El diálogo no funciona como se esperaba

Observo con preocupación los primeros síntomas de que el diálogo entre el sector agropecuario y el Gobierno no funciona de acuerdo con las expectativas creadas, al no concretar cambios de fondo y perdiendo una gran oportunidad de modificar las políticas del sector a mediano y largo plazo.

Autor: ARTURO NAVARRO - 04/07/2007



   La pretensión del Gobierno de imponer sus políticas sin modificaciones está provocando las primeras reacciones de algunos dirigentes que pensaron que iban a encontrar un cambio de actitud oficial que permita encontrar el camino del crecimiento y el desarrollo del sector agropecuario y agroindustrial.
   
   Que quede bien claro que no pretendo cambiar de la noche a la mañana este engendro económico en el cual nos encontramos, pero sí poder observar que haya alguna propuesta, tanto de parte del Gobierno como de las entidades en el mediano plazo para poder hacer sostenible el crecimiento actual, evitando al mismo tiempo una nueva crisis económica por repetir un proyecto que ya fracasó.
   
   La actitud de la mayoría de los dirigentes que participan en el diálogo han caído en la trampa del Gobierno y aparecen haciendo propuestas coyunturales para hacer más operativo un sistema de intervención y de subsidios cruzados que no es sostenible en el tiempo y que está provocando el enfrentamiento entre los mismos protagonistas del sector.
   
   Tal lo que ocurre con los miembros que forman el Foro de la Cadena Agroindustrial, que para poder seguir siendo competitivos, algunos han terminando aceptando subsidios que salen de otros miembros de la misma cadena.
   
   Me refiero concretamente a las retenciones a las exportaciones y todos los subsidios cruzados que se implementaron para que no suban los precios de los alimentos que han terminando de distorsionar los mercados a futuros, único sistema efectivo para poder planificar las empresas agropecuarias.
   
   Salir de las distorsiones
   
   Si se pretende consolidar un diálogo constructivo y permanente entre el sector agropecuario y el Gobierno lo que primero hay que establecer es cuáles son las medidas de corto plazo para salir de todas las distorsiones provocadas por el mismo Gobierno y cuáles deben ser las políticas para el mediano y largo plazo para que la Argentina pase del subdesarrollo al desarrollo en 15 o 20 años.
   
   Desde mi punto de vista me parece lógico y sincero suspender la participación del Gobierno en la mesa de diálogo por alguna de las entidades. Lo importante para consolidar un sistema republicano de un país es que exista una oposición en entidades y partidos políticos -especialmente en un año electoral- para poder tener propuestas de alternativas disponibles si fracasa el actual sistema o cambian las autoridades del país.
   
   Si la actual mesa de diálogo que convocó el Gobierno no es el lugar para discutir y consensuar las políticas de Estado que necesita el sector agropecuario y agroindustrial, habrá que concretar entre las entidades privadas solamente que crean en otro proyecto para el agro, el lugar de discusión y de consenso para hacer la propuesta a quienes corresponda para terminar con esta dicotomía en la cual tiene que trabajar y producir el productor agropecuario desde hace tantos años y no le permite desarrollar toda su capacidad de generar riqueza genuina para mejorar la situación de todos los argentinos por medio del aumento de las exportaciones, única forma de poder tener alimentos baratos para todos los necesitados del país.