Politizar la pelea para disimular el avance oficial

El juez Claudio Bonadio eleva a juicio a Amado Boudou y el Consejo lo multa. La Presidenta, en el acto del sábado, critica a los magistrados y el juez Marcelo Martínez de Giorgi procesa al fiscal Carlos Gonella, el preferido de la procuradora Alejandra Gils Carbó. ¿Hay una guerra entre el Gobierno y los jueces? ¿Un sector ataca y el otro reacciona? ¿O, acaso, la confrontación tiene otras explicaciones? Uno de los magistrados más encumbrados, que conoce todos los pliegues judiciales, asegura que "es el Gobierno el que busca instalar la idea de una guerra, para politizar todo. Pero esa guerra entre el Gobierno y el Poder Judicial no existe. Lo que sí hay es una estrategia de defensa muy agresiva".

Autor: Por Adrián Ventura | LA NACION - 16/12/2014




La frase, si se le presta atención, dice mucho más que lo que aparenta ser una salida de compromiso y resume lo que en buena parte de la Justicia analizan como una mezcla de relato, intento de colonización y, sobre todo, una posible estrategia para garantizar la impunidad, según analizan varios camaristas e, incluso, funcionarios de la Corte.

Veamos. El relato, por momentos, tiene ribetes insólitos. Ayer, en la Corte había mucho malestar porque en el Teatro General San Martín el kirchnerismo homenajeó al ministro supremo Eugenio Zaffaroni como el "juez de la Patria" y le adjudicó la autoría de fallos y políticas de Estado en los que Zaffaroni ni siquiera participó. "Zaffaroni trabajó poco y viajó demasiado", explicó un funcionario que había decidido no asistir.

También hay, claro, un intento de Justicia Legítima de avanzar sobre sectores clave de la Justicia, con una dosis muy fuerte de ideología. Y como pruebas -señalan los jueces- está la decisión del Gobierno de poner en marcha la Cámara de Casación del Crimen, donde trabajarán varios jueces oficialistas. "La justicia penal, en el futuro próximo, puede volverse caótica", resumía un juez.

Pero en los estratos más altos de la Justicia creen que el principal objetivo de los funcionarios apunta a socavar legitimidad a las muchas denuncias que hay contra ellos. El Gobierno contraataca y busca victimizarse. "Nunca hubo tantos casos de corrupción", asegura un juez federal.

¿Cómo toman los jueces federales esos ataques del Gobierno? Está claro que el Consejo, a lo sumo, puede multar a un juez, como hizo con Bonadio. Pero no puede echarlo ni suspenderlo. "Ningún juez federal, ni Bonadio ni ningún otro, se siente preocupado en absoluto", dice un camarista que tiene diálogo diario con ellos. Y agrega: "Lo viven como fuegos de artificio, porque los gobiernos pasan y los jueces siguen estando allí".

Y en la Corte completan ese escenario con dos datos. El primero: toda sanción a un juez puede ser apelada y revisada por la Corte.

El otro, más sugerente aún: la presidencia de la Corte seguirá estando en manos de Ricardo Lorenzetti, que tiene mandato hasta fines de 2015. Y si una versión lanzada por el oficialismo intuyó que Lorenzetti podía ser reemplazado por la jueza Elena Highton, que tiene mayor sintonía con el oficialismo, parece estar equivocada. "Antes que nada, Highton es una judicial y no tolera las persecuciones."

"El Gobierno, en sus ataques, embistió con éxito contra todos los sectores, medios, empresarios, supermercados, etcétera. El único sector al que no pudo doblegar fue la Justica. Recuerde cómo terminó la historia de la reforma judicial", decía uno de los secretarios letrados con más experiencia de la Corte..