Calculan en US$43.500 millones una oportunidad perdida para la soja argentina

Debido a políticas que no acompañaron su expansión, se produjo un estancamiento de la siembra y la producción que derivó en ese impacto económico. "En términos de divisas, el costo de no haber crecido por 10 años en el complejo sojero es de US$43.500 millones. La Argentina sacrificó una deuda externa por no permitir el crecimiento de un sector”.
Autor: Mariana Reinke LA NACION - 08/07/2022
Con esa frase, y haciendo referencia a un informe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), se refirió al momento actual de la soja en una charla virtual organizada por la Asociación de la Cadena de la Soja (Acsoja). La millonaria cifra que mencionó es porque el área con la oleaginosa está estancada, también su producción, factores ligados con la alta presión impositiva (la oleaginosa tributa un 33%) y la falta de una nueva ley de semillas para las inversiones de la industria semillera en el cultivo.
“Si bajamos las retenciones al 25% para la soja y 22% para el complejo aceitero, la Argentina crecería para llegar a 70 millones de toneladas en tres campañas agrícolas [fueron 43 millones el último ciclo]. También crecería el ingreso de divisas en alrededor de 7000 millones de dólares; es un negocio en todo sentido para el país y para el sector”, señaló Idígoras luego a LA NACION.
Idígoras contó que la cadena de valor de la soja en sus inicios era muy competitiva, no solo por su nivel de producción sino por la adopción de biotecnología. “Fue así que nuestros productores desarrollaron un sistema de conservación de suelos (siembra directa) que lo masificaron y que los transformó en productores de vanguardia. Se sumó un proceso de desregulación económica que permitió el desarrollo de los puertos, donde hay más de US$15.000 millones de inversión fija en terminales portuarias e industrias de la molienda. Un tercer aspecto es tener una hidrovía competitiva”, destacó.
“Estos tres aspectos se fusionaron con una demanda mundial creciente que permitió al país pasar de 20 millones de toneladas a más de 120 millones de toneladas [entre todos los granos] y a diversificar y pasar de vender a 10 mercados para vender a 78 (harina, aceite y biodiésel) de todo el complejo sojero”, añadió.
En ese escenario, “la Argentina era vista como un país que podía competir palmo a palmo con Brasil y Estados Unidos, pero 10 años atrás decidió congelarse y no crecer más en producción, procesamiento y capacidad exportadora de soja”.
“Hoy por hoy debería estar produciendo normalmente no menos de 70 millones de toneladas de porotos de soja teniendo una capacidad de molienda ya instalada cercana a los 77 millones de toneladas”, dijo.
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