El fiscal planeaba resguardar pruebas.

El fiscal Nisman le había dicho a su colega Stornelli que se sentía algo asustado. El viernes pasado, 48 horas antes de morir, el fiscal Alberto Nisman había decidido que necesitaba poner a resguardo, fuera del ámbito de su fiscalía y de su casa, documentos vinculados a su denuncia contra la Presidenta.

Autor: Por Paz Rodríguez Niell | LA NACION - 21/01/2015


Lo habló con su colega Carlos Stornelli, que lo había llamado desde Pinamar para ver cómo estaba. Dos días antes, Nisman había acusado a Cristina Kirchner y a su canciller, Héctor Timerman, de haber conspirado para "fabricar la inocencia" de funcionarios iraníes comprometidos con el atentado a la AMIA y construir falsos culpables.

Stornelli -por lo que se sabe hasta hoy, el último de los fiscales que habló con Nisman- relató ayer a LA NACION que no eran amigos, pero se conocían de Tribunales desde hacía muchos años y que fue él quien le ofreció su ayuda para lo que pudiera necesitar. Le dijo, puntualmente, que le podía guardar documentos. Nisman, para su sorpresa, le contestó que sí; que quería, que se juntaran. Quedaron en reunirse para concretarlo cuando Stornelli volviera de Pinamar, pero Nisman murió antes.

A Stornelli, que adelantó su regreso y ayer estaba de traje en los tribunales de Comodoro Py, Nisman le había dicho que tenía pruebas muy fuertes que avalaban su denuncia contra la Presidenta. También que se sentía seguro, aunque algo asustado por la magnitud de lo que estaba haciendo. Y que no podía guardarse lo que tenía. Algo similar relataron diversos interlocutores del fiscal en las horas previas a su muerte.

Ayer, Stornelli fue una de las visitas que se sucedieron durante la mañana en el despacho de Ariel Lijo, el juez que tiene a su cargo la investigación de la denuncia presentada por Nisman.

En plena feria judicial, el edificio de los tribunales de Comodoro Py estaba desierto, pero en el tercer piso, la oficina de Lijo fue el escenario de una reunión de la que iban entrando y saliendo funcionarios judiciales, que compartían datos y opiniones sobre el caso Nisman. El despacho tenía todos los cuadros bajos y las ventanas tapadas con diarios. Como el juez iba a estar de vacaciones, había decidido pintar. La muerte de Nisman cambió todos los planes.

Pasaron por lo de Lijo su colega Claudio Bonadio; los fiscales Ramiro González -responsable junto con Lijo de la investigación de la denuncia-, Stornelli y Raúl Pleé, fiscal de Cámara con despacho en el quinto piso, y hasta el líder del gremio judicial, Julio Piumato, que no trabaja en el edificio. La presencia del gremialista tenía un objetivo extra: promocionar el paro convocado para hoy. "Queremos manifestar desde Tribunales un homenaje a Nisman y rechazar su muerte -dijo Piumato-. La consigna es en defensa de la Justicia y por la verdad." Será durante una hora. De 11 a 12. Salvo en Comodoro Py, donde se anunció de 10 a 11. Es un paro extraño, en plena feria; cuando, en el mundo normal de los tribunales, no pasa casi nada..

Documento completo de la denuncia de Fiscal Alberto Nisman

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