo nos da una nueva oportunidad y nos alienta para que terminemos con todos los “cepos mentales” que nos siguen frenando para volver a ser un país desarrollado…