La marcha del 18F es política pero no debe ser partidaria

La polémica tiene la lógica de la Argentina tensa de los últimos años. Los fiscales acaban de convocar a una marcha de silencio para el 18 de febrero. Piden garantías para poder trabajar con independencia y reclaman que se aclare cuanto antes la muerte de su colega, Alberto Nisman, y que se ponga a resguardo su denuncia sobre el Pacto con Irán para poner a salvo a los sospechosos de la voladura de la AMIA.
Autor: Por Fernando Gonzalez del Cronista - 09/02/2015
Pero el Gobierno evalúa la marcha como un desafío a su gestión desgastada por el tiempo y por los errores. La Presidenta, golpeada por la denuncia y por la muerte misteriosa de Nisman, ha ordenado a sus colaboradores que condenen la marcha y la descalifiquen por "política". El verdadero problema, en realidad, es que la protesta gana respaldo en el Poder Judicial y en sectores sociales impactados por el caso.
Claro que la marcha del silencio es política. Y lo es porque su eje es un reclamo político: pide mayor presencia del Estado, mayor transparencia y que el Gobierno sea un aliado y no un obstáculo para los investigadores. Pero nunca debe caer en la tentación de ser partidaria. Si algún dirigente oficialista u opositor quiere sumarse deberá hacerlo a título personal. Que la marcha del 18F sea política es un derecho de todos los ciudadanos. Y más cuando se tiene la sensación dolorosa de la impunidad.