No es la economía, sino la capacidad política.

? DUDAS DE EXTRANJEROS QUE PRESENCIARON LAS EXPOSICIONES DE MAURICIO MACRI EN NUEVA YORK Cada una de las preguntas que los empresarios le hicieron al Presidente rondaron sobre la gobernabilidad y la posibilidad de sostener los cambios que viene promoviendo en la economía.

Autor: Rubén Rabanal en Ambito - 21/09/2016


Enviado especial a Nueva York - La visita de Mauricio Macri a Nueva York, más allá de cumplir con el obligado mensaje ante Naciones Unidas, tuvo el claro sentido de ratificar la política de búsqueda de inversiones que el Gobierno lanzó como obsesión principal y base imprescindible para financiar desde allí las prometidas reformas a la economía.

Si hay un saldo claro de todas las reuniones que el Presidente mantuvo con banqueros y fondos en su visita a Estados Unidos es que la principal incógnita de quienes en algún momento tienen en su horizonte realizar inversiones en la Argentina, no es precisamente la preocupación sobre cuál es el giro que Macri le dará a la economía argentina, sino la capacidad que pueda tener el Gobierno de Cambiemos de sostener políticamente los cambios en el futuro. Las pruebas de que la expectativa de los empresarios sobre el Gobierno de Macri gira netamente sobre la política y no sobre la economía fueron cada una de las preguntas que se le hicieron en los foros donde intervino el Presidente en esta visita que termina hoy. Uno de los más claros fue cuando se lo presentó ante la audiencia en la Bolsa de Comercio de Nueva York. La primera pregunta a la que tuvo que someterse Macri fue en tono de halago, pero con reservas: "Argentina ha vuelto a los mercados nuevamente, la pregunta es por qué tenemos que creer que esta vez será para siempre".

Durezas más o menos, ese fue el tono con el que cada uno de los empresarios que alabó la llegada de Macri al Gobierno y proclamó un tiempo de cambios para la Argentina terminó refiriéndose a las alternativas políticas del Gobierno.

El mensaje fue claramente entendido por Macri y de ahí que eligió mostrarse fuerte frente a las elecciones del año que viene. De hecho, Macri dijo que iba a ganarlas, aunque reconociendo que esta situación no le daría la mayoría en ambas cámaras. Esa explicación tuvo un capítulo extra: la vocación por explicar que la unidad del Gobierno es inoxidable, a pesar de los ruidos que se escucharon estos días sobre todo con el conflicto interno por Malvinas.

Esta situación frente a empresarios que le preguntan en Estados Unidos a Macri si va tener la fuerza para enfrentar las crisis políticas que pueden llegar a afectar a su Gobierno cuando avance con reformas que no tendrán que ver solamente con impuestos o con modificaciones en el reparto de fondos con las provincias en el Presupuesto 2017.

Fue sólo la punta de un iceberg que el Gobierno de Macri tiene que enfrentar a partir de ahora y que fue también el mensaje quizás más crudo y directo que los empresarios que se reunieron en la Bolsa de Comercio de Nueva York le dejaron al auditorio e indirectamente al propio Gobierno: la necesidad de avanzar con una reforma también en el plano laboral como requisito indispensable para garantizar un mejoramiento de la competitividad de la mano de una eficientización de costos. Hasta el presidente de YPF, Miguel Ángel Gutiérrez, le dejó claro al Gobierno que una reforma laboral que debe barrer con los excesos de los últimos años, tal como se reconoce en la intimidad en los foros internacionales, es indispensable para poder avanzar en la captación de inversiones.

Ese quizás es el saldo más crudo que el Gobierno se lleva de Nueva York, no porque no lo supiera hasta ahora, sino porque nunca se lo habían puesto los empresarios enfrente de la manera que lo hicieron durante esta semana. Es allí entonces donde radica el centro del problema que es netamente político y no económico: nadie duda en el mundo de los negocios internacionales de las intenciones de Macri de liberalizar la economía, levantar restricciones, incrementar la competitividad y ofrecer mejores condiciones para las inversiones. Lo que los empresarios quieren saber es si Cambiemos, incluyendo a la díscola Elisa Carrió y sus cuestionamientos a algunas de las decisiones el propio Macri, los radicales como rama más quejosa de la alianza del Gobierno o los peronistas que aunque perdieron las elecciones le vienen garantizando la gobernabilidad a Macri con la mayoría en el Senado y diputados (incluidos tanto en este punto el massismo como los gobernadores y el grupo que lidera Miguel Pichetto en el Senado),van a sostener los debates amargos que vendrán en el futuro cercano cuando esa reforma de la que tanto se habla empiece a tomar cuerpo.