Precisamos un marco de previsibilidad coherente y consecuente en el tiempo

El presidente de Aapresid, Gastón Fernández Palma, dejó inaugurado el XVI Congreso de la entidad...El flamante titular de Aapresid habló del conflicto con el gobierno y ratificó la necesidad de que el sector agropecuario participe activamente en el diseño de las políticas rurales.

Autor: GASTON FERNANDEZ PALMA - 13/07/2008



   
    En una misiva directa contra la gestión K dijo que “el azar es la estadista de los tontos” y remarcó que urge una planificación seria para el campo.
   
   Normalmente cuando una persona es privilegiada por Dios y sus pares para acceder a la Presidencia de una entidad del prestigio de Aapresid, a mi edad, y esto le llega como colofón de una vida dedicada a hacer lo que le gusta, en las dos actividades que abracé con pasión: La medicina y la actividad agropecuaria, el imaginario vuela hacia un discurso de corte académico, casi como un legado, aunque suene pretencioso. Bien, eso no me pasó, asumí entre trincheras de crispación y enfrentamientos, y como suele decir un joven político cordobés brillante , pero que además tiene un manejo tan gracioso del léxico popular, que habla no solo de su capacidad, sino además de horas de peñas y pensiones de estudiantes” estábamos en una fiesta, se apagó la luz y nos despertamos en un velorio”. Es en razón de eso, que decidí escribir éste discurso, contrariando mi estilo de improvisación habitual, casi a capella , ya que si uno no piensa y escribe lo que dice, termina diciendo lo que piensa, y para la institución , tal vez no sea lo prudente. También voy a innovar en el orden y comenzaré agradeciendo a todos, Autoridades, Empresas, Empresarios, productores, estudiantes contratistas, ONGs , entidades amigas, gremiales , políticos, medios y periodistas, y fundamentalmente a nuestras regionales, semilleros de los que nos nutrimos permanentemente y a nuestro joven staff, gestor de todas nuestras actividades y nuestros éxitos. Tengo la suerte de ser el último integrante de la camada histórica que asume la presidencia, la próxima C.D , estará seguramente presidida por jóvenes con solo incipientes canas
   
   A comienzos de nuestra era la población mundial ascendía a 350 millones de personas, a paso lento la población siguió creciendo y ascendió a 700 millones de personas, diecisiete siglos después. En 1950 la población mundial llegaba a 2.500 millones de habitantes. Pasaron cincuenta y siete años y la población superaba los 6.600 millones de habitantes. Autores varios estiman entre 8.000 y 9.000 millones a mediados de éste siglo.
   La pregunta es: con un crecimiento a ese nivel, ¿cómo producir suficiente comida para alimentarlos? y además lograrlos en forma rentable, competitiva y sustentable?
   
   El rápido incremento del precio de los alimentos en muchos países, ha liderado sustancialmente la atención de los medios sobre la agricultura y ha redescubierto numerosas llaves en el comercio, que significarán cambios extremos en las decisiones de productores, consumidores e industria, llevando a un mejor entendimiento de las innovaciones, en un manejo sustentable de los ecosistemas agrícolas.
   Existen datos del instituto de recursos mundiales, del banco mundial, de la FAO, del panel intergubernamental sobre cambio climático y muchas otras fuentes, estimulan para el futuro inmediato pensar y actuar en un profundo diálogo entre la sociedad civil, los gobiernos, el mundo de los negocios y otros participantes para juntos construir un camino que permita enfrentar y resolver sensata y adecuadamente este relevante desafío a que la humanidad toda se ve enfrentada¡¡. Como productores de alimentos nuestro rol en este sentido no es menor y nadie debe sentirse exento de esta responsabilidad.
   
   Según la FAO, el centro de gravedad de la producción agrícola mundial continuará trasladándose hacia los países emergentes como la Argentina. De acuerdo a cifras de esa institución, en el mundo hay 862 millones de personas que sufren hambre y desnutrición, también destaca que habrá que poner atención en los biocombustibles de 1° generación, por caso el etanol de maíz , ya que se estima que en una década, el 40% del mencionado cultivo, podría ser destinado a la producción de energía.
   Actualmente los precios de los commodities son elevados, pero también lo fueron en el pasado. En 1973 como consecuencia de la crisis del petróleo global y de la mala cosecha, los precios de los commodities agrícolas se fueron a las nubes. Durante los periodos inflacionarios, los precios eran más del doble de los actuales. Entonces, no se puede culpar a los biocombustibles por la suba de precios del 73. En la actualidad, el valor del petróleo ha alcanzado niveles altísimos, en un mercado claramente cartelizado, y es éste el gran responsable de la suba desmesurada de los insumos agrícolas y precios de los alimentos. Aún quitando el mínimo porcentaje de la producción agrícola total para la elaboración de biocombustibles, hay mucho mas alimento disponible por cápita en la actualidad que en los años anteriores de hecho, si bien la cantidad de personas desnutridas en el mundo continúa siendo la misma que cincuenta años atrás la población mundial mas que se duplicó en el mismo período por lo que en términos porcentuales ha disminuido desde 26 % A 13%. Esto Es un logro relevante pero como ser humano, como productor, como líder de esta institución entiendo que no debemos descansar hasta que eliminemos el hambre de la faz de la tierra. Para lograr este fin, en los años venideros y sin ninguna duda deberemos incrementar sustancialmente el volumen de la producción de alimentos. Si bien esta es una condición absolutamente necesaria per sé la misma no es suficiente pues el hambre es la tierra es un fenómeno de alta complejidad que también depende de muchos otros factores además del volumen producido. Entre ellos pudo mencionar a los culturales, los religiosos, los bélicos, los económicos, los de distribución, los agro-ecológicos etc. y del producto de políticas mundiales y nacionales erradas.
   Según la FAO en los próximos diez años los promedios de los precios nominales con relación a la década anterior, se incrementarán en un 20% para la carne vacuna y de cerdo, el azúcar un 30%, el trigo, el maíz y la leche descremada en polvo entre un 40 y un 60 %, los precios de la manteca y de las oleaginosas más del 60%, y los aceites vegetales un 80%. Al respecto, el Subdirector de la misma José María Sumpsi, dijo respecto a las retenciones a las exportaciones agropecuarias y la actual crisis alimenticia: que se discute el hecho que se tomen medidas unilaterales, restringiendo exportaciones o importaciones, pidiendo además un comercio libre y con medidas no unilaterales, sino de consenso para de alguna forma tratar de evitar esas situaciones.
   Los gravámenes a la exportación no permiten que la agricultura argentina cumpla el papel de mayor exportador mundial (obligando además al sector a trabajar haciendo minería; o sea, extrayendo de nuestros suelos mas de lo que se repone a los mismos), por lo tanto también se impide que desarrollemos todo nuestra potencialidad productiva necesaria al menos para aliviar en parte la situación de los mercados internacionales, teniendo además negativos impactos a nivel nacional aflorando claramente e esta altura que la aplicación y pretendido incremento de los mismos tiene un carácter netamente fiscalista originado en las urgencias presupuestarias siendo esta las razones no explicitadas -pero claramente evidentes a esta altura- que explican la postura del Gobierno Nacional..
   
   Los gravámenes a la exportación no permiten que la agricultura argentina cumpla el papel de mayor exportador mundial y por lo tanto, alivie la situación de los mercados internacionales, teniendo además efectos a nivel nacional que son sin ninguna duda, los elementos que ha considerado el Gobierno Nacional para tratar a través de los mismos, de lograr equilibrio presupuestario.
   La agricultura es el principal del motor de la economía global, es el soporte del hábitat y de la subsistencia de un enorme número de personas en todo el mundo, es vital para el desarrollo del medio rural y la disminución de la pobreza, creando capital social, tanto para la producción de alimentos y también para la producción de mercadería destinada a otros fines no alimenticios. El principal desafío para el sector agropecuario, es producir alta cantidad y calidad de alimentos suficientes para atender la creciente demanda, conservar la biodiversidad y manejar los recursos naturales, promoviendo la salud humana y el bienestar, especialmente para los pobres del sector rural en los países en desarrollo.
   Como tal, el manejo agrícola necesita no solamente mirar el incremento de la productividad de las zonas bajo cultivo en la actualidad, sino también, adoptar eficientes practicas de manejo que respondan a los tres pilares de la sustentabilidad: 1° en lo medioambiental, manteniendo la biodiversidad y los ecosistemas…y manejando bien los recursos naturales; 2° en lo social: promover poblaciones saludables con chances de desarrollar todo su potencial, generar comunidades que se autoabastezcan de comida , fibras y combustibles de alta calidad; 3° debe proveer renta constante a las zonas rurales, e incrementar el valor de la produccion primaria a traves de cadenas de valor.
   En el año 2006 se estimaba que el 36% de la fuerza laboral mundial DEPENDIA de la agricultura, más bajo que el 42% de 1996, pero aun así es la actividad laboral más común. A medida que aumenta la riqueza y el desarrollo, aumenta el consumo de calorías por cápita. La demanda por una dieta más diversificada, que incluye proteínas animales tales como la carne y los productos lácteos, requiere más tierra cultivable o mayores rendimientos. Qué papel juegan los consumidores cuando eligen su dieta?
   El consumo de carne en China se ha duplicado en los últimos trece años y volverá a duplicarse según las estimaciones para el 2030.
   Los consumidores conocen y exigen sobre la seguridad de los alimentos, el origen del producto y el impacto ambiental, lo que conduce a un mejoramiento de la calidad de la comida a través de la cadena de valor agroalimenticia mundial.
   Los cambios alimentarios en los países ricos continúan registrándose un aumento permanente en el consumo de frutas y verduras, hecho que contribuye a generar menos calorías por hectárea. Por ejemplo China esta gradualmente abandonando los cultivos tales como cereales, para producir verduras y frutas. En este momento es el principal productor mundial de verduras y manzanas.
   La productividad de un ecosistema agrícola depende de numerosas especies , tales como los microorganismos del suelo, polinizadores, predadores de las pestes agrícolas, de la diversidad genética de los cultivos y…. también de otros componentes del los ecosistemas , como agua limpia, regulación del carbono, ciclado de nutrientes, y mantenimiento de la estructura edáfica, todos importantes para mantenerlos saludables, balanceados y productivos.
   Es así que la producción de alimentos y combustibles requiere, reitero, un cuidadoso manejo de la biodiversidad y otros componentes del mismo para asegurar el equilibrio.
   Se estima que si hoy quisiéramos con la misma tecnología de los 60 y los rendimientos de entonces, alimentar a ese nivel de población, deberíamos usar 970 millones de hectáreas extras, más que el total de tierra cultivable en USA. Cálculos varios estiman que entre el 30 y 60 % de los aumentos de rendimientos actuales, se consiguen a través de variedades de alta perfomance obtenidas por breeding y biotecnología. También somos conscientes de la responsabilidad que tiene la agricultura en el 14% de la emisión de los gases de efecto invernadero, emisiones de varias fuentes que incluyen el uso de los fertilizantes, feed lots, pantanales en la producción de arroz,, fertilizantes naturales, etc., con emisión de CO2 y oxido nitroso. También la transformación de uso de bosques y pasturas a uso agrícola, ocasiona la mayor emisión de CO2 desde el sector agrícola, a través de pérdida del 50% del carbón del suelo.
   En los últimos cuarenta años, el área de suelo agrícola ha crecido un 10%, pero en términos de cápita, la tierra de uso agrícola ha declinado, esta tendencia se espera que crezca ya que la tierra tiene expansión limitada no así el crecimiento poblacional.
   La degradación del suelo inducida por uso humano se aceleró desde mediados del siglo pasado; alrededor del 85% del suelo de uso agrícola ha sido afectado por erosión.
   Cada año, doce millones de hectáreas o suficiente tierra para producir veinte millones de toneladas de granos van a la desertización. El tamaño de Grecia es perdido cada año y representa suficiente grano para alimentar seis millones de personas anualmente. Aunque algunos de estos daños son irreversibles, muchos pueden ser prevenidos, o pueden revertir esa tendencia, a través del uso de los nutrientes necesarios para suelos agotados y con el manejo de los mismos con sistemas sustentables.
   El mundo ha comenzado a reconocer con esfuerzo que los sistemas tradicionales de cultivo presentan limitaciones reales desde el punto de vista agronómico y muy raras veces pueden competir, en términos de producción por hectárea, con los métodos modernos de cultivos intensivos. En las décadas de los años 60-70, la creación de variedades de cereales de alto rendimiento, más el empleo de plaguicidas, riego y fertilizantes, dio lugar a una revolución verde. El hito mencionado abrió espacio a la revolución biotecnológica, la que puede ayudar a resolver el problema alimentario de los países en desarrollo. La nueva biotecnología y en especial la relativa a las plantas, pone vastas posibilidades en manos de quienes la utilizan, resta la obligación de organizar equitativamente el acceso a los frutos de las investigaciones en los países en desarrollo, respetando los derechos de las partes en cuestión.
   En 1980 se empieza a experimentar con siembra directa en nuestro país; con la inquietud de un grupo de productores de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires, comenzaba a gestarse la base tecnológica y conceptual de una revolución en la manera de entender y llevar a cabo el proceso agro-productivo.
   En 1996, con la aprobación en el país del primer evento de la agro biotecnología moderna, se abría un amplio horizonte de innovaciones, las que serian claves para el salto productivo que experimentó y que experimenta actualmente nuestro agro. En todas estas realidades, Aapresid dejó su impronta y la ratifica hoy, al comenzar a construir el camino de la Agricultura Certificada.
   Un modelo de gestión, mejora continua y captura del valor agregado que expresa la evolución de la S.D y que estamos convencidos, está destinado a ser considerado en un futuro cercano, el tercer gran hito de la agricultura innovadora en nuestro país. La agricultura de conservación en general la S.D en particular ofrecen una alternativa productiva, que permite mantener los rendimientos, disminuir los costos, y a la vez, no solo conservar sino aun mejora el recurso suelo como base del sistema.
   En éste contexto, la certificación ambiental del proceso productivo de siembra directa intentará ser un mecanismo de información resumida y precisa que sea la base para una mejor gestión agronómica productiva y ambiental, y a la vez, le permita al consumidor conocer las características del proceso productivo, a través de conocimientos de basamento científico que fueron mensurados a campo, como lo expresaron en ROMA del 22 al 24 de Julio pasado nuestros técnicos Santiago Lorenzatti y Andrés Sylvestre Begnis, en el Taller organizado por la FAO “hacia una intensificacion sustentable de cultivos, el caso de la mejora de la salud del suelo”. No puedo disimular al respecto, el orgullo que significa para nosotros en AAPRESID en particular y para el agro argentino en general, estar representados en dicho foro, como uno de los casos paradigmáticos “el proyecto de agricultura certificada”,entre los ejemplos de evidencia exitosa de adaptación y divulgación de agricultura de conservacion en diferentes regiones del mundo. cuyos derechos de explotación comercial han sido cedidos durante este congreso por el Ingeniero Santiago Lorenzatti hacia AAPRESID.
   La particular situación política que se viene registrando en Argentina, en medio de un contexto internacional lleno de oportunidades, genera asombro a la comunidad internacional, la que no comprende cómo es posible que transformemos dichas oportunidades en problemas.
   El conflicto agropecuario más importante de la historia argentina que se desató en marzo pasado, no fue para discutir la funcion social de la tierra, en un marco de respeto de la propiedad privada. Cuando el suelo esta siendo utilizado de acuerdo con su productividad asegurando la conservación del recurso y proporcionando una buena redistribución de la riqueza productiva, a través de políticas de estado coherentes, consensuadas, con visión de faros largos, y mantenidas temporalmente independientemente del signo político del gobierno, simplemente vale copiar a los países exitosos del mundo –como ejemplo, solo mirar a nuestros vecinos inmediatos latinoamericanos. Sin embargo, ingresamos en el ámbito de una serie continuada de teorías sin sustento y mutantes, basadas en el intento de capturar la supuesta renta extraordinaria del sector, que nos llevaron a una encrucijada de difícil retorno.
   En este contexto, los miembros de la actual Comisión Directiva de Aapresid asumimos nuestros cargos a mediados de Abril del corriente año.
   Esta crisis catalizó una respuesta que movilizó aún a las entidades técnicas para intentar discutir un cambio en esas políticas equivocadas, de un gobierno, que cabe aclarar, es legítimo a partir del 46% de los votos, con mayoría en ambas cámaras, y que jamás dijo, desde su plataforma, que iba a eliminar las retenciones. Aunque es justo decirlo que tampoco anunció su aumento al límite de lo constitucional y confiscatorio, lo cual legitimó el masivo rechazo. .
   A los pocos días de la asunción, dirigimos a nuestros socios la propuesta del XVI Congreso Aapresid, “Quo Vadis”. Juzgamos pertinente, no solo reiterar nuestro congreso anual, sino redoblar la apuesta, tanto en lo tecnológico/productivo -QUO VADIS AGRO-, ícono de nuestros congresos, como en la organización del 1° Coloquio QUO VADIS ARGENTINA. Este evento amplio, abierto a todos los estamentos sociales, gratuito para toda la comunidad, y con profunda inserción de raíces (no podía ser de otra manera) en el fértil suelo de una sociedad con la cual estamos en deuda, fundamentalmente desde lo comunicacional.
   Así diseñamos un día muy especial para el viernes 15 de agosto, con destacadas personalidades a nivel nacional de los diferentes sectores productivos de la Argentina, profesionales de la comunicación, la educación y representantes de las diferentes instituciones de la democracia argentina.
   Sin duda alguna, este QUO VADIS ARGENTINA formará parte importante de las medidas que desde toda el área de producción se alzan como un reclamo irrenunciable: la participación en la política agropecuaria para el futuro, para evitar ser un espectador indiferente de las realidades. Por peso propio y derecho indiscutido, debemos ser partícipes y consultores de formulación de políticas de estado que resuelvan sobre el destino de la producción del sector más dinámico de la economía argentina, generador del 52% de las exportaciones, de las cuales, más de la mitad corresponden a bienes industrializados, sin dejar de participar activamente en la formulación de las políticas sociales, educativas y en todo lo referente a la redistribución genuina de la riqueza, con lo que el sector agropecuario está comprometido sin estridencias demagógicas.
   El lunes 4 de Agosto pasado , concurrí a la sesión inaugural del encuentro Argentino brasileño, con la presencia de una ESTADISTA , con mayúsculas , el Sr. Presidente de la República Federativa del Brasil el Sr. Lula Da Silva. Allí escuché a Nuestra Sra. Presidenta La Dra. Cristina Fernandez afirmar” Argentina no tuvo la suerte, reitero yo la suerte , de tener empresarios brillantes que pensaron hacia el futuro y arriesgaron para llegar a lo que son hoy. Aceptando que el aparato excretor urinario de nuestros empresarios no excreta agua bendita, condición que creo solo Nuestro señor, San Pedro, san Pablo y la madre Teresa de Calcuta poseían, creo que a La Sra. Presidenta se le escapó algún pequeño detalle, para llegar a esa situación los Empresarios Brasileños, dispusieron de un marco de previsibilidad coherente , y consecuente en el tiempo, desde los tiempos de Getulio Vargas, Juscelino Kubistchec, Janio Quadros, Goulart e incluso sus gobiernos militares hasta llegar al estadista antes mencionado El Sr. Lula. Esta actitud dista de la de los gobiernos argentinos, que solo han ofrecido un marco cambiante, sin seguridad jurídica y sin planeamiento alguno. En los países desarrollados, a los sectores estratégicos se los privilegia con medidas de estimulo acordes a su sustentabilidad, se los trata como socios privilegiados, y no se los toma como el enemigo a derrotar y a poner de rodillas. La suerte es azar y el azar es la estadista de los tontos, brasil lo que tiene es planificación. Allí es donde deberemos efectuar nuestra elección de cara al futuro: azar o planificación.
   Por último una pequeña reflexión: Si en este contexto el sector agropecuario argentino, con las lógicas correcciones que privilegien al pequeño y mediano productor en todas sus escalas, con, marco sustentable, pago de sus impuestos “constitucionales”, transparencia de gestión y fiscal, respeto de sus deberes previsionales y crediticios, es eficiente y tiene renta, pregunto cual es el pecado, y si el pecado es el éxito, prefiero un país de pecadores.
   
   Dr. Gastón Fernández Palma
   Presidente de Aapresid