Retenciones versus calidad del suelo
La mayoría de los precandidatos presidenciales han convalidado la continuidad de los derechos de exportación.
Autor: ARTURO NAVARRO - 17/02/2011
La mayor contradicción es que dicen defender el federalismo, mientras apoyan el impuesto más distorsivo para lograr una acción geopolítica de desarrollado moderna de inclusion.
Los resultados preliminares del censo 2001 al 2010, muestran claramente que continua la concentración poblacional en 24 partidos del gran Buenos Aires, con un aumento de la población promedio de un 40% más, que el resto de la provincia de Bs As y del interior del país, después de 8 años de un crecimiento a tasas chinas según el gobierno.
Si analizaran responsablemente nuestra dirigencia los motivos de la pobreza estructural que existe en el país, la marginación en que viven tantos argentinos, la desnutrición infantil mas denigrante de más de un millón de niños en un país que produce alimentos para 500 millones de habitantes y los graves problemas de inseguridad que están soportando la sociedad en su conjunto consecuencia del hacinamiento en que se vive en el conurbano, deberían ser motivos más que suficientes para juntarse a dialogar –oficialismo y opositores – para cambiar y concretar las políticas de estado que necesita el país para salir de esta vergonzosa situación de decadencia.
Las extraordinarias condiciones que presentan la economía mundial y la necesidad de mayor cantidad de alimentos que va a necesitar el mundo, son los mayores alicientes que tiene nuestro país productor de alimentos, para poder crecer y desarrollarnos en forma equitativa por medio del Complejo Agroindustrial si sabemos aprovechar esta nueva oportunidad.
Todo el secreto de la Argentina agrícola es la extensión y la calidad de su suelo. Las retenciones impiden, por un lado, ampliar el área sembrada y, por el otro, están destruyendo la calidad de la tierra.
La imagen anterior equivale a girar en descubierto en una cuenta corriente pero reponiendo, todos los meses, sólo el 30% del sobregiro. Algún día no lejano el gerente llamará para avisarnos que no tenemos más crédito. Pasará lo mismo con la capacidad de producción de nuestras tierras si continúa esta política de mantener permanentemente las retenciones. Porque esta política impide aplicar tecnologías imprescindibles para tener un sistema sustentable de producción.
La realidad dice que, en nuestro país, el balance final de los nutrientes del suelo despues de cada cultivo es siempre negativo. Concretamente, el promedio del uso de fertilizantes y minerales cubre solamente el 30% de lo que extraen los mismos, según las investigaciones del INTA.
Este proceso de deterioro tiene una explicación: seguimos priorizando las necesidades fiscales sin importarnos consolidar un sistema de producción a fin de atender una demanda de alimentos cada vez mayor. Porque cuando la rentabilidad se achica no se usan los nutrientes necesarios y cae la produccion.
El equilibrio de los nutrientes del suelo es lo que hace sustentable al sistema productivo, como el equilibrio fiscal es imprescindible para mantener estable la economía del pais. La única diferencia es que para recuperar la productividad de nuestros suelos vamos a precisar muchos años, mientras que para recuperar un nuevo equilibrio fiscal la podemos hacer de un día para otro con una nueva devaluación de nuestra moneda.
Esta situación se agrava en las zonas con menor capacidad productiva y más alejada de los puertos, porque la rentabilidad de los cultivos en las actuales condiciones les impide poder usar las nuevas tecnologías y los insumos necesarios. Las nuevas fronteras agrícolas son las que más necesitan contar con el agregado de estos nutrientes, fundamentales para desarrollar un sistema productivo sustentable.
No es incompatible el funcionamiento de un sistema productivo moderno de alta produccion, con una buena rotación de cultivos y el cuidado del medio ambiente. Para la teoría moderna, hay que trabajar sobre las necesidades de los fertilizantes del suelo y no solamente la del cultivo. Por eso, es fundamental que quienes exploten el predio sepan que cuando se aplica un nutriente, los resultados del mismo no son solamente para ese cultivo que se está por sembrar sino que hay un valor residual para el próximo.
Quienes alquilan sus campos deberían, también, establecer en forma voluntaria mecanismos de arrendamiento a varios años, para potenciar las asociaciones y los resultados promedio de todas las partes, para permitir la aplicación de los nutrientes necesarios. La certificación de las buenas prácticas agrícolas debería ser una garantía para el que alquila como para el que arrienda.
Una política de incentivo al uso de fertilizantes debe ser una política de Estado, independientemente de que existan las retenciones a las exportaciones, porque es una necesidad que tiene la Argentina y el mundo de mantener la capacidad de producción de los suelos.
El crecimiento de la demanda de alimentos por el mayor poder adquisitivo de la población mundial, junto al aumento demográfico, obligará a producir un 70% más por hectárea, porque no hay mas tierras fértiles disponibles en la superficie del planeta. La única forma de poder lograrlo es uniendo los nuevos eventos biotecnológicos y el agregado de los nutrientes necesarios para producir y mantener la calidad de nuestros suelos.
La política de mantener permanentemente las retenciones debería tener en cuenta un hecho cierto: la Argentina no sólo vende soja, esta vendiendo un 70% de los nutrientes de su tierra. Esta política irresponsable está agotando la capacidad de producción en ara de situaciones fiscales. Como se decía en otros tiempos, estamos “matando la gallina de los huevos de oro”.
Si considera esta opinión de interés reenvíelo a sus contactos.
Mis opiniones y columnas radiales- www.arturonavarro.com.ar
Contacto: 011-15-40442147- info@arturonavarro.com.ar