DE PACTOS Y ALIANZAS VS. COMPETENCIA RUINOSA..

Se discute en esta nota sobre la ruinosa competencia que podrían hacerse los candidatos de la oposición, ya instalados, que quieren destronar a Cristina. Se propone, humildemente, un pacto, táctico, en el sentido sugerido por Carrió: si vamos separados, "nos ganan de vuelta". No es fácil que se logre este consenso, pero es el que implícitamente demanda el 70% de la ciudadanía que quiere el fin de ciclo, sin abandonar lo que hubiere de bueno en el modelo kirchnerista. El "cambio" estratégico empieza el día del Pacto tactico.
Autor: Lic. Jorge Ingaramo. - 01/01/2015
Se viene el 2015.
Ante un año electoral, los temas de discusión económica pasan a estar condicionados por el debate político. Hay tres conceptos que se han escuchado mucho en los últimos días:
- Aníbal Fernández criticó el gobierno de la Alianza, que propició los trágicos sucesos de fines de 2001, comparándolos con la paz en que transcurre este fin de año. En general, la Alianza que llevara al gobierno a De la Rúa, recibe la clásica crítica de manual, además de todas aquellas que se efectúan de mala fe.
- "El fin de ciclo": una relativa mayoría de opinólogos, empresarios y otros factores de poder, consideran que el kirchnerismo ha concluido y que, si sobrevive, tras la candidatura de Scioli o Randazzo, será o un modelo de resistencia para volver en 2019 o el aguante ante el embate judicial o el mantenimiento en cargos expectables, de la tropa camporista. Pero, en general, se considera que se van. Otros piensan que la Presidenta se las arreglará para poner su candidato, armar sus listas y llenar los bolsillos con plata, para ganar en primera vuelta y que, con el piso electoral que tiene, puede alcanzar el anhelado 40%, si es que la oposición va más dividida de lo aconsejable.
- El "Pacto por México": ríos de tinta han corrido en elogio (la mayoría de las veces) de la voluntad política de los tres grandes Partidos de México, al acordar un detallado conjunto de medidas, que no todos firmaron sin disidencias, para ser aplicadas, de entrada, en el gobierno de Peña Nieto, dirigente renovador del más apolillado de los Partidos, además de lleno de corruptelas: el PRI. La palabra pacto, que en La Argentina no está bien vista, parece un poco chica, para nominar semejante volumen de medidas que, para colmo, no fueron meras expresiones de deseo, sino que se llevaron a la práctica.

Pactos, alianzas y concertaciones.
En La Argentina, no se recuerda Concertación a la chilena, que fuera tan exitosa. Integrada por Partidos tradicionales de una moderada centro - izquierda, la citada Concertación desmontó parcialmente el sistema político - institucional heredado del pinochetismo, pero no se atrevió con las, primero muy dolorosas, pero luego muy efectivas, medidas económicas, que transformaron a Chile en un miembro de la OECD. Tras el gobierno de Piñera, y con una peligrosa alianza de Partidos, Bachelet volvió para terminar el trabajo pendiente. Pero no se puede decir que a su menor moderación le esté yendo demasiado bien.
En La Argentina, grosso modo, el no - pejotismo de centro - izquierda, e incluso el tradicional Partido Radical, tienen cierta admiración por la primigenia Concertación. Uno podría decir que el Frente Amplio UNEN, que no incluye a "la ultra", podría ser un borrador local, que aspira a desmontar las instituciones y prácticas kirchneristas.
Los pactos, en nuestro país, tienen mala fama. Desde aquel que le permitiera a Frondizi ser Presidente, hasta el de Olivos, que claramente benefició a Carlos Menem. Por eso, la palabra pacto no tiene el mismo significado que en México y, en general, uno puede asociarla con modelos tácticos, no estratégicos. Perón jamás hubiera hecho una alianza, porque una acción de este tipo deteriora el liderazgo: las alianzas se hacen cuando a uno no le alcanza. Y a Perón, siempre le alcanzó, incluso cuando pactó con los Montoneros. Pero ello nunca fue una estrategia (El Viejo sabía de Conducción política). Por eso, duró un suspiro y, concluído, probablemente terminó con su salud. Finalmente, Alfonsín denunció el pacto militar - sindical, discurso que fuera clave para derrotar al peronismo en 1983 e intentar hacer virtualmente lo mismo que trató de conseguir la Concertación post-Pinochet.
Finalmente, la Alianza, de ahora triste fama, fue armada por Alfonsín, pocos días antes de las elecciones de medio término del segundo gobierno de Menem. En realidad, era más un pacto táctico, para impedir la re- re-elección, que una alianza para construir poder. Al ser exitoso el intento, luego se transformó en la Alianza (dudosamente programática) de tan poca duración, como un pacto. La alianza era entre la UCR y el peronismo desilusionado, más cierta centro - izquierda, pero no tenía un programa de gobierno claro Es más, luego del fracaso inicial en materia económica, llamó al padre de la Convertibilidad (excompetencia electoral), para que intentara desarmar el artefacto, (añejo ya en 1999) que había llevado a De la Rúa al poder: el 1 a 1.
¿Y ahora?.
La Presidenta tiene más del 30% de aprobación y hay, por lo menos, dos candidatos que, sumados, tienen una intención de voto similar. Hay Partidos de izquierda, anti - sistema, que pueden reducir la cantidad de votos presidenciales disponibles para el resto de los candidatos no oficialistas, que son básicamente tres: a) los que se postulen desde el Frente Amplio UNEN, que ya se ven mal posicionados para las presidenciales pero muy bien en las provinciales; b) Macri, que es de Boca, tiene buena gestión, hizo buenas elecciones en las últimas legislativas y estuvo en el grupo que derrotó a Néstor en las legislativas de 2009 (luego depreció ese Activo) y c) Massa, peronista renovador, fuerte en una sola provincia, pero autor de la derrota de Cristina en 2013, o por lo menos uno de sus más meritorios artífices. Mostró buena gestión y presume de tener un equipo experimentado, buena parte del cual participó de los logros del primer kirchnerismo (por lo menos hasta fines de 2005).
¿A qué vienen estas reflexiones?:
a) Es difícil que haya algo parecido a un Pacto por México, por el lado de la oposición, que está constituida por líderes muy distantes de aquél Alfonsín de 1983, pero muy pagados de sí mismos, como para aceptar rebajarse a construir una juntada como la que propusiera Carrió.
b) Siguiendo con Lilita, tiene razón cuando dice, aunque no sea textual, que si no se juntan, "vuelven a ganar". Pero la propia Lilita excluye a Massa y, entre éste y Macri, están tratando de lograr inserciones provinciales, principalmente disputando el, ahora cotizadísimo, aparato radical, ya que no pueden disputar por el del socialismo.

Dicho todo esto, nadie puede asegurar que estemos ante un fin de ciclo y, menos aún decir cuál es la táctica o la estrategia adecuada para que, verdaderamente, haya más cambio que continuidad, desde el 10 de diciembre del próximo año.
La Señora, todavía mantiene el centro de la escena política y, seguramente, tardará en decidir su estrategia electoral y sus candidatos, (parece que ella no se postulará). Es decir que los partidos de la oposición van a seguir desgastándose, no sólo en la pelea entre ellos por los "aparatos", sino también para frenar los embates del kirchnerismo que quiere permanecer a como de lugar.
Por lo tanto, en nuestra modesta opinión, si bien no hay lugar para concertaciones o alianzas, en materia de contenido y de políticas de Estado, los dos principales líderes ya posicionados (Massa y Macri), podrían pactar, para asegurarse el triunfo de uno de ellos en la primera vuelta ya que, como dijo Carrió, si van todos divididos, el riesgo se vuelve incertidumbre.
Debe recordarse que, mal o bien, en la ANSES hay más de MU$S 55.000 (al Tipo de Cambio oficial); el Ejecutivo puede contraer deuda, incluso "involuntaria", empleando el "paga Dios" y cargarle la mochila al próximo gobierno. Con lo cual, plata, en términos nominales, no le va a faltar.
Macri no puede entrar, o le cuesta demasiado, en la Provincia de Buenos Aires; Massa no tiene, ni por asomo un candidato en Córdoba. Binner y Cobos miden muy bien y podrían triunfar si bajaran a sus respectivos distritos; etc.. Además, lo que no es poco, las alianzas de Massa no se establecen con peronistas y Macri ha terminado por desarticular el FAUNEN.
Pero ninguno tiene garantías de contar en un eventual futuro gobierno, con "Gobernadores del palo". Si por "acuerdos", pero no del palo. Por otra parte, muy probablemente, si fueran separados, tendrían minorías demasiado dramáticas en ambas cámaras del Poder Legislativo y se verían "obligados a acordar".
Por eso, sugerimos, que dado que Massa es aún muy joven y no ha sido Gobernador de su provincia, podría pactar con Macri, e implícitamente con Cobos y Binner, que el futuro Presidente, estrictamente por un período, fuera Macri y que en las principales provincias se asegurara el acceso a la gobernación de alguien "afin", más no del palo.
Este sería un pacto político muy distinto al de México, que tendría como contenido cambiar el modelo kirchnerista, manteniendo la continuidad de "lo que sirve", y sin agredir desde la Nación, a estrategias locales. Macri sabe mucho lo que significa que no le atiendan el teléfono en la Rosada y por eso entendería más que bien, las necesidades de gobernadores que podrían aportarle los votos indispensables en cualquier estrategia que requiera del Poder Legislativo, para profundizar rápidamente la fase de "cambio" que debería encarar el próximo gobierno.
Competir en lugar de pactar, podría ser ruinoso. No sólo para las carreras individuales sino también para el 70% de los ciudadanos argentinos que no son intransigentes kirchneristas y que, por lo tanto, quieren ver que efectivamente entramos en un fin de ciclo.
Sin ser agresivo, me atrevo a pensar que no hay plata para tantas campañas políticas exitosas. Desde ya que no existen los fondos con que cuenta el oficialismo. Pero la economía tampoco tiene empresas tan florecientes como para bancar tres candidatos, cuando tranquilamente podrían pagar una baja prima de seguro, si ponen todos los recursos en uno solo, con éxito casi asegurado. Si el 70%, menos los recalcitrantes de FAUNEN, menos la izquierda anti - sistema, votan por una sola opción, el fin de ciclo está al alcance de la mano. El "cambio" estratégico empieza el día del Pacto táctico.