LA ESPINOSA CUESTIÓN DEL CEPO CAMBIARIO.

Se comentan los dimes y diretes en torno a eliminar el cepo. Se propone la indispensable consistencia de un Plan económico, a ser aplicado por un Presidente electo que genere confianza y se discuten cuáles son los mejores instrumentos para, en el menor plazo posible, producir la unificación del Tipo de Cambio y la liberación de la demanda de divisas. Un BCRA autónomo y con "poder de fuego" es " La llave".
Autor: Lic. Jorge Ingaramo. - 16/04/2015
¿Eliminar el cepo?.
Luego de la jugada fuerte de Macri, sosteniendo que el 11 de diciembre se eliminaría el cepo, hubo muchos comentarios profesionales sobre los requisitos para poder hacerlo y los plazos en los que se podría llegar a la unificación (un mercado y un precio) y liberación cambiaria, que no es lo mismo que la flotación (valor flexible de la divisa).
Esta semana, recrudeció el debate luego de que el asesor de Scioli, Miguel Bein, dijera que no permitiría que 10 millones de tipos se lleven el Banco Central a la casa. Cuando aclaró, sostuvo que "a partir del año que viene va a ser necesario un esquema de administración donde va a haber que fijar prioridades, porque la apertura al crédito internacional está interrumpida por el fallo del Juez Griesa".
Profundizó diciendo "para tener dólares adicionales, porque las reservas que van a quedar, en buena parte serán deuda ... ". "tiene que haber una negociación (fallo Griesa) que salga bien para la Argentina, con una quita superior al 30% ... se puede conseguir, porque hay una parte de ese fallo que son intereses punitorios ... hay que cerrar el capítulo en condiciones favorables y una vez resuelto, Argentina va a poder tener acceso al crédito internacional a tasas parecidas a las de varios países de América Latina, que ronda el 4%." "Recién entonces, con la seguridad de acceso al crédito, puede empezarse a pensar en bajar los controles de capitales, no hay que eliminarlos por completo porque hasta el FMI cree que son necesarios, después de la crisis de 2008".
Como se ve, visiones muy contrapuestas que además se combinan -en mayor o menor grado- con opiniones acerca del modo en que se podría eliminar el cepo y los plazos.
Para los asesores de Massa hacen falta 100 días y tomar 10 medidas previas, que nadie explicó del todo. Par un ex Ministro de Economía, es imprescindible legalizar contratos en dólares y permitir que, si se produce un shock de oferta, éstas puedan transformarse en depósitos en el sistema financiero que se traduzcan en préstamos sólo para empresas.
Otros profesionales hablan de una devaluación compensada y la habilitación de un sistema de depósitos indexados por Tipo de Cambio, para facilitar el aseguramiento del poder de compra (futuro) de los dólares que ingresen. Finalmente, hay quienes insisten en un desdoblamiento cambiario, donde el que se libere, sea el Dólar para el movimiento de capitales, a fin de evitar el impacto inflacionario de una eventual devaluación.
Como se ve, hay mucha tela para cortar.
Algunas precisiones.
En primer lugar, es obvio que en 24 horas no se debería liberar totalmente el cepo cambiario, dada la probable situación de debilidad del Banco Central, al carecer de instrumentos alternativos a la venta de reservas, para evitar una corrida cambiaria en el caso que no hubiera la suficiente confianza. Aquí se debe tener cuidado con proyectar al futuro la situación actual. Si hoy, el actual equipo económico liberara el cepo, no habría más remedio que soportar una fuerte devaluación, una brusca caída en las Reservas o una combinación de ambos males. Todo el mundo miraría al Dólar "de convertibilidad" que actualmente supera los $/U$S 14 y no habría forma de evitar que el Dólar oficial más bajo "corra a buscar -por lo menos- al contado al contado con liqui", es decir que el Peso caiga un 37%.
Está claro que si hay un Presidente electo el 25 de octubre, tendrá la suficiente dosis de confianza para trabajar casi 7 semanas, en producir avances en la cuestión del fallo de Griesa y dar las "precisas" indicaciones como para que la brecha cambiaria se reduzca, obviamente, por el descenso de los dólares contado con liqui y bolsa (no sería lógico pensar que un gobierno que termina, devalúe antes de irse, a menos que sea del mismo palo que el Presidente electo y le quiera evitar el mal trago, ni bien asuma).
A propósito de la confianza, no debería olvidarse el momento previo a la ruptura del 30 de julio pasado, con el mercado voluntario, cuando la actual Presidenta decidió interrumpir la negociación privada para "comprar la quiebra" y aguantarla hasta el vencimiento de la cláusula RUFO. En el momento previo, el contado con liqui había bajado a $/U$S 9,60. Esto implica que la confianza es relevante y que, de ninguna manera se podría eliminar el cepo, sin previamente crear un ambiente de fuerte respaldo a la gestión del nuevo gobierno.
Por consiguiente, hay dos cuestiones centrales que deben analizarse:
a) Sin confianza, es suicida eliminar el cepo, porque la combinación de devaluación y pérdida de Reservas sería inmanejable y, más aún, en el caso de una flotación no-administrada, que entusiasme a desprenderse de los dólares y transformarlos en Activos, a todos aquellos que tienen "lleno el colchón"; y
b) La creación de confianza la generará el Presidente electo si da, antes de asumir, suficientes señales de coherencia, para no arriesgarse a un duro "piletazo". Esto se llama Plan Macroeconómico Consistente, con señales muy claras de disciplina monetaria y fiscal. Entonces, la verdadera discusión no es "cepo o no cepo" sino Plan o no Plan. Y allí se verá cuánto de creíble puede tener una estrategia gradual, como la que plantean Bein o el propio Roberto Lavagna, en contraposición con el llamado "shock de confianza" (algunos sostienen que los titulares argentinos de dólares poseen casi tres veces el equivalente a la Base Monetaria, al Tipo de Cambio actual, de modo que habría que intervenir para sostener al Dólar, no al peso).
c)
Los instrumentos.
No estamos de acuerdo con la devaluación compensada. Si bien evitaría una caída del salario por el efecto inflacionario, está presuponiendo desconfianza. Es más, está fomentándola ya que la situación de partida es de atraso cambiario, que afecta a los principales sectores exportadores y una devaluación compensada no cambiaría la oferta de dólares comerciales. Es una situación similar a la eliminación del cepo para el Dólar financiero, en el marco de un desdoblamiento cambiario. De hecho, hoy tenemos un "pichoncito" de Dólar financiero, al que le llamamos Dólar ahorro, que le está costando al Banco Central -único proveedor del mismo- aproximadamente MU$S 450 por mes.
Vale decir que lo primero que hay que hacer es un buen Plan y dotar al Central de autonomía y de instrumentos de intervención, que no impliquen el riesgo de perder Reservas sino, por el contrario, acrecentarlas y a la vez, satisfacer las demandas de los que desean portafolios dolarizados con Títulos públicos, en dólares, con rendimientos razonables, que compitan con el billete (no rinde) asegurando a sus tenedores que no se corre riesgo cambiario. La solución para este dilema, es transformar una parte de los Títulos indisponibles que obran en el Activo del Banco Central, en Bonos en dólares, a distintos plazos, con un rendimiento razonable, para que la Autoridad Monetaria pueda emplearlos en Operaciones de Mercado Abierto (inversas a las que hace e BCE) o entregarlos en parte de pago, para cancelar la deuda en LEBACs, que -al día de hoy- ronda el equivalente al 68% de la Base Monetaria.
Es obvio que un instrumento, similar, en pesos, ya está en el mercado, al haberse sustituido la colocación de LEBACs en el sistema financiero, por la emisión de Bonos del Tesoro en pesos, con un rinde similar al de dichas letras. No hay razones para el comentario sobre que "el próximo gobierno volverá al endeudamiento": es el actual quien lo está haciendo o, mejor dicho, lo está formalizando, desde el momento en que el Banco Central cubrió su cupo de deuda con los bancos y ya no pudo más transferir "Rentas de la Propiedad" al Tesoro, como lo hizo alegremente durante todo 2014.
Para concluir, tiene que haber una comprensión genuina, de parte del mercado, que los compromisos de deuda pública nacional con tenedores privados, son relativamente bajos en 2016 (menos de un punto del PBI, al 30/06/14, según la Subsecretaría de Financiamiento). Eso genera un amplio espacio para sanear al Banco Central, transformando los actuales papelitos en Títulos valiosos (líquidos) que satisfagan una demanda por posicionarse en papeles de un país en el que va a mejorar la confianza, (demanda que hoy ya se ve virtualmente insatisfecha, a la luz del crecimiento de los precios de los Bonos que, incluso, cargan con el fallo de Griesa).
No hay recetas ni certezas temporales, para la perfecta salida del cepo. Lo que hay son requisitos: confianza política; blanquear el endeudamiento en el que ya se ha incurrido; tener una política monetaria y fiscal consistente con una rápida unificación del Tipo de Cambio y liberación de la demanda de divisas. Los portafolios ya están dolarizados y muchos de los billetes que hoy sirven de "resguardo" no están disponibles para la producción. La legislación y los incentivos económicos deben apuntar a que se transformen en Reservas o depósitos en dólares en el sistema financiero y a que la nueva demanda generada por el shock de confianza, sea satisfecha con Títulos públicos dolarizados que paguen tasas normales y que sean preferibles al mero colchón.