Agregar valor en maiz es duplicar la produccion de carnes en diez años.

La importancia del maíz, a lo largo de los años, se ha ido incrementando. Pasamos todo el día consumiendo o utilizando alguno de los más de 700 derivados del mismo. Jabones, cosméticos, mermeladas, café instantáneo, pastas dentales, pinturas, barnices, aluminio, papeles, ceras, tizas, mayonesas, carnes, bebidas carbonatadas, golosinas, antibióticos, detergentes y hasta el whisky, lo emplean.

Autor: JORGE INGARAMO - 05/09/2010


En la Argentina, se llegaron a sembrar hasta MHas 7,6 de maíz, en 1935/36. Se sembraron MHas 2,7 (comerciales) en 2009.
   Por otra parte, en la Región Pampeana existen 36,6M has con aptitud mixta. Vale decir, un potencial de 5 M has, sobre las cuales hoy no se genera la agricultura comercial que emplea las 31 M has restantes. Entre ellas, existe una zona “de invernada”, que podría originar una producción mixta, en las cuales los “subsidios cruzados” entre ganadería y agricultura permitirían, a la vez, intensificación ganadera y crecientes excedentes agrícolas. Naturalmente, este modelo mixto requiere más capital que un modelo agrícola puro. Pero tiene la “protección” implícita del costo de flete a puerto (mínimo de U$S/tn 20), que induce la industrialización en origen y la transformación de granos forrajeros en proteínas de origen animal.
   Brasil lo hizo, siguiendo el ejemplo americano. La Argentina podría hacerlo en esta década. Es posible duplicar la producción de las tres carnes principales: bovina, porcina y aviar.
   Ganamos todos: a) La Argentina, por una mayor oferta agrícola y un aumento en el consumo y exportación de carnes (ni hablar del efecto empleo y demanda derivada en los “racimos productivos” regionales que podrían crearse, con no demasiada inversión); b) los productores ganaderos, que acortan su proceso productivo, suplementando estratégicamente o engordando a corral y mejoran la rotación del capital (aunque éste deba ser incrementado) y, c) la cadena agroindustrial, que incorpora toda la demanda derivada de un modelo que duplica su producción maicera y de carnes.
   No hará falta emplear todo el excedente maicero potencial. Se puede mantener una exportación de MT 12 - 14, como grano tal cual.
   Suponiendo conversiones de 3,5 kg de maíz en 1 kg de carne porcina, y empleando 2,2 y 4 kilos de maíz, para carne aviar y vacuna, respectivamente, duplicar la producción actual de cada una de las tres carnes, o sea pasar de MT 5 a 10 totales, requerirá aumentar MT 17 la oferta de maíz. Admitiendo que es posible un 5 y un 2% anuales acumulativos, respectivamente, para crecimientos de área y rendimiento del cultivo, se lograrían MT 39,5, industrializando a nivel local el 68% de la producción de maíz (hoy es 40%).
   Puede demostrarse que una adecuada combinación de la transformación del maíz en carnes, adecuando el “portfolio” a los costos, exigiría una inversión de MU$ 6000, para expandir en MT 5 la oferta (más abajo, se plantea que la demanda mundial crecerá MT 32 y 67, en 5 y 10 años, respectivamente). Evitando los gastos de comercialización (a puerto) y otros derivados de exportar el grano tal cual, el ahorro intra-cadena alcanzaría como mínimo U$S/tn 25. Sólo este ahorro financiaría el 38 % de la inversión requerida.
    Ramiro Costa, de la Bolsa de Cereales, estimó, en base a la campaña 2006/07 (en que se produjeron MT 22,5), un Valor Agregado de la Cadena de MU$S 5446, distribuido prácticamente en partes iguales entre el sector agrícola y la producción derivada de alimentos. Esta cifra representaba 2,1% del PBI. Demostró que de cada Peso que circula en la cadena, 64% es Valor Agregado. Este Proyecto aumentaría dicho porcentaje. La participación de la cadena en el PBI no cambiaría sólo si este crece al 5,5% anual acumulativo.
   Veamos los fundamentos del modelo en las tendencias del mercado mundial.
   
   El maíz, principal grano forrajero.
    - La producción mundial de maíz se duplicó en los últimos veintiún años (de MT 400,4 en 1989 –se usa siempre el año de comercialización como representativo de la campaña- a MT 808,6 en 2010). Esto se justifica por el cambio tecnológico incorporado al cultivo que, en el mismo lapso, permitió un aumento en los rendimientos de 2 tn/ha (de tn/ha 3,2 a 5,2).
   - Área cosechada: el área mundial total cosechada con trigo (se usa como forraje) y granos forrajeros, cayó MHas 10 (1,8%) mientras que el área maicera aumentó MHas 30,2 o sea un 23,9%, es decir 1% anual acumulativo. El área triguera creció 3,5%, a raíz de una mejora de los rendimientos (de tn/ha 2,3 a 3). No ha crecido su uso como forraje.
   - Considerando sólo los granos forrajeros (maíz, cebada, sorgo, avena y centeno), el área cayó en MHas 17,8, vale decir más de un 5,5%. Particularmente, la cebada tiene una caída de MHas 20,9 (27,4%), debido a que su rinde promedio creció apenas de tn/ha 2,2 a 2,7. El trigo ha seguido creciendo (para consumo humano alimentario) pero, en lo que respecta a usos forrajeros, el maíz ha desplazado a cultivos competidores, básicamente por su mayor rinde.
   - Participación del maíz: en los últimos veintiún años, comparando la participación del maíz con el total de trigo más granos forrajeros, se observa que nuestro cultivo pasó del 23,2 al 29,4% del área; del 32,9 al 45,4% en la producción; del 32,5 al 35,7% en las exportaciones; del 49,6 al 62,8% del consumo forrajero y del 34,8 al 46,2% del consumo total del rubro conjunto. Un claro avance.
   - Los rendimientos: el maíz destaca con un aumento, en veintiún años, del 63% en los rindes que, dada su mayor participación en el consumo de granos forrajeros, hace que el rinde promedio de estos últimos, sin incluir al trigo, crezca el 64%. Comparativamente, los rindes de trigo crecieron 30% y los de cebada 23% (el total de trigo y granos forrajeros, empujado por el maíz, creció 50%). Considerando rindes relativos, la relación maíz-cebada pasó de 1,46 a 1,93 veces por hectárea y la de maíz-trigo de 1,39 a 1,73 veces por hectárea. Claramente, el maíz tuvo un desarrollo tecnológico que explica su mayor y más eficiente uso.
   - Usos: se sabe que desde 2001, a raíz de la política seguida por los Estados Unidos, aumentó el empleo de maíz en la producción de etanol (de MT 18 a 107). Esto explica que el consumo forrajero, como porcentaje del total, que representaba el 67,8% (1989) haya alcanzado el 70% en 2001, para descender al 59,6% en 2010. Si se considera el consumo forrajero del trigo y los granos forrajeros ya mencionados, como porcentaje del total, se suavizan los cambios. Se pasa del 47,5% (1989) al 47,2% (2001), para declinar al 43,8% (2010). Se redujo el empleo forrajero de la cebada, grano competidor (como forraje por excelencia) en casi MT 22. Se mantuvo estable la participación forrajera en el consumo total (de 73,3% en 1989 a 70% en 2010). El maíz y la cebada, forrajeros por excelencia, tienen consumo con este destino de aproximadamente el 70% de su uso total, aunque el empleo del maíz para etanol haya bajado este porcentaje en más de 10 puntos hacia 2010.
   - El maíz entre los granos forrajeros: si se excluye al trigo como grano forrajero, la participación del maíz entre estos granos tuvo la siguiente evolución: a) en área, del 38,8 al 50,9% (en los veintiún años); b) en producción del 55,4 al 73,4%; c) en exportaciones del 66,7 al 77,0%; d) en consumo total de 57,9 a 73,6% y e) en el consumo como forrajero de 59,7 a 74,4%. El maíz avanzó impetuosamente.
   
   Las potencias ganaderas son maiceras.
    - ¿Quiénes producen y consumen maíz?. Cuatro potencias ganaderas representaron el 73,9% de la producción de maíz y el 66,8% del consumo. Comparando producción y consumo, la participación respectiva es la siguiente: a) Estados Unidos 40,5 y 34%; b) China 19,7 y 19,3%; c) Unión Europea 6,9 y 7,8% y d) Brasil 6,8 y 5,7%.
   - Otros productores. Los cuatro grandes representan casi el 74%. Si se agregan otros seis países se alcanza el 85,7% de la producción total. Entre estos seis países está La Argentina, sexto productor mundial en el trienio con MT 19,3; un 2,4% del total. Los otros cinco países significativos son México (MT 23), India (MT18,6), Sudáfrica (MT13,2), Canadá (MT10,6) y, Ucrania, con su reciente irrupción como nuevo granero (MT9,8).
   - El desarrollo de las ganaderías y el comercio: los grandes países o regiones productoras y consumidoras de maíz son también grandes consumidores de carnes (vacuna, porcina y aviar). Los procesos de mejora dietaria suelen no ser correspondidos con mejoras en el comercio mundial, debido a prácticas proteccionistas y a tendencias hacia el autoabastecimiento. Entre 1989 y 2010, el maíz logró sortear razonablemente bien, dichas tendencias. Así, el aumento en las exportaciones fue de MT 18,6, vale decir un 28,2%, un porcentaje muy superior al conjunto trigo y granos forrajeros que creció 16,6%. Analizando individualmente, las exportaciones crecieron 22,1 y 10,9%, para trigo y granos forrajeros y disminuyeron 12,5% para cebada. Es decir que el maíz sigue siendo comercialmente un mercado dinámico, pese a la reducción en las ventas registrada en las últimas dos campañas, 2009-10.
   - Abastecimiento: como aumentó mucho el consumo de maíz, con las dos finalidades ya mencionadas y se produjo un cambio tecnológico en importantes potencias ganaderas, el ratio de abastecimiento proveniente del exterior, fue disminuyendo. Para maíz, en veintiún años, la relación exportaciones/consumo mundial bajó de 14,6 a 10,5%, mientras que para trigo (que no tiene un gran consumo forrajero) pasó de 20,1 a 19, 5%. Por su parte, los países productores de cebada se autoabastecen en lo relativo a consumo forrajero, por eso las exportaciones no cambiaron con respecto al consumo (de 11,4 a 11,6%). Se nota entonces que la economía de los granos forrajeros “puros” se fue cerrando, dado que los procesos de mejora dietaria en las principales regiones ganaderas se sostuvieron en la adopción del maíz para, gracias a la favorable evolución tecnológica, evitar la dependencia de importaciones.
   - Ahora bien, la decisión oficial, en los Estados Unidos, de afectar más de MT 100 de maíz a la producción de etanol (entre 2001 y 2010), no produjo un impacto significativo en el comercio mundial, ya que la oferta local creció pari-passu con la demanda para etanol, con el consiguiente resultado de que no disminuyeran las ventas externas del cereal, por parte de los Estados Unidos. Es decir, una decisión de aumento en el consumo no tuvo una consecuencia comercial significativa.
   
   El maíz que hará falta.
   - Considerando que el aumento en la demanda de maíz para etanol en los Estados Unidos se abastece con producción local, se proyecta la demanda de maíz para uso ganadero, en los próximos cinco años, al ser ésta la más relevante y la que, de alguna manera, condiciona la incorporación de nuevas áreas maiceras o la sustitución de otros cultivos por nuestro cereal.
   - OCDE-FAO proyectaron, en plena “burbuja” financiera, cambios en el ingreso y en el consumo, que son bastante pesimistas para el período 2008-2017 (seguramente aumentos de precios nominales afectaron a los países de menor ingreso). Particularmente, el consumo de las tres carnes arriba mencionadas, crecería apenas 1,1%; entre 2010 y 2015 en los países de la OCDE y 6,3% para los países en desarrollo. A la espera de la estimación 2010-2019, entendemos que es más conveniente proyectar, para los próximos cinco años, el reciente decenio 2000-2010, en el consumo de carnes (las tres bajo análisis) provisto por el USDA.
   - El consumo total de las tres carnes creció en la década de MT 179,5 a 231; aumentando la participación de la carne de pollo a raíz de su mejor conversión de energía y proteína en carnes. Particularmente, las subas en la década fueron de 13,5; 49,0 y 25,7%, para bovina, aviar y porcina, respectivamente.
   - Se proyectan a continuación, para 2015, los mencionados crecimientos de cada una de ellas, entendiendo que, pese a los cambios macroeconómicos recientes, lucen bastante razonables. Así, se proyectan el 1,3; 4,1 y 2,3% anual acumulativo, todas cifras superiores al 1,1% de crecimiento de la población.
   - Se obtiene un crecimiento de la producción del 13,9% en cinco años, o sea el 2,6% anual acumulativo. Los incrementos suman las MT 32,3 en total; con 3,7; 16,3 y 12,2 de vacuna, aviar y porcina, respectivamente.
   - Suponiendo uso “exclusivo” de maíz en el incremento, y conversiones de 4; 2,5 y 3,5 kilogramos de grano por kilogramo de carne vacuna, aviar y porcina, respectivamente, se llega a un requerimiento de maíz de MT 98,5 que, al rinde promedio mundial (5,2 tn/ha), demandan MHas 19, vale decir un 12% de aumento del área actual. A los promedios de rinde de los últimos cinco años, los requerimientos de hectáreas son distintos para jugadores con capacidad de expansión. Así, en Brasil (3,7 tn/ha) harían falta MHas 26,6. En China (5,3 tn/ha) MHas 18,6 y en nuestro país (7,1 tn/ha) MHas 13,9. Cabe destacar que en los últimos cinco años China y Brasil aumentaron sus hectáreas maiceras en 5 y 1,7 millones, mientras que nuestro país las redujo en 300.000. Los países del Cono Sur parecen los mejores candidatos para abastecer, con maíz o con carnes, a los requerimientos de demanda creciente de las tres más importantes.
   
   Presentacion de Lic Jorge Ingaramo en el XVIII Congreso de AAPRESID.