AGRICULTURA PAMPEANA: ¿CÓMO VIENE LA CAMPAÑA?

La campaña 2014/15 viene con buen clima, magros precios y desafortunada política pública para el sector. Los rindes de trigo han sido buenos, pero no se puede exportar. La campaña es pobre en materia de insumos y se abusó de trigo y soja, cuyas semillas autógamas no demandan erogaciones ni costos financieros. Las exportaciones del complejo soja serán, si la cosecha es buena, unos MU$S 4.000 inferiores a las de 2014, a los precios de comienzos de 2015. Los rindes de la gruesa pueden ser incluso mejores que los del año pasado, porque hay menos siembra de soja de segunda y maíces tardíos.

Autor: Lic. Jorge Ingaramo. - 05/01/2015


Área sembrada y cosechada.
Puede afirmarse que, teniendo en cuenta los seis cultivos principales de la Región Pampeana, (algunos de los cuales se siembran en economías regionales) y empleando como fuente la Bolsa de Cereales, -excepto en el caso de la cebada (MINAGRI)-, se registraría una leve reducción del 1% en el área sembrada total. La baja de unas 300.000 hectáreas se asociaría exclusivamente a la expansión del modelo trigo-soja o a cada uno de los cultivos mencionados en forma individual, ya que los restantes presentan caídas, en algunos casos muy significativas (los números no cierran o "pegan en el palo").
Se recuerda que las semillas de trigo y soja son autógamas, es decir que el productor no necesita comprar insumo nuevo para cada implantación y puede emplear el concepto de "semilla de uso propio", admitido por la Ley de Semillas en vigencia, lo cual reduce los desembolsos financieros que sí afectan a los híbridos aplicados, por ejemplo en maíz, sorgo y girasol, (tienen alta significación en la estructura de costos, así como en los desembolsos financieros).
Las siembras de invierno, trigo y cebada, se efectuaron en condiciones de buena humedad, y luego de que los productores trigueros recibieran buenos precios a raíz de la fuerte escasez de 2013, cuando la Autoridad se equivocó en las estimaciones de cosecha y en las autorizaciones para exportar, generando perjuicios al consumidor. Con expectativa de buenos precios, la siembra de trigo creció casi 15%. Aún así, se alcanzó un nivel muy bajo, en la serie histórica. Para colmo, según la Bolsa, se perdió un 6,2% de las MHas 4,2 sembradas.
Se lleva cosechado en la actualidad (al 30/12/14) el 87,7%, con muy buenos rindes en algunas regiones. Pese a la superficie perdida por anegamientos o excesos hídricos, se alcanzarían las MT 11,5 de las cuales, por ahora, sólo se podrá exprotar MT 1, cuando en realidad se podría haber autorizado ya, a fin de favorecer al productor, un volumen de MT 4, debido a que está comprobado que en los silos ya hay más de MT 9,6 del cereal. El rinde medio ha sido de casi qq/ha 28, con zonas como el Norte de La Pampa y el Oeste de Buenos Aires, que alcanzaron, excepcionalmente, qq/ha 38,1.
Para el MINAGRI, la siembra de cebada cayó unas 250.000 hectáreas (un 20%), hasta alcanzar algo más de 1 millón. Se lleva cosechado el 91% y no hay estimación oficial de resultados. Se recuerda que es una materia prima que se exporta y que ha tenido creciente significación en el comercio exterior argentino en los últimos años, a raíz de la represión sufrida por el trigo, siempre en beneficio de la "mesa de los argentinos".


La siembra de maíz y sorgo han sido las más afectadas por la caída de los precios internacionales, el atraso cambiario y la suba de los costos en dólares. Cayeron 21 y 19%, respectivamente. Entre ambos cultivos se perdió MHas 1, de las cuales 800.000 hectáreas corresponden a maíz. El último Informe de la Bolsa consigna que el 74,5% del maíz de uso comercial ya ha sido implantado. También registra que el 75,8% del total del sorgo a ser sembrado, ya está en desarrollo.
El área sembrada con girasol cayó 12%, hasta alcanzar apenas MHas 1,3, de las cuales un 2,2% se encontraba cosechado, al 30/12/14, principalmente en Chaco y Norte de Santa Fe.


Finalmente, la Bolsa espera 600.000 hectáreas adicionales de soja, hasta alcanzar MHas 20,6, de las cuales un 90,6% ya está implantado.
Las condiciones climáticas de la campaña son favorables, aunque podrían irse modificando hacia el mes de febrero, que queda todavía bastante lejos en el horizonte.
Se nota en el presente año, baja participación de soja de segunda y maíces tardíos, que fueran tan relevantes en la campaña pasada, visiblemente afectada por una prolongada seca en diciembre y enero, que durara 40 días, y detuviera la siembra -en prácticamente todo el país-, durante ese lapso.

Precios internacionales.
Se recuerda que, desde mayo de 2013, comenzó una paulatina declinación de los precios internacionales de las commodities, por una combinación de variables macroeconómicas y expectativas de buenas campañas, tanto en los EE.UU. como en el Hemisferio Sur, (considerando maíz y soja) y la región del Mar Negro (principalmente Ucrania y Rusia), si se toman en cuenta canola, trigo y girasol.
Posteriormente, en el segundo trimestre de 2014, la certeza de cosechas record de los farmers americanos, más el cambio en el posicionamiento de los fondos de inversión, produjeron el derrumbe que tanta preocupación causara, no sólo a los Yankees, sino también a nuestros chackers. También hubo expectativa de buenas siembras en el Hemisferio Sur, que hasta ahora están relativamente confirmadas. La reticencia a vender barato y el regreso más activo de China en los últimos meses de 2014, hizo que algunas posiciones para soja y maíz, mejoraran con respecto a los pisos, explorados por la sobre-actuación del mercado cuando se conoció el éxito norteamericano.
Obviamente, buena parte del 12% de baja de las exportaciones totales argentinas, hasta noviembre de 2014, se debe al deterioro del precio de las commodities (los autos y Brasil hicieron el resto, enfáticamente ayudados por el atraso cambiario local).
Para ver qué nos espera, comparamos los FOB MINAGRI del 2 de enero, con los de un año atrás. Para cereales, la caída interanual es de 24 y 6%, en trigo (muy pocas ventas) y maíz, respectivamente. Para el complejo girasolero, las bajas son de 9% para grano y aceite y 13% para el pellet. En soja, las mermas son de 17; 10 y 9%, para el pellet (proteína, aquí se ve claramente el "retiro" chino, no porque nos compren a nosotros, sino por el menor nivel de actividad económica), aceite y poroto, respectivamente.
Como consecuencia, considerando el uso propio de semillas para la próxima campaña y suponiendo una venta de MT 14, como poroto y una industrialización de MT 35, el valor del negocio exportador caería en MU$S 4.000, pasando de 26.570 a 22.585. La Argentina no podría contar con estos recursos genuinos y sufriría, dejando todo lo demás constante y aún con una buena cosecha, una caída adicional de entre el 5,5 y 6 % de las exportaciones.

Precios internos.
Los valores disponibles, al cierre del 2 de enero, en el Mercado a Término, han bajado sustantivamente para 3 de los 4 principales cultivos. En trigo, la caída es muy importante y llega al 46% que, curiosamente, se registra cuando el Banco Central no dispone de todas las Reservas que desearía, para hacer frente a sus compromisos y justo cuando se ha confirmado que la cosecha ya ensilada alcanza holgadamente para abastecer el mercado interno, lo que permitiría al menos cuadruplicar las autorizaciones a exportar ya concedidas.


Para maíz y soja, las bajas son del 29 y 12%, respectivamente. Al sector aceitero le cuesta cada día más conseguir mercadería, en el caso de la soja, porque los productores resguardan su capital de trabajo y regulan la venta y en el caso del girasol, cuyo valor disponible subió 8%, porque la siembra del Norte (Chaco) ha sido muy floja, y la demanda de materia prima (molienda para el mercado interno, que se abastece desde las industrias situadas en el Paraná), hasta ahora no encuentra oferta.
Las bajas en los futuros son menos significativas (respecto al disponible) en el caso del trigo y el maíz: 38% para la posición julio, en el primer caso y 15% en la posición abril, para el segundo.
Finalmente, la baja en la soja mayo es del 16% y alcanza un valor de U$S/tn 244, visiblemente no rentable para rindes inferiores a qq/ha 25/26, es decir un nivel levemente inferior a los 26,6 de promedio de los últimos tres años buenos.