Cambiar politicas equivocadas.

El autor destaca que el complejo agroindustrial es el más importante del país por su capacidad de dar trabajo, por su producto bruto interno y por el volumen de sus exportaciones. Pero, principalmente -indica- porque está radicado en cada pueblo del interior de la Argentina. "Es fundamental potenciar a este sector", sostiene.

Autor: ARTURO NAVARRO - 16/06/2007



   Todas las políticas para el sector agropecuario y agroindustrial que se están implementando actualmente determinan la imposibilidad de eliminar las retenciones a las exportaciones, promoviendo las nefastas consecuencias que ha tenido su aplicación en el país e impidiendo una moderna integración geopolítica, necesaria para el logro de una solución definitiva de las villas miserias en los grandes centros urbanos, deteniendo, así, la emigración del Interior.
   
   Nos seguimos negando a ser parte de los países desarrollados del mundo, al no poder aprovechar en todo su efecto la mayor demanda de alimentos actuales y su crecimiento futuro, por falta de políticas de Estado que nos permitan ser un país previsible y privilegiado en el abastecimiento de alimentos terminados en este nuevo escenario mundial de crecimiento de demanda en todos los continentes del mundo. Pareciera que estamos predestinados a vivir con este tipo de políticas populistas -alimentos baratos para salarios bajos- que fue la única fábrica que no dejó de funcionar en la Argentina desde hace 70 años, procreando desempleo, marginación y empobrecimiento en el país.
   
   El manejo de la economía basado en la distorsión de los precios relativos por medio de las intervenciones cambiarias y las retenciones a la exportación, con el argumento de las reiteradas emergencias del país, junto con el desmedido gasto público y el endeudamiento, son las políticas que hicieron fracasar a la Argentina a través de los años, porque dejamos de ser competitivos con el mundo.
   
   La propuesta actual del gobierno nacional y los gobiernos provinciales apoyados por grandes grupos empresarios -inclusive de algunos que son parte del complejo agroindustrial- de mantener un dólar artificialmente alto con retenciones a la exportación, repite los mismos errores cometidos en otras épocas. Sumado a todo ello, posibilitaría transformar la materia prima en su lugar de producción en vez de exportarla sin valor agregado. A mayor distancia, mayor costo de flete y la única forma de poderlo relativizar es agregándole valor, bajando su peso específico.
   
   Como primera medida, el país necesita recuperar las instituciones que aseguren el funcionamiento pleno del federalismo y la independencia de los poderes. La reforma constitucional del 94 determinó un distrito electoral único y eliminó el colegio electoral. Se potenció el poder de los grandes distritos en desmedro de todo el Interior. La disciplina partidaria llevó a los políticos a aprobar dicha reforma y hoy esa misma disciplina o dependencia del gobierno nacional está repitiendo los mismos errores al apoyar las leyes que convalidan y agravan la situación actual, dándole poderes ilimitados al Ejecutivo, que va consolidando un proyecto unitario en el país. Hoy esa acción se consolida en lo político, con la conformación de un partido de quienes ostentan el poder encabezado por el presidente Kirchner, al cual adscriben funcionarios de las provincias de cualquier signo político, porque lo importante es tener recursos para poder gobernar, aunque se pierda la más elemental de las dignidades como ser la partidaria o la personal.
   
   Hay que terminar con los individualismos, con la confrontación entre sectores y propuestas cortoplacistas destinadas a "quedar bien" con los funcionarios de turno. No puede ser que a cada cambio de gobierno se trastoque toda la política. El país necesita una renovación de la dirigencia si realmente queremos cambiar nuestra historia. Necesitamos una conducción que piense primero en los intereses generales del país.
   
   Por todo lo expresado, los dirigentes del complejo agroindustrial tenemos que hacer una propuesta amplia y general para demostrar que contamos con vocación de poder real. En ella está la solución de los pueblos del interior. El complejo agroindustrial es la industria más importante del país por su capacidad de dar trabajo, por su producto bruto interno, por el volumen de nuestras exportaciones, pero principalmente, porque está radicado en cada pueblo del Interior en forma incipiente. Es fundamental potenciarlo, por ser el único sector que puede producir un hecho geopolítico de tamaña envergadura para tener un país moderno y desarrollado.
   
   Debemos promover la recaudación en el municipio y la coparticipación para arriba, si es que queremos realmente tener un sistema federal de gobierno con una nueva ley impositiva y de coparticipación de impuestos. El que cobra gasta racionalmente. Es una práctica elemental de sentido común. Hay que comprometerse entre todos a terminar con la evasión y racionalizar el gasto público, para que la actividad privada pueda desarrollar toda su capacidad innovadora con inversiones a largo plazo para generar nuevas fuentes de trabajo, especialmente, con las PyMES. Es fundamental para consolidar un sistema como éste limitar la corrupción, si queremos realmente mejorar la situación de los que menos tienen, porque los recursos del Estado van a quienes corresponde. La sociedad en su conjunto, pero especialmente los gobernantes y legisladores, deben convencerse de que el desarrollo del Interior del país está principalmente en el rol que tenga el complejo agroindustrial. Esta es la mejor política para empezar a solucionar la situación de las villas miserias, porque desarrollando las economías regionales se detendría la emigración del Interior. No alcanza con querer urbanizar las villas miserias en los grandes conglomerados habitacionales.
   
   El motor de esa recuperación nacional en los últimos años ha sido el sector agroindustrial, con todas las innovaciones e inversiones que hizo, aportando importantes recursos sin demandarle nada al Estado.
   
   A pesar de ello, en muchas regiones de la Argentina ya hay señales de alerta sobre los cambios de precios relativos por motivos internos y externos.
   
   Por eso, es fundamental dejar de lado estas políticas equivocadas que se vienen aplicando para el sector, que incluso se quieren profundizar ante la suba de los precios internacionales, e impedir que la iniciativa privada pueda desarrollar toda su capacidad emprendedora para poder producir un shock de exportaciones.
   
   Es la única manera de poder aprovechar la situación de la economía internacional y, de esa forma, traer las divisas genuinas para el desarrollo del país en su conjunto, bajo una estratégica acción geopolítica del complejo agroindustrial acompañando a todos los otros sectores.