Las enseñanzas que dejan la convertibilidad y los ’90

Foto de archivo ilustrativa de un billete de 100 dólares y muchos billetes de 100 pesos argentinos. Sep 3, 2019. REUTERS/Agustin Marcarian

Cuando se pronuncia la palabra “convertibilidad”, el común de la gente la identifica con un plan económico. En rigor, no fue un plan económico, fue una regla monetaria que se estableció en abril de 1991 para frenar el proceso hiperinflacionario en que estaba sumergida la economía argentina. La regla monetaria fracasa si no está acompañada de la disciplina fiscal que exige no gastar más de lo que se recauda con impuestos

Autor: Roberto Cachanosky en Infobae - 16/02/2021


La convertibilidad del peso al dólar funcionaba de la misma forma que funcionaba antiguamente la caja de conversión del peso al oro. En vez del peso ser convertible a oro, era convertible al dólar que era la moneda que usaba el argentino como reserva de valor.

Se puede estar de acuerdo o no con un esquema de caja de conversión, sea a dólar o a oro, pero si se está de acuerdo, el punto central es el tipo de cambio al que se entra en la convertibilidad. Si se elige una relación con el peso sobrevaluado o, lo que es lo mismo, haciendo que comprar un dólar sea artificialmente barato, se incentivan artificialmente las importaciones y se castigan las exportaciones. Argentina se transforma en un país caro en moneda extranjera. Si, por el contrario, la paridad se fija con un dólar artificialmente caro, se frenan artificialmente las importaciones estableciendo una especie de proteccionismo vía el tipo de cambio.

Si la paridad se fija con un dólar artificialmente caro, se frenan artificialmente las importaciones estableciendo una especie de proteccionismo vía el tipo de cambio

Tal vez el error fue entrar a comienzos de los 90 con un tipo de cambio que no se correspondía con un nivel de gasto público alto que hacía que la economía requiriera de una alta carga tributaria sobre la producción nacional, dejando fuera de competencia a los productores locales.

Cabe aclarar que este punto lo resaltó el entonces diputado por la Ucedé, José María Ibarbia cuando se tenía que votar la Ley de Convertibilidad, quién justamente argumentó que “el tipo de cambio no se correspondía con el nivel de gasto público, lo que hacía que se entrara con un peso sobrevaluado que iba a generar problemas de competencia externa”. Eso efectivamente ocurrió. Así, muchos industriales recuerdan ese período como la invasión de las importaciones y le echa la culpa a la apertura de la economía, cuando en realidad la apertura estaba bien, el problema estaba en un tipo de cambio que, por el nivel de gasto público y presión impositiva, hacían imposible competir.

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