LA AGROINDUSTRIA, PILAR DE UN DESARROLLO SOSTENIDO DEL PAÍS.
Ante la actúal situación es oportuno insistir que lo que necesitamos es un proyecto integral para todo el país que tenga como pilar al sector agropecuario para concretar un desarrollo sostenido como ocurrió a principio del siglo XX.
Autor: ARTURO NAVARRO - 21/06/2014
Economia y Negocios/Nota
Agro-Suplemento-Enfoque
Buenos Aires, 21 mayo (Especial para NA, por Arturo Navarro*)
A pesar de faltar catorce meses para las elecciones nacionales,
ya estamos en campaña electoral si nos atenemos a las
declaraciones de los políticos.
Hemos podido escuchar declaraciones sobre temas específicos e
individuales, que suenan muy bien a los oídos del
sector agropecuarios.
Ante dicha situación es oportuno insistir que lo que
necesitamos es un proyecto integral para todo el país
que tenga como pilar al sector agropecuario para concretar un
desarrollo sostenido como ocurrió a principio del siglo XX.
Al revisar nuestro pasado, evaluar el presente y proyectarnos
al futuro, se hace evidente que necesitamos consensuar cuanto
antes mediante el dialogo entre todos, una propuesta económica y
social para el país.
Se trata de un compromiso entre todos los sectores y la
dirigencia política para revertir definitivamente la actual
decadencia, con un proyecto planificado de crecimiento y de
desarrollo a largo plazo, en función de valores, objetivos
económicos generales y objetivos sectoriales de política
agropecuaria y agroindustrial a ser respetados por todos.
No estoy proponiendo un proyecto agroexportador tradicional.
Estoy promoviendo que el país se convierta rápidamente en un gran
exportador de alimentos para abastecer todas las góndolas de los
supermercados del mundo y de esa forma poder generar un
desarrollo equitativo de todo el país junto a todos los otros
sectores de la economía.
La agroindustria es la industria más importante y competitiva
del país y la base fundamental para el desarrollo nacional por la
acción geopolítica que generará si tienen un plan planificado a
largo plazo.
¿El objetivo inmediato? Aumentar las inversiones, las fuentes
de trabajo, las producciones y las transformaciones, para exportar
a todos los mercados del mundo y abastecer mejor el consumo
interno.
Cuanto más aumentemos las exportaciones, abasteceremos mejor el
consumo interno. ¿El ejemplo a imitar? El de los emprendedores que
motorizan diferentes clúster regionales en todo el país. Ellos
logran integrar eficientemente las producciones y rompen la
dinámica de la expulsión territorial de los trabajadores.
Relativizaron el costo del flete transformando la materia prima en
origen y agregando valor a lo transportado.
Este es el ejemplo a imitar y a generalizar en el país. Se
trata solamente de poner al complejo agroindustrial –el más
eficiente y competitivo del país–, en igualdad de condiciones con
los otros sectores de la economía. Y de integrarlo en un proyecto
nacional basado en valores fundamentales y con objetivos
económicos generales y sectoriales en diferentes polos de
desarrollos que hay que definirse como una de las políticas de
Estado que necesitamos.
Entre estos valores fundamentales está el respeto irrestricto a
la Constitución y a las instituciones de la Nación, la defensa de
la República y del federalismo, la construcción de capital social
con base en la ética y al rescate del espíritu emprendedor y la
promoción de la equidad distributiva para lograr un mayor
equilibrio regional, que aliente las posibilidades de desarrollo y
promueva la radicación de la población en el interior del país.
Además de una moderna y eficiente relación fiscal Nación-
Provincias.
Los objetivos económicos serían lograr tasas sostenidas de alto
crecimiento de la producción, atemperando los ciclos y las
fluctuaciones bruscas, la promoción de inversiones atractivas en
la Argentina, para que contribuyan a reducir las tasas de
desempleo y promuevan el desarrollo regional.
Esto alentaría a la población a radicarse en todo el territorio
nacional. Promover una mejor distribución de la riqueza personal,
sectorial, funcional y regional, reduciendo los niveles de
pobreza, eliminando la marginalidad y la pobreza extrema.
También a recuperar la cultura del trabajo, defender el valor
de la moneda y la estabilidad de precios, a través de la
independencia del Banco Central, el respeto a la seguridad
jurídica de los inversores externos e internos y el cumplimiento
de los compromisos por endeudamiento público.
No se descarta que se promovería la inserción competitiva de la
Argentina en el mundo, tanto a nivel comercial como financiero,
asegurando políticas de Estado que atraigan inversiones externas e
internas de largo plazo, orientadas al desarrollo económico y
social, eliminando la discrecionalidad en el diseño y la ejecución
de las políticas públicas, como primer paso en el combate a la
corrupción.
Además se podrá promover la actividad emprendedora de nuestros
ciudadanos, asegurando una tasa sustantivamente alta de creación
de nuevas empresas e impulsando el espíritu pionero, para rescatar
el interior del país.
Cabe destacar que los objetivos sectoriales deben ser
coherentes con los valores y objetivos generales. De esta manera
se consigue que el interés particular de los actores económicos
sectoriales vaya en línea con los intereses generales de la Nación
y que las políticas se sostengan en el largo plazo, lo que las
transforma en políticas de estado.
La crisis económica, política y social actual es por la falta
de un proyecto estratégico y planificado para el crecimiento y
desarrollos equitativos de todas las regiones del país, que
hubieran permitido arraigar a sus pobladores en sus lugares de
trabajo y de residencia original.
En esto tiene mucho que ver el tratamiento discriminatorio que
viene soportando el campo desde hace muchos años.
Los objetivos enumerados son los principales para integrar
definitivamente y en forma permanente al sector agropecuario y a
las agroindustrias y consolidar así el complejo productivo más
importante y competitivo del país, que, en igualdad de condiciones
con los otros sectores de la economía, nos permitirá multiplicar
nuestras producciones y exportar con valor agregado a todos los
mercados del mundo.
Mi mayor aspiración es que 2016 sea la oportunidad para
quebrar esta decadencia de tantos años y dar inicio a un
crecimiento y desarrollo sostenido con la agroindustria como pilar
de ese desarrollo con inclusión social e igualdad de condiciones
para todo el territorio del país.
AN/MAF/JC/AMR
(*) Consultor. Ex presidente de CRA y de CARBAP.
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NA 2014-06-21 14:25