Consensuar políticas para sembrar más trigo.

Si hubiera capacidad de consensuar las políticas que necesita el país para la próxima siembra, con seguridad los productores podrían sembrar 6 millones de hectáreas de trigo y el país cosechar más de 20 millones de TT., con el actual paquete tecnológico y con la captación de los precios internacionales actuales.

Autor: ARTURO NAVARRO - 12/05/2011


Para lograr dichas metas la cadena triguera, el gobierno y los partidos de oposición tiene que consensuar nuevas políticas de estado que eliminen todos los riesgos políticos del actual “modelo” que perjudico a toda la cadena y al país en general, con la caída de producción, de industrialización, de exportación y de trabajo, agravado por el aumento del precio del pan para los más necesitados, que eran a quienes se quería defender.
   Estas serían las principales conclusiones que surgieron de A TODO TRIGO realizado en Mar del Plata, donde todos los panelistas cerraban sus exposiciones con un mensaje esperanzador sobre el aumento de la producción del trigo, si hay capacidad de rectificación de las políticas. La seguridad y calidad alimentaria está asegurada en el actual contexto, con más razón, si aumentamos la producción, segregamos al cosechar por calidad y exportamos la producción de trigo seleccionada según los estándares demandados por nuestros compradores.
   Un avance fundamental para dicho consenso, lo dio la Comisión de Agricultura y Ganaderia de diputados con el dictamen de la Diputada Carrio, Garcia y Re ( podrán encontrar dicho expediente Nº 3787-D-2010 en www.arturonavarro.com.ar ) por el cual se eliminan todos los ROE en la comercialización agropecuaria, para volver a las reglas de comercialización anterior al 2006, determinada por el régimen de la ley 21.453 que funcionaba por “declaraciones juradas” en lugar de “licencias” para exportar. Así se comercializo los últimos 30 años, pasando de 30 millones TT, a las 90 millones de producción.
   Esta decisión no es un “parche” de los legisladores de la oposición, es una decisión fundamental para el aumento de la siembra de trigo, y así lo entendieron algunos de los diputados de la oposición, al modificar su posición para consensuar y apoyar dicha iniciativa mayoritaria. Inclusive este proyecto de ley va a servir para revertir la actual situación que están viviendo los productores, con el trigo que no pueden vender, porque la eliminación de los ROE corregiría lo actual y la futura situación de comercialización, a partir de la fecha que se ponga en vigencia el cambio de las reglas de juego que dispone dicha ley si fuera aprobada. En definitiva, la espera tendrá un costo financiero, pero en la situación actual no hay ninguna posibilidad de cambiar cuando han desaparecido los actores principales del mercado por las intervenciones del gobierno.
   Los próximos pasos de dicho dictamen, son las comisiones de Comercio y de Presupuesto, motivo más que suficiente para que la Comisión de Enlace y/o la Cadena triguera fije formalmente su posición públicamente sobre dicho dictamen y presione con todo el peso gremial el apoyo de los legisladores que trabajaron con urgencia, antes las necesidades del productor y del país para poder aumentar la producción de trigo en el ciclo 2011-2012 que ya se empezó a sembrar.
   Quienes estén en la vereda de enfrente pretendiendo seguir con la actual política y quienes quieran de la oposición hacer cambios de fondo permanentes en medio de una campaña electoral, tendrán que justificar porque están en contra del aumento de la superficie de siembra. Me consta que muchos legisladores quieren modificar las políticas de fondo pero han resuelto hacerlo el año que viene. Ahora el país necesita aumentar la siembra a 6 millones de hectáreas para generar una mayor actividad, mas trabajo en el invierno, contar con recursos a fin de año y ayudar a frenar la inflación con una mayor oferta de bienes.
   Además de la necesidades del país para una mayor producción de trigo por los argumentos mencionados, hay que tener en cuenta también la ventaja de una mayor área de siembra de trigo tiene en la rotación de los cultivos para poder hablar de buenas prácticas agrícolas en un sistema de alta producción, que sea compatible con una buena rotación y el cuidado del medio ambiente. Hay que asumir la deuda estructural que acumulamos con nuestra tierra, al estar incorporamos solamente un 22 % de los nutrientes que exportamos.
   Los principales cultivos para cambiar la actual situación, son el trigo y el maíz por el alto consumo de fertilizante que demanda, por lo cual hay que terminar con las políticas que castigan a estos cultivos por medio de la alta carga impositiva y la intervención del gobierno en el negocio empresario por la falacia de la seguridad alimentaria. Hoy tenemos una concentración del 70% del área agrícola sembrada con oleaginosas – especialmente la soja – por falta de políticas y el incentivo a sembrar más “yuyo” al ser más barata su implantación y no intervenir el gobierno en su comercialización, porque no afecta la canasta familiar. Concretamente el FAS teórico en la soja es casi igual al FAS real, mientras en el trigo y maíz tienen diferencia que van de 40 a 70 dólares por la intervención del gobierno, y sumando los derechos de exportación, terminan sacando de competencia a estos cultivos.
   Consensuar nuevas políticas determina que el país pueda captar los precios del trigo internacional como lo está haciendo actualmente el mercado de soja. Con los actuales valores el productor aumentaría el área sembrada, habría un mayor uso de tecnología y fertilizante, aumentaría la producción para abastecer mejor el mercado interno y la exportación y recuperar a pleno, especialmente el mercado de Brasil, por las condiciones especiales que tenemos en cuanto a aranceles y fletes.
   La conclusión principal que dejan todos estos argumentos - que son similares a los que usa y defiende el gobierno en las reuniones del grupo de los 20 y del Mercosur - es que para atender mejor los riesgos de la seguridad alimentaria en el mundo, la receta es aumentar la producción y mejorar su distribución por medio de la libertad de los mercados. Esperemos que el gobierno dichas recetas también las aplique internamente y las ponga a consideración en la mesa de concertación.
   Y para atender a los pobres y marginados del sistema, hay que establecer un sistema universal por medio de una tarjeta electrónica, la cual asigna los recursos excedentes generado por los aumentos de producción, a los que realmente lo necesitan. Los sistemas de sustitución de importaciones quedaron caducos en el mundo porque generan más miseria y clientelismo. Lo que necesita el país son más inversiones, mayor producción y más y mejores trabajos para que cada uno pueda comprar sus alimentos a valores del mercado y dignamente y de esa forma poder desarrollar un país competitivo con el mundo.---
   
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