Las tasas y el “gordito de la pelota”.

Regular las tasas difícilmente dará resultado. Los bancos prefieren prestarle al Estado. Los particulares pueden quedarse sin trabajo o no saber a cuánto asciende su capacidad de pago mensual, vista la incertidumbre paritaria (ni hablar, del efecto del mínimo no imponible de Ganancias). El Estado, el gordito de la pelota, jamás sacrifica captación tributaria y sólo pretende que los bancos bajen las tasas nominales, que absurdamente fueron infladas por la expectativa inflacionaria que el Gobierno no corrigió Mientras tanto, los sectores que proveen bienes registrables (autos, motos o departamentos) que se compran con crédito bancario, seguirán padeciendo de la incertidumbre de política económica que subyace a la tasa base (LEBAC), multiplicada por el colmo de las distorsiones que puso “el gordito de la pelota”.

Autor: JORGE INGARAMO - 13/06/2014



   
   
   
   Los datos.
   Los Plazos Fijos, que crecieron 24% en lo que va del año, representan el 47% de los depósitos totales en el sistema financiero.
   La colocación de Títulos por el Banco Central, absorbe el 53% de estos depósitos y paga, la entidad reguladora a los bancos particulares, aproximadamente el 26,8% anual, por los títulos llamados LEBAC, a 90 días. Si uno computa una inflación del 2% mensual, no es extraño que el Banco Central capture el excedente de liquidez, con dicha tasa. Tampoco es extraño que los bancos le presten al BCRA, semejante porcentaje de sus depósitos, ya que ganan una diferencia sustantiva, sin ningún riesgo.
   Según la última información semanal del Central, se consigna que los depósitos en pesos, a 60 días, reciben un 24% y a 30 días, un 21,6%. Este valor promedio de la encuesta que realiza el BCRA, es sustancialmente inferior a lo que la Autoridad Monetaria paga para esterilizar. Obsérvese la magnitud del SEGURO negocio bancario.
   Surge la pregunta de ¿cómo puede ser que, mirando el reverso del resumen de MI tarjeta de crédito, encuentre que si decido refinanciar su saldo impago, deba oblar, en tres cuotas, una tasa efectiva anual del 52%, que implica un costo financiero total del 71,43%?. ¿Cómo se hace para llegar del 22/24% (al depositante) a un costo financiero total del 71,43%?.
   Por supuesto que, en medio de la disputa interna del equipo económico, surgió la prioridad de regular las tasas. No sabemos si para la tribuna o para que realmente baje el costo de endeudarse, en beneficio de los que toman créditos personales, prendarios, o simplemente tienen una tarjeta de crédito.
   ¿Qué dice la regulación?. Las entidades financieras que tengan por lo menos el 1% de los depósitos privados, no podrán cobrar más que la tasa de las LEBAC, que remuneran a los bancos, a 90 días (hoy del 26,8%) más un coeficiente multiplicativo de 1,25 a 2. Es decir, tasas máximas del 33,5 al 53,6%. Obsérvese que todavía estamos muy por debajo de lo que cuesta financiarme con la tarjeta de crédito.
   La regulación es un coeficiente multiplicativo fijo, aplicado por categoría de deudor, sobre una tasa variable, que depende estrictamente de la inflación. El Central sostiene esta tasa variable, ya que el Ministerio de Economía prácticamente no hizo nada para reducir drásticamente la inflación (hoy el Índice que comunicó el Congreso, la sitúa aproximadamente en el 2,3% mensual).
   Hasta aquí los datos.
   
   El gordito de la pelota.
   Todos sabemos que la inflación existe porque no hay un plan económico que conduzca a tener valores normales de crecimiento en los precios, es decir que la base flexible del cálculo de tasa está inflada por deficiencias de la política económica. Si la inflación fuera del 5% anual, jamás podríamos llegar a un costo financiero total del 71,43%.
   Quiere decir que se requiere de urgentes medidas para bajar el rendimiento de las LEBAC, sin perder depósitos en el sistema financiero y así, favorecer el crecimiento del crédito.
   O sea que el gordito de la pelota, es decir el que las quiere todas para él, sube artificialmente las tasas, porque no puede corregir las expectativas inflacionarias. Explicamos, con esto, por qué a los bancos les conviene prestar al Central, en el porcentaje que lo hacen, en vez de arriesgarse, crediticiamente, con el común de los mortales, incluso los que trabajan.
   Pero, hete aquí que los bancos cobran por mantenimiento de las cuentas bancarias, en las que se efectúan los pagos de las tarjetas de crédito. También cobran comisiones y, en los casos de préstamos personales, sin garantía real, obligan al deudor a tomar un seguro.
   Entonces, si las tarjetas de crédito tienen Impuesto de Sellos y el deudor paga IVA (consumidor final) sobre las tasas, las comisiones y los seguros de los créditos, ¿por qué la Autoridad Monetaria no se fija en todos estos componentes, que no hacen más que inflar el costo de la deuda, desde la ya abultada base de las LEBAC, que constituyen la esencia de la regulación?.
   Pasa lo mismo con el impuesto interno sobre los autos. El gobierno no acepta que cometió un error y le echa la culpa a la cadena de valor, en lugar de revisar su voraz política de captación de recursos, a costa del empleo.
   Ocurre algo similar, considerando el punto de vista del deudor: muchas paritarias no cerraron, muchos ajustes salariales no se cobraron, buena parte del aguinaldo pagará Impuesto a las Ganancias y, por consiguiente, como resultado de todo esto, el pobre deudor no sabe cuál es su capacidad de pago y, más lamentable aún, tampoco lo sabe el virtual acreedor, o sea el banco. Por eso: ÑACATE!!!
   
   Síntesis.
   Los bancos prefieren prestarle al Estado, sin riesgo, antes que a los particulares, que pueden quedarse sin trabajo o pueden no saber a cuánto asciende su capacidad de pago mensual, vista la incertidumbre paritaria (ni hablar, del efecto del mínimo no imponible en el Impuesto a las Ganancias).
   El Estado, el gordito de la pelota, jamás sacrifica captación tributaria y sólo pretende que los bancos bajen las tasas nominales, que absurdamente fueron infladas por la expectativa inflacionaria que el Gobierno no corrigió.
   El efecto de la regulación es obvio: los bancos elegirán prestarle a los mejores deudores y segmentarán, cubriéndose financieramente de una eventual devaluación o suba de la tasa de inflación. Mientras tanto, todos los sectores que proveen bienes registrables (autos, motos o departamentos) que sólo pueden ser financiados con crédito bancario, seguirán padeciendo la incertidumbre de política económica que subyace a la tasa base (LEBAC) multiplicada por el colmo de las distorsiones que puso y trata de mantener el gordito de la pelota.
   ¿Y si reducen la carga tributaria?. ¿Y si reducen la inflación?. ¿Y si se rozan con la realidad?.
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