La bancada ruralista de Brasil

El paso de lo gremial a lo político que se percibe en estos tiempos preelectorales nos permite percibir el cambio de paradigma que fluye en las organizaciones agropecuarias.

Autor: JUAN CRUZ JAIME - 05/07/2011



    Sirva de ejemplo el caso emblemático de Mario Llambías que en un período de cinco años pasó de ser el principal detractor de este paso - por considerarlo contrario a la filosofía gremial rural tradicional – a primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires de la mano de Lilita Carrió.
   
   Sin embargo, este fenómeno politológico que asombra en la Argentina, hace 25 años que funciona aceitadamente en un país no muy lejano. El sistema de partidos de Brasil es pluripartista, con un cuarenta por ciento de infidelidad partidaria (borocotización) y un ejercicio cotidiano de los 27 partidos políticos existentes en recurrir como práctica cotidiana a la negociación.
   
   Allí se da un elemento del sistema político que no se repite en los otros países de la región: la conformación de múltiples “frentes parlamentarios” o “bancadas multipartidarias”, con el objeto de ejercer el lobby en temas determinados. Hay para todos los gustos, desde la bancada evangélica hasta la homosexual, y entre ellas resalta la ruralista, con 171 diputados de un total de 213 que integran la Cámara Baja brasilera.
   
   La Bancada comenzó a funcionar en 1985 como remedio al proceso de reforma agraria promocionado por el Movimiento Sin Tierra, y si bien en una primer etapa un tanto cerrados y confrontativos, la mala elección de 1994 los obligó a lograr mayores consensos. Esto los ayudó a consolidarse dentro del parlamento.
   
   La relación entre la bancada ruralista y los productores, nucleados en un 90% en la Confederación Nacional Agropecuaria (CNA) es fuerte y dinámica. De hecho, dicha organización cuenta con un sistema de seguimiento legislativo cibernético y juntos, cada lunes, plantean una agenda semanal de trabajo para coordinar sus acciones.
   
   La CNA es una entidad sindical de grado superior, reconocida por el decreto 53.516 del año 1964, de carácter semipúblico e independiente de los gobiernos. Su Consejo de Representantes está compuesto por los Presidentes de las Federaciones estaduales de agricultura.
   
   La presidente de la CNA es Katia Regina de Abreu, Senadora Nacional que integra el Frente Parlamentario Agropecuario y la Comisión de Agricultura en el Senado, articulando las relaciones de la CNA con la Bancada ruralista.
   
   La entidad participa permanentemente de las discusiones y decisiones sobre política agrícola e interactua con los líderes políticos en el Congreso Nacional, posibilitando el correcto conocimiento de los problemas y soluciones apropiadas a las cuestiones de categoría económica. Para ello cada año realiza una Agenda Propositiva que es distribuida a todos los legisladores.
   
   Diversos periodistas marcan como una ventaja del sector agropecuario su capacidad para “pasillear” el Congreso Nacional, en un claro seguimiento de sus representantes en el desempeño cotidiano. De esta manera, si bien la política agropecuaria la fija el Poder Ejecutivo, la misma cuenta con activa participación de la CNA y del Frente Parlamentario Agropecuario, quienes, con veinte años de existencia exhiben una gran gimnasia legislativa.
   
   En síntesis, la bancada se ha transformado en un eficaz representante del sector en el Congreso Nacional, interrelacionándose en forma permanente con la CNA, quien le presta su apoyo técnico y fomenta la participación política de sus asociados.
   
   Será responsabilidad de todos en el sector y en nuestro país poder interactuar institucionalmente con los poderes públicos a partir de una unidad gremial con fondos propios y un grupo de 10/12 agrodiputados. Este grupo debería comenzar a fortalecer la incipiente bancada ruralista que nos dejó el conflicto de 2008 con la Resolución 125 y con el fin de potenciarla en las elecciones de 2011.
   
   
   (*) Director Ejecutivo de CASAFE (Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes)