El gobierno autoriza la importación de soja para darle volumen al polo aceitero de Rosario.

El sector agroexportador celebra la medida que permitirá mejorar la eficiencia y aumentar el precio interno al productor.

Autor: Opiniones en Años de Campo - 19/01/2016


El gobierno nacional dispuso flexibilizar la importación de soja con el objetivo de abastecer el polo aceitero y oleaginoso ubicado en el Gran Rosario, productor de aceite, harina y pellets que tendrán por destino su exportación. En los meses de enero y febrero la industria agroindustrial exportadora suele quedarse sin insumos nacionales para su procesamiento y debe parar el proceso productivo. Con la importación y el procesamiento de insumos importados, la industria no perdería eficiencia por el detenimiento estacional.

La decisión fue adoptada a través de medidas conjuntas adoptadas por los ministerios de Producción, a cargo de Francisco Cabrera, y de Hacienda y Finanzas, de Alfonso Prat Gay, propuestas por las resoluciones 5 y 7, respectivamente. "Conforme a la experiencia recogida y al actual contexto económico corresponde tomar las medidas que permitan impulsar la actividad agroindustrial y la generación de valor agregado en el territorio nacional, así como la plena ocupación de la capacidad industrial instalada, con la consecuente generación de empleo, sin que ello implique atentar contra la producción nacional de soja", indicaron las normas en sus considerandos.

El objetivo de la medida es mantener en funcionamiento las plantas aceiteras ubicadas a orillas del Río Paraná, en la provincia de Santa Fe, se adoptaron medidas para permitir el ingreso "temporario" de lotes de soja producidos en países vecinos como Paraguay. El país vecino se ve favorecido por poder exportarle al resto del mundo, ya no granos, sino productos semielaborados como harina y aceite de soja en cluster agroindustrial más eficiente del mundo capaz de procesar más de 60 millones de toneladas de granos al año.

"Evaluamos que la medida es totalmente positiva. Permite que la industria aceitera argentina muestre su mayor competitividad, reduce lo costos operativos de la morturación (molienda) al hacer uso de los recursos ociosos y promueve que la industria pueda pagar más al productor por el poroto." evaluó Pablo Adreani de la consultora Agripac.

La medida no genera competencia entre la producción local y la extranjera. Se pueden procesar, como antes, unos 3,5 millones de toneladas adicionales al año."

Por su parte, desde CIARA-CEC, la cámara que nuclea a los agroexportadores aclararon que "La medida no genera competencia entre la producción local y la extranjera. Se trata de una admisión temporaria para la parte del año en la que las 40 millones de toneladas de granos de una campaña ya se han vendido y se genera una ventana hasta que se levante la cosecha de marzo-abril y vuelve a haber insumos nacionales, que son los que le conviene comprar a la industria porque están más cerca y no hay ni tantos costos de transporte ni administrativos. Se pueden procesar, como antes, unos 3,5 millones de toneladas adicionales al año."

"La medida va en el sentido correcto. El sector aún la está estudiando, pero recibe bien una medida que se viene reclamando hace años" opinaron en la cámara de los agro-exportadores. "No es nuevo: es destrabar un mecanismo que estuvo vigente hasta 2009", agregaron.

Una medida con historia

En el año 2009, por decisión de Guillermo Moreno se suspendió la medida para estimular el ritmo de la liquidación de los productores. Pero la medida no surtió mucho efecto. "El productor sojero vende cuando el precio que se le ofreceés en dólares está en línea con sus expectativas o cuando necesita vender para afrontar los gastos" opinó un especialista de la Bolsa de Comercio rosarina.

En el año 2012, cambió su tesitura el ex secretario de comercio. Pero cuando él aceptó abrir el flujo para dar ocupación a la capacidad ociosa de la industria, la AFIP sacó una nueva resolución por la cual solo podían importar dentro de un régimen de admisión temporal de importaciones aquellas empresas registradas en el Registro de Operadores de Soja Autorizados (ROSA) y que "fueran consideradas por la AFIP como empresas fiscalmente confiables. Pero para eso tenían que liquidar las exportaciones con el criterio de pago de retenciones de la AFIP. Este no coincidía con la normativa del ONCCA y se generó un litigio judicial por 1500 millones de dólares, que aun no se resuelve. Por lo que en la práctica la importación volvió a quedar cerrada".

Desde entonces el sector está paralizado dos meses mínimos al año y se desperdicia hasta un tercio de la capacidad industrial del polo rosarino que, pudiendo procesar 60 millones de toneladas, procesa solo 40 millones al año.

La medida fue adoptada el pasado 15 de enero y publicada hoy en el Boletín Oficial, y contempla la apertura de "la importación temporaria para el perfeccionamiento industrial", en este caso de las plantas oleaginosas locales. Por ello, las autoridades nacionales dispusieron que "a efectos de alcanzar dichos objetivos, resulta necesario establecer el marco de aplicación de la admisión temporaria de la soja y de los procesos productivos alcanzados".

Según Producción y Hacienda, para sostener dicha actividad ante las demoras que mantienen desde hace semanas la comercialización oleaginosa, se dispuso excluir de la inscripción en el Registro de Operadores de Soja Autorizados, (ROSA) , la soja clasificada en la posición arancelaria de la nomenclatura común que presenta el MERCOSUR. Se dejó en claro que esto se autorizará "únicamente cuando dicha mercadería se ingrese como destinación suspensiva de importación temporal, para su utilización como insumo para el proceso productivo de elaboración de aceite de soja, harina y pellets de soja", especificó el comunicado oficial.

El impacto: más exportaciones y de mejor calidad

La medida tendrá impacto recién en el 2017 porque los contratos de este año ya están firmados. La soja de Paraguay se importa desde diciembre a marzo. Con la reducción del área sembrada en la campaña que se levantará este abril, las pérdidas por las inundaciones y la amenaza de la plaga de langostas en el noroeste, la medida se anticipa a un potencial déficit de insumos para el sector agroindustrial.

Solo por cuestiones de índole económica "la caída de los precios internacionales, la suba de los costos de producción en dólares, el alto nivel de las retenciones y la combinación de altos fletes y bajos rindes de las zonas periféricas, nosotros estimamos que la campaña 2015/2016 muestra una disminución de 500.000 hectáreas plantadas con soja respecto de igual campaña del año anterior." explica Pablo Adreani.

A este área se suman otras 150.000 hectáreas "en Córdoba y el sur de Santa Fe que no pudieron sembrarse por exceso de agua" agregó el especialista. Y, aunque no haya estimaciones del impacto que pueda tener la mayor plaga de langostas en los últimos cincuenta años que azota al noroeste argentino precisamente por falta de antecedentes, el tema es una potencial amenaza a los campos y por ende para la industria agroindustrial sojera. La medida persigue evitar la falta de insumos para el sector que aporta año a año la mayoría del 37% de los dólares que ingresan al país por el circuito agroexportador.

Lo más importante es que permite la vuelta al mercado de la harina de soja de alto valor proteico. "

"Lo más importante es que permite la vuelta al mercado de la harina de soja de alto valor proteico. La soja paraguaya tiene la mejor calidad proteica del mundo; la argentina es baja en proteínas y el mercado nos castiga en el precio por la baja calidad. Con la harina mezcla podemos exportar un mejor producto, reingresar en el segmento de mejor calidad y con el mejor precio cubrir el mayor costo de los fletes por tener que traer la soja desde Paraguay" agregó el consultor.