La Dolfina no sabe de ciclos cumplidos y clona lo que más le gusta: la gloria

Detrás de los 10 títulos y el tetracampeonato, un grupo que respeta su esencia ganadora y que disfruta de superarse cada año; la formación más lograda de un club que hace historia.
Autor: Claudio Cerviño LA NACION - 11/12/2016
Diciembre de 2015. Con la triple Triple Corona consecutiva ganada, La Dolfina sellando su lugar en la historia grande del polo e insólitos rumores dando vueltas sobre el futuro de Adolfo Cambiaso , la reunión final de equipo tenía novedades. El que supuestamente se bajaba (el crack) dice que está para meterle. Los demás (Pelón Stirling, Pablo Mac Donough y Juanma Nero), felices con la confirmación. Cuando llega el turno de "el Quinto elemento", Milo Fernández Araujo, el coach sorprende: "Muchachos, ya está. No tengo más que hacer". Habla de ciclo cumplido, menciona otros compromisos profesionales. Hay que dimensionar las palabras. Fernández Araujo fue el que los tomó en 2013, después del cachetazo en la final de Palermo 2012, el que fue uniendo las piezas de un grupo que se convertiría en uno de los mejores equipos de la historia y el mismo que, horas antes de la final del Abierto 2015, les había dicho: "Si dejan pasar esta oportunidad, la van a lamentar. Y si la aprovechan, cuando recuerden este momento dentro de diez años, me lo van a agradecer".
Semanas más tarde, ya en Palm Beach, durante la temporada que se juega entre febrero y abril, con un acuerdo de palabra para que el coach se sumara recién a mediados de octubre, La Dolfina lejos estaba de pensar en ciclos cumplidos. Cerrar el 2015 con 9 títulos de Triple Corona y 33 éxitos seguidos era una marca que nadie se las iba a quitar. Pero.
"Cuando terminás, te cuesta pensar en la temporada siguiente: está todo muy fresco. Pasa un mes y ya empezás a buscar caballos, a ver cómo te organizás mejor. ¡Querés volver a jugar! Vamos a encarar la temporada para tratar de ganar. Si se pueden los tres torneos, buenísimo. Si no, serán dos. O uno. Hay que organizarse lo mejor posible. Y si nos ganan, que nos ganen en la cancha, no regalándolo afuera porque no hiciste bien la lista de caballos o porque no te preparaste bien", reflexionaba Nero a mediados de año. Convencido de lo que sería La Dolfina después de la gloria por triplicado.
Y fue impresionante, más allá de que en el medio llegó ese día al que estábamos desacostumbrados, en la final de Hurlingham, un partido que tenían en el bolsillo (9-6 al minuto del 8° chukker) y que se les escurrió en el suplementario porque Ellerstina nunca dejó de buscar con más tozudez que polo. Pero nada invalida todo lo que este equipo construyó en seis temporadas. Siendo, hoy sí, el mejor La Dolfina de todos. Respetando a cada una de las versiones anteriores, sobre todo a la corajuda ganadora de 4 Palermos entre 2005 y 2009. Pero ésta, que además acredita un título más del Argentino Abierto (5), lo hizo con un polo distinto. Aquel La Dolfina jugaba para Cambiaso; este La Dolfina juega para La Dolfina y para el polo. No en vano se fue ganando a la gente. Empezando por los amantes del viejo polo, el clásico, de pases, ritmo, rotaciones y búsqueda del espacio vacío. El polo de a cuatro. Con funcionamiento.
Y es letal. Ayer la tenía brava y durante 80 minutos lo sostuvo un colosal Pelón Stirling. Esperó su oportunidad y no falló. Se olvidó de los penales errados, de los dolores de cabeza que le ocasionó Facundo Pieres. Y apareció el perfil de matador.
Si Cambiaso se iba a ir, como se hizo creer, fue el mejor chiste. Porque no sólo siguió: a los 41 años, ganó en el Jockey incluyendo en el equipo a una mujer (Lía Salvo) y se regaló varias satisfacciones que recordará toda su vida. Como sentirse pleno, sin las lesiones que lo atormentaron. Y sobre todo, habiendo cumplido un sueño: jugar, ganar y ver premiados a los clones de la Cuartetera. "Es como volver a andar en tu mejor auto", graficó. Una satisfacción que llevará en el alma.
La Dolfina, dueño del mejor polo, los mejores caballos y con su líder al frente de las innovaciones, acaba de coronar su 10° título en Palermo y es tetracampeón, como La Espadaña, Coronel Suárez, Venado Tuerto y El Trébol, entre otros. Jugó 17 Palermos. No suena obsceno. Sí lo es que haya llegado, en esas 17 participaciones, a 16 finales (sólo faltó a la de 2004). Sí lo es que, con esta formación, desde 2011, haya celebrado 5 títulos sobre 6 posibles, ganado 24 de 25 partidos y triunfado en 63 de 67 partidos. Obsceno...y merecidísimo.
"Ganar todo lo que se pueda con este equipo", es la premisa de cualquiera de los cuatro campeones desde hace tiempo. La derrota en Hurlingham marcará, apenas, un quiebre estadístico. Ese día, cuando todavía se discutía si el remate de Gonzalito Pieres, el del gol de oro, había entrado o no, Cambiaso sorprendía en los palenques con una referencia a todo el grupo, que marcaba la esencia y el ADN del equipo: "Fue como un metro afuera, pero nos tenemos que joder porque no podemos perder un partido así que estaba ganado". En Palermo, no hubo lamentos. La Dolfina clonó lo que más le gusta: la gloria.