Una oportunidad para todos. Por Oscar Alvarado
El autor afirma que la revalorización internacional de los productos agropecuarios plantea el desafío de traducir esa situación en riqueza y mejor calidad de vida para toda la población. Uno de los puntos a resolver "es la creación de un marco institucional que fomente la inversión en la agroindustria", asegura.
Autor: OSCAR ALVARADO - 05/08/2007
Las nuevas demandas de alimentos de los países emergentes y la producción de biocombustibles generarán un nuevo nivel de precios de los productos agropecuarios.
Es un gran desafío sacar el mayor beneficio posible de esta situación, y así lograr una mejor calidad de vida para todos los argentinos. Para esto, es vital la formación de capital social y un marco institucional que incentive la innovación.
El ritmo vertiginoso con que aumenta la población mundial ha generado una situación muy particular. Los 6.500 millones de habitantes que hay hoy en el mundo representan casi la misma cantidad de personas que nacieron y murieron en la historia de la humanidad.
Más del 60% de los filósofos y el 90% de los científicos que ha dado la especie humana están vivos en la actualidad. Esto genera la sensación de estar viviendo un momento crucial de la historia, y nos hace pensar que lo que pasó hasta acá en materia económica poco sirve para explicar lo que estamos viviendo hoy y lo que tenemos por delante. Se trata de una nueva lógica.
En el siglo XX, los commodities tendían a la baja y los productos industrializados al alza. Hoy, las computadoras, los chips y los teléfonos disminuyen su valor, mientras que los commodities suben. De repente, la balanza se ha invertido y no alcanzan los recursos finitos para abastecer la enorme y diversa demanda.
Además, en los últimos años hemos vivido una revolución científica y tecnológica que ha aumentado sustancialmente la productividad del sector agropecuario y ha ampliado las posibilidades comerciales de nuestros productos.
Hoy ya no sólo hacemos alimento para los animales y para la gente, sino que además producimos combustibles alternativos, y dentro de poco estaremos creando sustitutos del plástico y de otros materiales.
La suma de estos factores genera un marco muy grande para los negocios agrícolas y cárnicos, y les da un fuerte impulso a las agriculturas regionales. El cuadro internacional es inédito, hace muchísimos años que no se da esta oportunidad para hacer negocios. Pero el desafío es hacer que esa oportunidad que el mundo nos genera se pueda traducir en riqueza y mejor calidad de vida para todos los argentinos.
Según Michael Porter, Profesor en la Escuela de Negocios de Harvard, es la acción del hombre lo que puede convertir las ventajas comparativas en ventajas competitivas. Si en la Argentina somos capaces de alinear la acción del hombre, fundamentalmente en el marco institucional, podríamos convertir nuestras grandes ventajas comparativas en ventajas competitivas, y basados en ellas generar un país mucho más rico para todos.
La acción del hombre y el marco institucional son lo que hace falta para llevar adelante este desafío de convertir una oportunidad única en riqueza para todos los argentinos. Pero, ¿cuáles son las acciones que debemos llevar a cabo? ¿Cómo se construye ese marco institucional?
Bernardo Kliksberg, autor del libro "Más ética, más desarrollo", habla de los cuatro capitales que un país necesita llevar adelante para generar una nación digna para todos los habitantes.
El primero es el capital natural, las ventajas comparativas, que en la Argentina sobran y no hace falta enumerar.
El segundo capital es la infraestructura, que en la Argentina no está demasiado avanzada pero tampoco es una limitante para el desarrollo de las ventajas comparativas.
En tercer lugar está el capital humano, del cual la Argentina está muy bien provista. En este país hay gente muy capacitada, inteligente y con una voluntad inagotable.
Pero el más importante es el capital social, porque es el que pone en marcha a los otros tres.
El capital social es el que reúne a todas las personas detrás de un sueño, generando ámbitos de confianza que permiten plantear objetivos comunes y desarrollar planes de acción. Es aquí donde debemos poner el foco.
En la actualidad, el sector agroalimentario argentino no está agregando toda la potencialidad de valor que podría.
A todos los que estamos en el agro nos encantaría que la Argentina saliera al mundo con algo más que un grano de maíz o un trozo de carne.
A todos nos gustaría generar un valor agregado dentro de nuestras comunidades y alentar su desarrollo, pero es el mismo marco institucional el que nos lleva a que, a veces, sea más conveniente vender el commodity como tal que elaborar productos en la Argentina.
Es por esto que uno de los puntos más relevantes por resolver en el futuro es la creación de un marco institucional que fomente la inversión en la agroindustria, que desaliente la evasión y que genere reglas de juego claras, cumplibles y persistentes en el tiempo. Para esto es imprescindible ponernos de acuerdo.
Debemos generar espacios donde la gente pueda dialogar a pesar de tener opiniones distintas y buscar el consenso, tener visiones comunes.
El desafío que tenemos en la comunidad agroalimentaria es construir empresas, herramienta esencial para construir valor y distribuir la riqueza que se genera.
¿Qué entendemos por empresa? Para nosotros, una empresa es un grupo de personas detrás de un sueño, compartiendo valores, donde el objetivo final es el bienestar de cada uno, y donde el dinero es simplemente un medio. No se trata solamente de hacer negocios, en los que el hombre y el ambiente se convierten en un medio para producir ingresos.
Por supuesto que la tecnología juega un rol central, pero hay que entender para qué nos sirve y elegir las herramientas correctas.
Será el empresario el que facilite los medios, el que esté al servicio de las personas y las potencie para emprender ese conjunto de voluntades que es una empresa.
De este desafío parte el Congreso Nacional Argentina CREA 2007, por realizarse en Córdoba en septiembre, y que tiene como eje a la empresa más allá de los negocios, como una de las primeras impulsoras del capital social y del marco institucional.
Se trata de una idea que en la Argentina suena cada vez más fuerte, y que tendrá en Córdoba un espacio genuino para la discusión y la búsqueda de consenso.
Empresarios, políticos, personalidades académicas y comunicadores estarán presentes.
Oscar Alvarado. Presidente de Aacrea