Necesidad de un acuerdo con el campo
El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Nunca ha dado resultado el intento de industrializar el país sacándole recursos al sector agropecuario. Estamos usando la receta equivocada: tener alimentos baratos a través de créditos subsidiados y un sistema de compensaciones entre sectores que provoca una competencia desleal entre los mismos.
Autor: ARTURO NAVARRO - 25/03/2008
Este cuadro ya lo hemos visto en el pasado y todos saben que el gobierno es solo una parte del problema. Es grave, también, la actitud de nuestra dirigencia empresaria- inclusive del mismo sector agroindustrial- y de la mayoría de la dirigencia política: quieran recorrer el mismo camino con la misma propuesta pretendiendo lograr resultados diferentes.
La idea de muchos dirigentes es: “dejemos las retenciones pero que sean coparticipables con las provincias y, talvez con los municipios”. Este mensaje, en realidad, dice otra cosa: “dejemos las retenciones para siempre, que sean compartidas y que los productores se arreglen como puedan”.
La avidez del gobierno de cobrar una retención desmedida, que aumenta según sea el precio internacional hasta transformarse en confiscatoria, no hace otra cosa que precipitar una nueva crisis por falta de inversión y caída de producción.
La soja ha sido una bendición para el sector y para el pais. Su desarrollo hoy representa el 50% del área agricola y es el mayor bien exportado de la Argentina. Esto se logró por la visión de una gran cantidad de silenciosos emprendedores de nuestros campos que formaron una gran red con el apoyo de nuevas tecnologías y permitieron concretar esta explosión productiva y de servicios. Todo esto se realizó sin ninguna política de Estado específica, sin apoyo de ningún subsidio y a pesar del avance de las regulaciones e intervenciones de distintos gobiernos para apropiarse de mayores recursos.
.Aunque la soja reduzca su valor un 30% igual el productor la va a elegir como su cultivo preferido, con mas razón en esta cuadro de incertidumbre.
El problema central de esta crisis es que el gobierno ha fijado un precio tope a cuatro años para todos los granos y este sistema hace desaparecer los mercados de futuros. Estos mercados se crearon en el mundo –no solo en la Argentina- para proteger a los agricultores y no a las grandes empresas de trading internacional.
La creación del mercado a término de Rosario, por ejemplo, nació en 1884 creado por productores y comerciantes, solo seis años después de la primera exportación de trigo argentino. Es contemporáneo del famoso Mercado de Futuros de Chicago (1848) creado, también, por productores y comerciantes de granos. Los economistas que toman medidas contra el campo, creyendo que es un juego para recaudar más rápido, deberían leer un poco más de historia económica.
La Argentina está perdiendo la posibilidad de aprovechar los altos precios internacionales cuando se toma las decisión de sembrar al no existir un mercado a futuro previsible y los productores terminaran vendiendo sus granos en cosecha, provocando un mal aprovechamientos de la ya colapsada infraestructura del país.
Estas son las políticas contra las que se ha levantado el campo. Se está alentando lo que se quiere evitar: no va a ser negocio cubrirse con los granos propios en los mercados a término. Su consecuencia llevara a que el productor siembre para vender en el momento de cosecha y resguardarse de la inflación con moneda fuerte en los mercados financieros.
Repetimos para que no haya dudas: el productor volverá a especular con alguna moneda fuerte.
Todavía hay tiempo para organizar una mesa de negociaciones entre el sector agropecuario y el gobierno para discutir una política de Estado para el mediano y largo plazo.
El gobierno tiene la palabra y la capacidad para convocar a ese encuentro. No le pidan al campo que para sentarse a negociar abandone antes su lucha.