Los números del agro: cuánto le queda al productor por una hectárea de maíz y soja en Buenos Aires y cuánto se lleva el Estado.

A pesar de los buenos precios internacionales de los commodities, la presión tributaria y el aumento de los insumos afectan los márgenes del productor. Las apreciaciones de la vicepresidenta y cómo impactaría una suba de las retenciones en el agro
Autor: Por Juan Martín Melo en Infobae - 26/07/2021
El campo estuvo presente en la agenda pública de este país desde principio de año, sin haber buscado estarlo. Ahí está aún, en un escenario de conflictividad latente, cuyo último capítulo, la intervención del mercado de la carne bovina, sigue irresuelta y nada indica que vaya a arreglarse a corto plazo.
El sector agropecuario siente una tensión constante hace ya tiempo, y el enojo de los productores por las políticas implementadas por el Poder Ejecutivo hacia ellos, cuestión que se reflejó en el multitudinario acto en San Nicolás el pasado 9 de julio. En ese evento, organizado por “autoconvocados” del campo, miles de agricultores, ganaderos y otros actores de la sociedad civil expresaron su descontento y pidieron un cambio de rumbo. La Mesa de Enlace sintió allí el respaldo de los productores y ratificó su rol de representante del sector primario, algo que el Gobierno hasta hace poco obviaba. Pero más allá de la euforia y de los ánimos caldeados de algunos sectores del agro, los titulares de las entidades entienden que el diálogo con el Ejecutivo debe seguir y que la protesta y la presión del sector debe ser organizada y pensada.
De hecho, el lunes pasado la cadena de la carne bovina se llevó una promesa del ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y de su par de Agricultura, Ganadería y Pesca, Luis Basterra, de que se flexibilizarían en parte las exportaciones, habilitando la salida de los cortes kosher a Israel y de la vaca vieja a China. Pero el decreto todavía no fue publicado en el Boletín Oficial y si bien no sería la solución del conflicto, traería algo de descompresión a una actividad castigada y desordenada por las políticas oficiales.
A ese cuadro se sumó la entrada en escena uno de un factor fundamental del Gobierno y del país. A principios de la semana, la dos veces presidenta y actual vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner (CFK), le dedicó un tweet al sector agropecuario, al compartir una nota publicada en Página 12.
En su cuenta de Twitter, el artículo compartido por CFK habla de las “fabulosas ganancias” de los agricultores bonaerenses, con los márgenes brutos más elevados en 20 años, debido al alza en el precio de los commodities y a las “bajas retenciones”. Por eso la vicepresidenta subrayó la conclusión de la nota: “A esos actores económicos les resulta insoportable para sus almas bellas que los mejores años del negocio en el campo coincidan con gobiernos que ellos detestan”.
Para aportar claridad al asunto, vale preguntar: ¿Cuál es el margen neto de un productor de soja o maíz en Buenos Aires? ¿Cuánto se queda él y cuánto se lleva el Estado? ¿Tributa poco? ¿Paga bajas retenciones? ¿Cuánto gana si trabaja en campo alquilado? Las preguntas pueden ser más, pero alcanzan para trazar un panorama.
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