La economía, ante el alarmante espejo de Alfonsín.

Raúl Alfonsín y Alberto Fernández Alfredo Sábat

El gobierno de Alberto Fernández navega hacia la Argentina de los 80; los efectos del resultado electoral y las incursiones de Larreta en territorio kirchnerista

Autor: Carlos Pagni LA NACION - 09/09/2021


A Alberto Fernández le agrada evocar a Raúl Alfonsín. Lo cita en sus discursos casi más que a Néstor Kirchner. Seguro más que a Perón. Y realiza en su propio cuerpo una reivindicación estética del expresidente radical: bigotes, ojeras, traje con corbata y algunos kilos de más. Solo Ricardo, el hijo del prócer, lo supera en esa reencarnación, con la ventaja de que hasta conserva los trajes de su padre. Ricardo Alfonsín: el embajador de Fernández en España, el leal defensor de sus políticas en Twitter.

La superposición, salvando las diferencias siderales en la dimensión histórica e intelectual de ambos dirigentes, tiene algo de asombroso. Como si se tratara de un prodigio fetichista –la confianza en las ciencias ocultas va in crescendo en el oficialismo–, el parecido entre ambos mandatarios se proyecta también sobre el contexto. Persiste la inflación y los profesionales vaticinan que la del año que viene rondará el 50%. Como siempre que el peso se degrada, los ahorristas huyen hacia el dólar, sugestionados por la perspectiva de una devaluación. Crece el déficit. Y si se lo quiere financiar con dólares, el mercado está cerrado. El déficit cuasi fiscal, es decir, el que se va acumulando por la deuda que contrae el Banco Central en todo tipo de papeles, empieza a volverse peligroso, como graficó Consultora 1816. La curva es inquietante por lo que puede anticipar: no tanto por el aumento del pasivo, sino por el despiadado ajuste posterior, el de 1990. Entre las dos escenas hay, es verdad, algunas diferencias. Nadie espera hoy una hiperinflación. Pero tampoco están las empresas públicas que, al ser privatizadas, facilitaron el ordenamiento que llevó adelante Carlos Menem. La pregunta que vuelve hasta el cansancio es si la Argentina va hacia Venezuela. Pero no: la Argentina va hacia la Argentina. Hacia la Argentina de Alfonsín.



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