Incendios en Corrientes. La batalla desigual contra un infierno de llamas que se lo lleva todo puesto a su paso.

“Ya está. Hay que cuidar que el fuego no llegue a los galpones. El resto está todo perdido”, afirma Ricardo, en una tierra con historia. En ese potrero se disputó en 1847 la llamada batalla de Vences en 1847, cuando Justo José de Urquiza arrasó al ejército del gobernador correntino Joaquín Madariaga y apagó la llamada rebelión correntina. Allí se libra otra batalla contra el viento del noroeste que extiende las llamas. Fabián Chávez, un productor de la zona, señala al norte. Un remolino de cenizas aporta una postal apocalíptica. Es un espiral negro en el cielo que avanza hacia la ruta. “Los vientos se hicieron más fuertes y creemos que, por el calor del clima y por los incendios, se hacen estos remolinos, que ayudan a que el fuego se extienda”, dice.
Autor: Germán de los Santos PARA LA NACION - 20/02/2022
SAN MIGUEL, Corrientes.- La franja de fuego que mide unos cinco kilómetros avanza a una velocidad estremecedora desde la mañana del sábado. Nada la puede detener en Lomas de Vallejos, una zona rural ubicada a 100 kilómetros de la ciudad de Corrientes. Del otro lado, quienes se oponen a esa línea interminable de llamas son tres pobladores sin armas para esa pelea. Solo portan ramas verdes de Pichana, un arbusto que crece en esta zona cercana a los Esteros del Iberá, que azotan con bronca para apagar el suelo encendido. A la par, un grupo de peones tira baldazos de agua a la base de los postes de luz para evitar que las llamas corten los cables. Todo parece imposible, desigual y precario. El tendido eléctrico se desploma cinco minutos después. El fuego se mueve por Corrientes sin destino, como si fuera incorregible, frente a la libertad que le dejó el Estado, provincial y nacional, que demoró en la aplicación de un plan conjunto para enfrentar esta catástrofe ambiental.
" Para ver la nota completa haga click aqui