Enfermiza relación y desplante entre Cristina y Scioli.

La mayoría de las apuestas en el oficialismo dan cuenta de que Daniel Scioli terminará siendo el candidato presidencial de Cristina Fernández de Kirchner en 2015. Pero casi nadie cree que esta elección se resuelva en un trámite rápido y sencillo.

Autor: Por Fernando Laborda | LA NACION - 26/12/2014


La enfermiza relación que une a la Presidenta y al gobernador bonaerense puede comprobarse con el desplante que sufrió Scioli a manos de la jefa del Estado, en oportunidad del acto por los 31 años de democracia. Scioli acababa de regresar apresuradamente desde Miami, donde participó de un encuentro junto con Bill Clinton. Para efectuar ese viaje y regresar a tiempo, la gobernación contrató un costoso avión privado. Ya en la Casa de Gobierno, Cristina Kirchner lo recibió públicamente con palabras no muy cordiales: "Las candidaturas son algo más que un color o sacarse una foto", expresó, en lo que pareció una obvia alusión al color naranja del sciolismo y a su promocionada foto con Clinton.

Días antes, el coordinador de la Unidad Presidencial, Rafael Follonier, renunció a su cargo luego de que se conocieron sus activas gestiones para que Scioli se encontrara con la presidenta chilena, Michelle Bachelet, y con el mandatario electo de Uruguay, Tabaré Vázquez, aparentemente sin la venia de Cristina Kirchner. El mensaje de la Presidenta es que no quiere ver a ninguno de sus funcionarios trabajando activamente para la campaña de Scioli.

Así y todo, en el peronismo, y también dentro del kirchnerismo, se advierte que la evolución de las encuestas lleva a pensar que, tarde o temprano, la Presidenta debería terminar ungiendo al mandatario bonaerense como el candidato a sucederla en la Casa Rosada. Un dato: la senadora provincial y esposa de Carlos Kunkel, Cristina Fioramonti, acaba de abrir un local sciolista en Florencio Varela.

El último sondeo de Management & Fit, cerrado el 3 de diciembre entre 2400 personas de todo el país, señala que Scioli mantiene una imagen positiva del 37,6% y una negativa del 22,9%, con un diferencial favorable del 14,7%, mientras que la figura presidenciable del oficialismo que lo sigue, Florencio Randazzo, tiene el 23,3% de percepción positiva y el 27,8% de negativa, con una diferencia desfavorable del 4,5 por ciento.

En cuanto al posible techo de votantes, la suma de quienes seguro lo votarían y de quienes podrían votarlo le asigna a Scioli el 43,8%, contra el 26,9% de Randazzo. El porcentaje de los que nunca los votarían es del 45,2% para el gobernador y del 59,6% para el ministro del Interior y Transporte.

Una duda que se plantea en el oficialismo es si Cristina Kirchner dejará que haya lucha interna en las PASO de agosto entre Scioli y otros candidatos del partido gobernante o si le otorgará antes al gobernador bonaerense el monopolio de la representación del Frente para la Victoria, tras una negociación en la cual ella pueda imponer la gran mayoría de los diputados nacionales, el postulante a la gobernación -podrían ser el propio Randazzo, Sergio Berni o Julián Domínguez- y hasta el compañero de fórmula de Scioli.

La mayoría de las opiniones indican que la Presidenta se tomará todo el tiempo del mundo, quizás hasta los últimos días previos a la oficialización de candidaturas para las PASO, para adoptar cualquier decisión. No obstante, no faltan quienes creen que, a medida que pase el tiempo, la fortaleza de Cristina para imponer condiciones podría ir declinando..

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