Impacto de la crisis europea en la Argentina

La crisis financiera de algunos países de la Unión Europea (UE) es básicamente una clásica crisis fiscal de un Estado benefactor.

Autor: GUSTAVO IRÍGORAS - 03/08/2011


Es decir, los países europeos han gastado más recursos en mantener los servicios sociales, educativos, de salud y otros que los ingresos que recaudan. Europa no podrá superar esta crisis en la forma tradicional de realizar ajustes fiscales, porque hoy la población económicamente activa no puede mantener el tamaño de los Estados.
   
   El mayor problema de la UE no es la crisis fiscal, es el envejecimiento de la población. Es decir: el hiperdesarrollo de las sociedades ha permitido aumentar la expectativa y la calidad de vida por lo que la cantidad de gente que se jubila y deja de trabajar supera las expectativas de alcanzar un equilibrio razonable con el resto de la población. Además tiende a descender la tasa de natalidad, debido a esta misma evolución social. Europa debe, necesariamente, buscar soluciones innovadoras que le permita mantener el nivel de vida actual.
   
   Muchas son las voces que hoy predican una salida del euro de sus países con problemas a fin de reencauzar pérdidas de competitividad y desvalorización de sus deudas externas. Creo que esas recetas no van a solucionar los problemas de fondo de la UE.
   
   ¿Que impacto tendrá esta crisis sobre la Argentina y sus exportaciones?
   
   En estos días se escuchan voces que llevan calma: a la Argentina no le va a afectar esta crisis, la Argentina ha diversificado sus exportaciones, no hay relaciones comerciales ni financieros que se verán deteriorados. Me gustaría aquí brindar otra visión de esta situación.
   
   La Argentina no ha diversificado sus exportaciones, solo vendemos poroto de soja y aceites de soja a granel a China e India. No hay forma de evitar que la crisis europea y una potencial salida del euro no generen enormes problemas en las economías regionales argentinas. Cuando se habla de salir del euro, significa que se busca retornar a la moneda local pre-existente y aplicar una fuerte “devaluación correctiva”, es decir que nuestros productos se verían fuertemente perjudicados por esas devaluaciones dado que nuestros costos están dolarizados y con aumentos constantes. Veamos algunos casos concretos:
   
   Cítricos
   
   La UE es nuestro primer mercado de exportación de limones, naranjas y mandarinas. Los grandes volúmenes exportados hacen impracticable diversificar en los próximos años. Las provincias de Tucumán, Entre Ríos y otras tendrían problemas de comercialización con fuertes caídas de precios y consecuentes pérdidas de empleo. El único mercado que podría captar esas cantidades no vendidas a la UE son los Estados Unidos, pero sigue cerrado sanitariamente.
   
   Vinos
   
   El mercado de la UE ha estado creciendo año tras año con ventas de vinos de calidad que permiten a la industria argentina mantener una rentabilidad aceptable.
   
   Productos de la pesca
   
   Es un sector muy dependiente de las compras europeas, particularmente de España, por lo que la crisis europea impactaría muy fuerte en el Sur del país y en Mar del Plata.
   
   Peras, Uvas y Frutas Finas
   
   Las exportaciones a la UE también son importantes por lo que los planes de ventas y crecimiento quedarían estancados y muchos emprendimientos en diversas regiones de Cuyo y la Patagonia quedarían afectados. Por ejemplo: ¿Que va a pasar en el Valle del Río Negro con productores que tienen actualmente problemas de sostenibilidad si no pueden vender sus peras y manzanas a su principal mercado?.
   
   Ajos
   
   Esta economía regional, que ya viene recibiendo duros golpes por la competencia desleal china, vería mermada sus ventas a Italia, España y otros países del Mediterráneo que consumen el ajo blanco argentino y que justamente son los que se encuentran en peores condiciones financieras. Los productores sanjuaninos y mendocinos tendrían entonces serios problemas.
   
   Complejo oleaginoso-energético
   
   Finalmente, aunque uno de los más importantes, este sector el más dinámico de nuestra economía, del cual muchos analistas y políticos argentinos sostienen que la crisis de la UE no lo afectará. Es importante señalar que la Argentina no produce y vende soja, sino que vendemos harina de soja (proteínas vegetales) para alimentar gran parte de la producción cárnica del mundo y aceites en bruto, para permitir el desarrollo del consumo humano así como biodiesel para alimentar al transporte de otros países. Hasta aquí todo suena bien, aunque tal vez deberíamos vender más aceites refinados para consumo humano para llegar a la góndola del mundo, aunque esto es otra discusión.
   
   La UE es el primer comprador mundial de harina de soja y Argentina su proveedor. Preguntas: ¿A quién le venderemos las 15 millones de toneladas anuales que molemos en el complejo industrial más eficiente de nuestro país que se encuentra en la zona de Rosario? ¿Cómo vamos a diversificar el millón y medio de toneladas exportadas de biodiesel de soja a la UE? ¿Qué le vamos a decir a un sector de la economía nacional que invirtió más de 700 millones de dólares para transformar soja en energía?
   
   Estos son solo alguno de los impactos sobre la Argentina de una Europa en crisis, que pretende salir del euro y bajar sus consumos. Creo que no debemos desear el mal a nadie y menos a los europeos.
   
   Gustavo Idígoras
    Director del Centro de Estudios del Sistema Agroalimentario (CEAGRO) de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora y Ex Ministro Consejero Agrícola ante la Unión Europea.