LO CARO QUE RESULTA ARRUINAR AL AGRO.
En la Cuenta Corriente Externa -del primer trimestre- y en la evolución de las exportaciones, para los primeros cinco meses del año, se notan los efectos del desaguisado de política agropecuaria, que vivimos desde antes de 2008 (conflicto con el campo). Salvo en dos casos puntuales (biodiesel y leche entera en polvo), no hay correcciones de política. En el caso del trigo, se ha empeorado. La falta de una política anti-inflacionaria seria, ha impedido que una devaluación nominal superior al 50%, se traduzca en un sesgo pro-exportador. “La ligaron” y muy fuerte, tanto la región pampeana, como las economías regionales.
Autor: JORGE INGARAMO - 14/07/2014
El INDEC publicó la estimación del Balance de Pagos, para el primer trimestre de 2014. Se perdieron Reservas por MU$S 3.733, principalmente por culpa de la Cuenta Corriente negativa por MU$S 3.304, cifra superior en MU$S 1.100, a igual período de 2013.
La Cuenta Mercancías, que había dado un superávit de MU$S 2.190, hace un año, bajó a sólo MU$S 805, principalmente por la caída de las exportaciones. Ya vimos en una nota anterior, que más del 80% de dicha merma está justificada por los rubros más importantes del sector agropecuario. De haberse mantenido las exportaciones del año anterior, que no fueron muy buenas, el resultado de la Cuenta Corriente hubiera sido negativo, pero inferior en un 42% al obtenido.
Entre enero y marzo, había muy poco para exportar. La crisis del girasol, unida a un bajo rinde en la cebada cervecera y a las prohibiciones de exportar trigo, tuvieron junto con la virtual desaparición de las ventas de carne y las restricción a los ROEs blancos (lácteos), las principales responsabilidades en dicha baja.
Es grave la situación, porque se proyecta a abril-mayo, cuando uno analiza los números del comercio exterior argentino, acumulados en los primeros cinco meses del año.
No tenemos la Cuenta Corriente Externa de abril y mayo, aunque presumimos que debería haber mejorado, precisamente por el ingreso (tardío) de la soja y (parcial) del maíz. Lo hace suponer así, la interrupción de la pérdida de Reservas netas del Central y la adquisición de más de MU$S 2.800, si se considera todo el segundo trimestre.
Pero esta buena noticia, no debe eclipsar el grave problema del comercio exterior argentino, que no sólo se explica por la caída de 17 % en la venta de autos y la balanza negativa en materia energética (dicho sea de paso, empeoró 15% en los primeros cinco meses) sino también por -los menores precios relativos de nuestras exportaciones; -la demora en la cosecha por razones climáticas; y -en otros casos, lisa y llanamente por la caída en los volúmenes. En el caso agropecuario, se debió a atraso cambiario no corregido (inflación de costos), restricciones para exportar e insólitas Retenciones, como las que se aplican al complejo girasol, de 30 y 32%, para subproductos y grano tal cual, respectivamente.
El análisis más detallado.
En los primeros cinco meses del año, las exportaciones totales cayeron 12%, con una merma de 10%, en las cantidades y 2%, en los precios. Las de productos primarios se redujeron un 34%, con una merma de 12% en los precios y de 25% en las cantidades. Sólo la mejora del 23% en las exportaciones de proteína de soja, permitió que las Manufacturas de Origen Agropecuario subieran 9% en valor, que se reparte en 3% por mejora en los precios y 6% por incremento en las cantidades.
El ingreso de la soja, no logró revertir las caídas mensuales en las exportaciones totales, como solía ocurrir en años anteriores. La mencionada merma en las ventas externas, que acumula 12% a mayo, tiene, para los primeros cinco meses del año, caídas interanuales, del 6; 5; 16; 13 y 16%, de enero a mayo, respectivamente. Vale decir que se sigue amplificando la baja, a medida que avanza el año, pese a que los precios han tendido a estabilizarse en el mes de mayo.
El INDEC publica las diferencias absolutas por rubros desagregados, para los primeros cinco meses del año. La comparación con el año anterior es dramática, por donde se la mire. Por ejemplo, un rubro que reflejaba un fuerte crecimiento, hasta que fue absurdamente intervenido por Economía, es la venta de biodiesel. Recién después de caer en la cuenta del error desmesurado que se había cometido, se logró revertir la tendencia bajista y las exportaciones, para los cinco meses, son estables en la comparación con el año anterior. Algo similar ocurrió con la leche entera en polvo, que creció casi 60% (para los cinco meses), una vez que se liberaron los ROEs en marzo. Las expo de la proteína y el grano de soja, crecieron 29 y 3%, respectivamente, siendo los únicos rubros pampeanos con desempeño positivo, porque terminó la soja Yankee.
En cereales, la baja de los primeros cinco meses es dramática: 67; 47; 30 y 86%, para maíz, trigo, cebada y sorgo, respectivamente. Como se ve, una catástrofe. Solamente en maíz, la merma por el atraso en la cosecha y las políticas en desaliento, supera los MU$S 2.000, para el período considerado.
El complejo girasol es otro de los más afectados, con bajas del 47; 49 y 16%, para aceites, harinas y grano, respectivamente. Otra catástrofe (la siembra menor en 40 años) consumada por absurdas Retenciones. La baja internacional en los precios de los aceites, también se sintió para el de soja, que acusó una merma del 9,6% en dólares.
Como se dijo, las exportaciones de carne vacuna, virtualmente han desaparecido. La carne deshuesada refrigerada, pese a los buenos precios, se mantuvo estable, mientras que bajaron todavía más (es decir un 26 y un 5%) las conservas y la deshuesada congelada. El sector “Carnes y despojos de gallos y gallinas”, puede festejar, ya que su caída fue de apenas un 6%.
Finalmente, si uno echa una mirada por las economías regionales, el panorama no puede ser más complicado. Para los primeros cinco meses del año, en las producciones primarias, las bajas son de 50; 23 y 4%, para hortalizas y legumbres; frutas frescas y tabaco. En los rubros de Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA), Frutas secas y procesadas; Azúcar y artículos de confitería y Preparados con hortalizas, legumbres y frutas, caen 34; 23 y 17%, respectivamente. La economía lanera registra un leve incremento del 8%, en la venta de lanas sucias y nulo crecimiento en la de elaboradas. Casi no hay exportaciones de fibra de algodón, aunque las pocas que hay crecen 7%. La única excepción de éxito(devaluación), es la exportación de Bebidas y líquidos alcohólicos, que -en el agregado- crece 8% y, para el rubro clave, Vino de uva fresca, sube un 7%.
Es increíble que tanto las economías regionales como los principales rubros de la pampeana, tengan un desempeño tan lamentable, cuando se habla del ciclo favorable que se vive en el mundo, en los precios de las commodities, pese a que éstos hayan caído levemente en el último año.
Las magnitudes de las mermas por rubros, que hemos mencionado, tanto en valores en dólares, como en cantidades, hablan de una total responsabilidad de la política económica local. La misma que es causante del aumento en el déficit externo energético y también la que, indirectamente, tumbó las exportaciones de Material de transporte terrestre (léase autos), cuya baja es del 17% y explica la caída del 12% que sufrieron las exportaciones de origen industrial (MOI): todos los rubros cayeron salvo químicos (donde está el Biodiesel) y plásticos, que apenas empatan con 2013.
Finalmente, duele ver que, salvo el caso del biodiesel y de la tardía pero favorable, autorización para las exportaciones de lácteos, no se adopta ningún tipo de correctivos: las Retenciones siguen allí; hay trigo que se podría exportar pero no recibe autorización; siguen vigentes restricciones para la carne y, en general, se ha atenuado muy levemente, el atraso cambiario, por la falta de una política anti-inflacionaria seria que consiga que una mejora nominal del Tipo de Cambio, superior al 50% anual, se traduzca en un sesgo pro-exportador..
Un síntesis de esta nota se publicó en el suplemento de La Nación en sábado 12.