DOPO DI PARIGGI: PISTOLA DE 10 TIROS.
La economía está parada y hay mucho malhumor. Para la gente, los asalariados y los empresarios, el Acuerdo con el Club de París no significa mucho, si no va acompañado con certidumbres sobre la política económica y medidas promocionales a nivel micro, que destraben el sector automotriz y el de la construcción.
Autor: JORGE INGARAMO - 03/06/2014
Éste es un gobierno que se va. Todos dicen que le deja la mochila al que sigue. Ese argumento, que políticamente puede ser válido, al común de los mortales le importa poco y nada. Todos queremos saber de cuánto dinero vamos a disponer para consumir, invertir y endeudarnos. También queremos saber cuánto va a valer el Dólar, en todos sus pelajes. Dopo di Pariggi, certidumbre e incentivos, y sacrificios fiscales, para todos y todas.
“Los fundamentals son mejores que el valor de los bonos”.
La afirmación es del Ministro de Economía. No es para tanto. Tienen que demostrarlo. El arreglo con el Club de París, sin dudas, fue exitoso. Pero no arregla todos los fundamentals. Proponemos poner en marcha, a todos los fines, no sólo para refirmar la pax cambiaria, la pistola de 10 tiros. Aquí están, éstos son:
La macro.
1) Ley de autonomía del Banco Central. Mientras estaba el Ministro en París, habló (y bien) el Presidente del BCRA. Hay que volver a la autonomía del Banco Central y que “se demuestre” que tiene capacidad de manejo y poder de convicción, fundado en la poder del ente emisor. Es perfectamente factible si los fundamentals son correctos. Un Banco Central independiente, como lo es la FED, permite las “curas de palabra”, en países normales. Como La Argentina se está normalizando, hay que darle juego a Fábrega, para que también normalice la palabra y el accionar del BCRA.
2) Mostrar los fundamentals. Es una vergüenza la demora en presentar los números de caja de Hacienda. Recién la semana pasada, se conoció el primer trimestre que, por supuesto, como sostuviéramos, fue horrible. Pero, por otro lado, sabemos por el Banco Central, que en abril y mayo hubo mejoras fiscales ostensibles. El mercado debería conocerlas en tiempo real, así como dice conocerlas el Jefe de Gabinete. Es evidente que Frábega consiguió parar las transferencias al Tesoro, pero eso debe explicitarse.
En abril, la parte de recaudación tributaria que fue a la Administración Nacional aumentó en M$ 11.200 con respecto a marzo, básicamente por fuente aduanera. El desequilibrio financiero del primer trimestre del Tesoro, superó los M$ 15.000. Quiere decir que, en el segundo trimestre, de mantenerse el ritmo recaudatorio, el Tesoro podría devolver al Banco Central el equivalente a la misión del primer trimestre y quedarse con un plus para hacer frente a las obligaciones que no son de la ANSES (las anunciadas por la Presidenta) y, por si fuera poco, garantizar un equilibrio financiero (¿por qué no un superávit?) en el tercer trimestre. Se sostuvo, en esta columna, que todo cambiaría en la segunda semana de abril. Efectivamente, cambió. Los números fríos del primer trimestre de Hacienda, incluidas las transferencias, demuestran un desequilibrio incrementado en 113,8%. Buena parte son vencimientos de bonos canjeados por otros, hoy en poder de la ANSES. Otras parte son Adelantos Transitorios y emisión de Base del BCRA. Pero, el neto, en lo que va de 2014, de las fuentes de emisión de Base para el Sector Público, muestra apenas una emisión de M$ 1102, es decir, nada. Los Adelantos Transitorios del BCRA, por su parte, bajaron en los últimos 30 días, al 23 de mayo, en M$ 3950. Si estos son los fundamentals, hay que mostrarlos. Junto con el anuncio de la recaudación tributaria de mayo, que será seguramente exitoso, hay que exhibir los números de Hacienda de abril, para que el mercado vea el cambio de tendencia. Todos comprendemos porqué el primer trimestre fue espantoso. Queremos saber si el tercer trimestre será exitoso.
3) Lograr una inflación próxima al 1% en junio e inferior al 0,8% mensual en agosto. Hay que programar las futuras subas autorizadas de precios regulados, no dejarse engañar por el aguinaldo, mantener las tasas hasta que se produzca un cambio “efectivo” de portafolios y conseguir, por lo menos hasta fines de septiembre, un Tipo de Cambio fijo en torno a los $8. Esto se puede lograr, con el Banco Central ocupado exclusivamente en recomponer Reservas (Es muy poco ambicioso Fábrega, cuando dice que a fin de año serán de MU$S 28.000. Deberían ser, por lo menos MU$S 34.000, y es posible lograrlo.). Todo accidente en materia de financiamiento público, como puede ser el aguinaldo, debe ser manejado, vía intervenciones, con participación del poder de fuego de la ANSES.
4) Sistema de depósitos y créditos en dólares: es inadmisible que la principal riqueza del país, la soja, esté parada once meses en una bolsa, sin agregar valor al circuito económico. El Banco Central debe intentar, junto con su autonomía, la intervención para la formación de un sistema de depósitos y préstamos en dólares, de modo de dar la opción al productor agropecuario, a liquidar el físico y quedar calzado, en el sistema financiero, para sus futuras compras. Esto ayudaría a toda la cadena comercial del principal sector excedentario y evitaría tener que pedirle a CIARA que traiga dólares a principios de 2015. ¿La forma?. Liberar las tasas que paga el Banco Central en la licitación de LEBACs en dólares que, al 23 de mayo, acumulaban un stock, de MU$S 929, con rendimientos fijos pre-pautados. El Central les tiene que dar juego a los bancos y estos competir por recuperar los dólares fugados o los embolsados.
5) El mercado debe saber que el Dólar comercial está a $8 y que los dólares timba no superan los $9. Tal vez no haya que intervenir directamente, si es que se hacen las cosas propuestas más arriba. Pero, si es necesario, hay que hacerlo. Tienen con qué.
Nivel de actividad e ingresos.
6) Anunciar, de manera urgente, la suba del 33% en el mínimo no imponible de Ganancias, para el caso de los asalariados. Mandar al Congreso un Proyecto de Ley para que, en años futuros, los ajustes sean automáticos y que siempre, hasta que los salarios más bajos dejen de pagar Ganancias, las cláusulas gatillo se basen en porcentajes de ajustes por encima de la inflación observada, a fin de que los salarios más bajos, (que están entre los más altos), no paguen el impuesto. El salario no es ganancia, pero es evidente que la politización del concepto, a nivel oficial, está complicando innecesariamente la pauta de gasto y endeudamiento de los sectores asalariados, que mueven los mercados de bienes registrables. No hay nada más recesivo que la incertidumbre. No hay que volver a repetir este ingenuo episodio en 2015.
7) Eliminar el Decreto publicado el 2 de enero, de aumento de Impuestos Internos para los autos de mayor valor y bonificar, en los próximos cuatro meses, con un promedio de $ 12000, la compra de un auto de bajo costo, a los fines de que, a medida que bajen los precios y se adecuen las tasas de interés, los asalariados que tengan certidumbre sobre futuros ingresos, puedan recuperar al mercado automotriz y, por ende, a los sectores autopartistas locales. No es un gran costo fiscal. Sólo M$ 3600, en cuatro meses, para 300.000 autos, no cambia el horizonte de las finanzas públicas.
8) Generar líneas de crédito, para el apoyo a la construcción privada, en base a montos prestados equivalentes a un alquiler mensual, pero financiados al costo de la construcción. Si hace falta, se puede subsidiar una parte de la tasa. Hay sistemas de financiamiento de la construcción, pre-pagos, privados que, para el asalariado, implican pagar el alquiler y al mismo tiempo una cuota. Hay recursos para, vía la ANSES, anticipar y luego, recuperar “cuotas anticipadas” (financiadas desde el Estado), una vez que el asalariado acceda a la vivienda y deje de pagar alquiler. El sistema de financiamiento prepago, para la construcción, hoy, es exitoso a nivel privado. Pero podría ampliarse significativamente, si uno de los dos “cargos” sobre el salario, fuera financiado a largo plazo. Si no hay crédito hipotecario accesible, que al menos haya sistemas de fideicomisos, para el pago en cuotas, una vez que el asalariado deje de pagar el alquiler. Sería infinitamente más eficiente, para el comprador. Ni hablar del efecto dinámico que tendría sobre los actuales y futuros desarrollos inmobiliarios.
9) Suspender el Impuesto a la Transferencia de Inmuebles, para el caso de comprador de vivienda única o de familias (personas físicas) que no sean propietarios de inmuebles. Si bien este impuesto lo paga el vendedor, suspenderlo hasta fin de año, implica una ayuda para que, en la negociación inmobiliaria, bajen los costos de transacción, ya que el comprador, cuando negocia la transferencia, sabría que el 1,5% del ITI es la primera rebaja de precio que puede obtener.
10) Ya se solucionó, parcialmente, la posición de comercio internacional del biodiesel. Para que, entre diciembre y marzo próximos, aumenten las exportaciones agroindustriales, convendría iniciar rápidamente una política agropecuaria gradual que, al menos en una fase inicial, tendría seis componentes:
a) Bajar de 23 a 15%, las Retenciones al trigo, con vigencia a partir del 1º de diciembre.
b) Bajar del 32 al 15%, las Retenciones al girasol, con igual fecha de vigencia.
c) Restituir los reintegros a las exportaciones de agroalimentos con valor agregado, eliminadas por Lavagna, en 2005 (facilitan la recuperación de impuestos indirectos).
d) Promover las exportaciones de carnes y lácteos, bajando Retenciones y facilitando la habilitación de ROEs. Lo mejor sería eliminarlos.
e) Eliminar los Derechos de Exportación, para todas las economías regionales y aquellos cultivos en los cuales la recaudación sea virtualmente mínima y
f) Anunciar que bajo un sistema de acuerdos, condicionado al incremento de la siembra, también se bajará a 15% la retención aplicada al maíz, con vigencia al 1º de marzo de 2015.
Síntesis.
La economía está parada y hay mucho malhumor. Para la gente, los asalariados y los empresarios, el Acuerdo con el Club de París no significa mucho, si no va acompañado con certidumbres sobre la política económica y medidas promocionales a nivel micro, que destraben todo el sector automotriz y de la construcción. Éste es un gobierno que se va. Todos dicen que le deja la mochila al que sigue. Pero ese argumento, que políticamente puede ser válido, al común de los mortales le importa poco y nada. Todos queremos saber de cuánto dinero vamos a disponer para consumir, invertir y endeudarnos. También queremos saber cuánto va a valer el Dólar, en todos sus pelajes. Dopo di Pariggi, certidumbre e incentivos, y sacrificios fiscales, para todos y todas.