Las Retenciones al Sector Agropecuario No aportan al Desarrollo y Crecimiento del Pais

El presente articulo pretende contribuir, e invita a analizar a los sectores politicos, la necesidad imperiosa que tiene la Argentina de contar “con POLITICAS DE ESTADO”, en especial para los sectores productivos que podrian generar divisas, dolares genuinos, para equilibrar los deficits que arrastra el Pais en los ultimos treinta años.

Autor: Ing.Carlos Fernández Alsina-Consultor Privado-ExProfesional del INTA - 09/12/2019


America Latina en general, y Argentina en especial, no ha encontrado el rumbo que le permita salir de este laberinto, que se traduce en “falta de confianza y cambio permanente de las reglas del juego”, o sea una ausencia total de Planificacion para el Mediano y Largo Plazo.
Es imposible Planificar, cuando se cambian permanentemente las variables que se establecen en el inicio de los procesos, aun con cambios de contexto se podrian establecer Politicas de Estado, que se continuen, mas alla de los colores politicos, obviamente en bien del Desarrollo del Pais.

¿Cómo se explica que un país famoso por sus exportaciones agropecuarias y de carne tenga tantos problemas para generar dólares?
El problema es que Argentina “exporta productos primarios o con poca elaboración y no son suficientes para generar los dólares que se necesitan", le explicó a BBC Mundo Eduardo Levy Yeyati, que fue economista jefe del Banco Central tras el colapso económico de 2001, y hoy es decano de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella.
A pesar de producir cosechas récord de commodities valiosos, como la soja, expertos como Levy Yeyati advierten que "simplemente no alcanza", ya que tienen un "techo" y son menos redituables que las exportaciones de productos con valor agregado.
Según sus estimaciones, con los dólares que genera el campo Argentina puede crecer al 1% anual. Pero para crecer más debe endeudarse.
Las otras grandes economías de la región, como Brasil o México, resuelven estos desequilibrios financiándose internamente.
Pero el prblema es que Argentina no cuenta con un mercado financiero interno.(Fuente:V.Smick BBC News Mundo Argentina.)


Las Retenciones al Sector Agropecuario (RSA), pueden ser calificadas como “Un Impuesto Distorsivo, que es aquel que afecta directa o indirectamente el nivel de actividad económica, o que influye sobre las decisiones de compra de los agentes económicos.”

Si bien este impuesto “comenzó a funcionar en el país por lapsos cortos, y de diferentes formas a partir de 1958”, iremos a los antecedentes más recientes.

El gobierno de Duhalde (2002), estableció las resoluciones 11 y 35 del Ministerio de Economía e Infraestructura, contradiciendo sus expresiones, en el sentido que se eliminarían las trabas que entorpecían el comercio tanto interno como internacional. Así se dispuso el 10% de tributo aduanero a la exportación para las materias primas en general, 13,5% para los granos y oleaginosos, 15% para los cueros y 5% para las manufacturas de origen agropecuario e industrial.
Posteriormente la soja llegó a una retención del 23,5% y luego en Enero de 2007 al 27,5%.
A partir del 13/11/2007 un nuevo aumento y pasaron a tributar:
El poroto de Soja: 35% (antes 27,5%) en concepto de derechos de exportación.
Girasol: 32% (antes 23,5%).
Trigo: 28% (anteriormente 20%).
Maíz: 25% (hasta ahora 20%).
Aceite y harina de soja: 32% (antes 24%).
Aceite y harina de girasol: 30% (anteriormente 20%).

Primer análisis de un problema difícil de resolver con “Políticas de Corto Plazo” y con “Ausencia de Políticas de Estado”.

Las retenciones a los bienes transables se han transformado en la Argentina “en una forma cómoda y rápida de recaudación fiscal/tributaria”, que sirve a los gobiernos de turno en muchas ocasiones, y en diferentes periodos políticos para “saldar problemas financieros como son, la inflación, el déficit fiscal, la excesiva emisión monetaria, compensar la baja permanente en las reservas del Banco Central, etc.
O sea que nos encaminamos, en un primer Diagnóstico, a abordar un grave problema en el que hay que identificar sus causas y tratar de “diseñar operativamente soluciones integrales al mismo”.
Este problema tiene una primera consecuencia negativa: “actualmente el estado argentino, a través de toda la estructura tributaria al sector agropecuario, se apropia del 75% de los beneficios del sector agrícola. Esto habla claramente del nivel de presión fiscal que soporta el sector.”-(J.I. Lozano)

Para ir simplificando este primer análisis, se podría comenzar a definir tres “ejes interactivos” que van a incidir en las posibles soluciones al problema, las que por sus características deberán ser graduales.

Los ejes interactivos son referidos a:

• Una Política Fiscal/Tributaria con objetivos de corto/mediano y largo plazo bien definidos
• Una planificación acorde para obtener un equilibrio técnico/sustentable de la producción agropecuaria, en especial la de granos.
• Una planificación estratégica de la logística de transportes y caminos, hoy totalmente deteriorada y con consecuencias nefastas por los aumentos en costos de transacción. Vis a Vis el continuo aumento de la producción de granos actual, que oscila de 120 a 140 millones de TN.

La evidencia empírica desde el año 2000 a la fecha, muestra claramente que no se ha trabajado profesionalmente y de manera interdisciplinaria, y buscando una solución integral a los aspectos mencionados, desalentando de este modo el aumento de la producción agropecuaria, su eficiencia y su productividad.

Un solo ejemplo para terminar de aclarar el tema, es el aporte de “la Cadena de la Soja” a la economía argentina, que en los últimos diez años, según el resumen de un trabajo reciente del economista Luciano Cohan, nos brinda estos datos contundentes para la economía del país:
• El Valor agregado del cultivo equivale al 4,7% del PBI, tomando un promedio de diez campañas. En el último ciclo analizado (2009/10), el valor ascendió a US$ 19.300 millones, lo que representó el 5,8% del PBI.
• La Cadena pasó de facturar US$ 4700 millones en la campaña 2000/2001 a 22.400 millones en la campaña 2009/10, lo que representó un crecimiento de 380%.
• “El principal motor de la cadena fue el efecto cantidades, que explica en su conjunto hasta el 70% de la variación total en la facturación”. El resto se debe a la variación de los precios”.
Queda claro que este aumento de volumen y facturación, tuvo también su correlato en el nivel impositivo. El aporte que la cadena ha hecho al fisco pasó de US$ 890 millones tributados en el ciclo 2000/2001 a 9200 millones en la campaña 2009/2010. Mientras la carga tributaria sobre la cadena era de 25% del valor agregado en la campaña 2000/2001, apenas un 3% por encima del promedio nacional, diez años después llegaría a 48%, y 15 puntos porcentuales más altos que la media. “En su punto máximo, en la campaña 2008/09, la presión tributaria alcanzó un 56% del valor agregado, 22 puntos por arriba del promedio nacional”
Es aquí donde se presenta la evidencia empírica de, que esta situación ha resultado un “muy buen negocio para el fisco y un pésimo negocio para los productores”, y es también prudente tener en cuenta que en este análisis de Cohan no se incluyen al maíz, al girasol y al trigo, lo que mostraría cifras aún mayores a las mencionadas anteriormente.
Finalmente nos podemos referir a la logística de transportes y caminos, como bien resume en un primer diagnóstico el Lic.Gustavo Oliverio (producir Conservando-Volver a crecer):
“Otra área que presenta serias falencias es la de movilización de gráneles.
En ellas se debe diferenciar,
- Estado de las rutas nacionales, provinciales, caminos internos etc.
- Obsolescencia del parque automotor
- Limitación de la operatividad de los ferrocarriles
- Uso marginal de la hidrovia.
El avance en cada una de estas áreas es prácticamente nulo. Las rutas siguen con graves deficiencias de mantenimiento agudizadas en los caminos provinciales, municipales e internos, que limitan el flujo de salida de la mercadería notablemente. En ciclos húmedos como los actuales, a las demoras lógicas por recolección se suman las de movilización tanto en acarreo o flete largo, que se traducen en menor llegada de mercadería a puerto y por ende mayores costos por demoras de buques.
El parque automotor sigue siendo en términos generales obsoleto. La renovación si bien se va dando lentamente se orienta más hacia otros tipos de servicios, destinando los equipos de mayor antigüedad a esta actividad.
El costo de los fletes es muy elevado y no es factible la competencia en ciertas áreas con el ferrocarril –NEA/NOA- debido al estado de las vías y a la falta de tracción para movilizar los vagones.
La tan mentada hidrovia sigue siendo una posibilidad poco explotada si consideramos que el tráfico de mercadería por esta modalidad solo se limita al 4% del total.”
En la búsqueda de una Solución Integral
Es interesante comenzar a visualizar que la construcción de un posible cause de solución a este problema, y esta solución puede pasar por el correcto diseño de una Planificación Estratégica, y el trabajo de equipos interdisciplinarios.
Planificación que tendrá como primer objetivo lograr una “convergencia muy aceitada” entre las Políticas Fiscales, las Políticas Agropecuarias, y las Políticas de infraestructura a desarrollar en el mediano y largo plazo.
En muchas ocasiones se ha tratado de lograr este equilibrio entre las Políticas mencionadas, pero lamentablemente, como ocurre en numerosos Proyectos, “los que definen los contenidos no son los mismos que los ejecutan y supervisan”, esto hace que las metas a cumplir en los Planes Operativos Anuales se vean distorsionadas.
Quizás en “las buenas intenciones” de aumentar la producción a cosechas record, no se ha tenido en cuenta la imperiosa necesidad de acompañar a la par en el crecimiento de la producción de granos y otros productos, con el crecimiento y mejoras en la calidad de una infraestructura adecuada a esos aumentos, y sobretodo de una agroindustria que permita “balancear las exportaciones de commoditties y la de productos elaborados.”
Hemos visto en varias ocasiones que se ha pensado “en paliar la merma de la recaudación fiscal al bajar algunos puntos en las Retenciones Agropecuarias”, en otros casos, se han aumentado los porcentajes de las retenciones, lo que es en realidad el aumento del “Impuesto a las Exportaciones.
La realidad nos lleva a concluir que se necesita una estrategia, que permita seguir alentando la producción, lo que sería en la jerga económica operar para tener una “reinversión de capital sobre el rubro productivo, y mantener la productividad del sector agropecuario”.