DE LAS PELEAS “AL CUETE”, A LA VALORIZACIÓN DE LOS ACTIVOS.

Se calmó el mercado cambiario, luego de una inútil pelea. Economía debería aprender a manejar la cuestión fiscal, la micro, las expectativas inflacionarias y cambiarias y a proveer señales concretas, para el regreso del país a los mercados voluntarios de deuda.

Autor: JORGE INGARAMO - 27/05/2014


La apreciación de los papeles privados, indica un posicionamiento inversor dispuesto a manifestarse, siempre que haya calma cambiaria y certidumbre fiscal. El MERVAL subió 122% en el año, mientras la devaluación fue del 53% y la Base Monetaria creció el 16,5%. Los indicadores son muy favorables. Hay que hacer lo posible para que se transformen en certidumbre y en cambios de humor, para lograr mejores decisiones empresarias.
   
   
   Pelea y corrida.
   El Ministro de Economía y el Presidente del Banco Central, cada uno delante de auditorios distintos, expusieron sus diferencias. Para Fábrega, es difícil sostener el Tipo de Cambio que le diera la pax, sin correcciones en lo fiscal y una política anti-inflacionaria consistente. Para el Ministro, la suba de tasas que impusiera el BCRA, en enero, fue exagerada y causante del parate que se observa en muchos sectores.
   Por supuesto, que el aumento en los pases, o sea dinero que el Banco Central habilita a prestar a los bancos privados, y la mini devaluación (de menos del 1%), se tradujeron en una corrida que confundió a todo el mundo y obligó a la mediación de la Presidenta, a estar por trascendidos periodísticos. En dos días, luego de reprimir la demanda de dólares para compras en el exterior e importaciones (dicen, que con el auxilio de ventas de títulos por la ANSES), el incidente se transformó en una fuerte caída del Dólar blue, el día viernes.
   Como decía mi tío, “una pelea al cuete”. Por suerte, el Central pudo reanudar su compra de Reservas, a finales de la semana.
   El error de diagnóstico del Ministerio de Economía es garrafal: la economía se para, porque la improvisación macroeconómica es lo que reina y la confusión e incertidumbre es lo que se impone.
   Los autos se han vuelto muy caros por el impuesto interno, agravado por el Decreto Nº 7, publicado el 2 de enero, al que siguiera la devaluación. Todos sabemos que dos tercios de cada auto vendido en La Argentina, “son dólares”, ya sea de impo o de expo. La tasa de interés tiene poco que ver. Algo parecido ocurre para el caso de las motos.
   El sector inmobiliario y el de la construcción necesitan de la pax cambiaria, para recomponerse y no hay peor señal que una disparada de los “dólares timba”, sobre todo cuando todavía resta por levantar casi un 30% de la soja y un 70% del maíz, que mueven el mercado en el interior..
   Los asalariados no saben cuánto van a cobrar, aún habiendo cerrado sus paritarias, ya que no hay definición con respecto al ajuste del mínimo de Ganancias. Por consiguiente, revisan a la baja su pauta de endeudamiento, sobre todo en activos reales o en bienes registrables, a la espera de una señal clara y contundente proveniente del Ejecutivo.
   En una palabra, la micro requiere soluciones micro y mayor pericia. No de reclamos macro, dirigidos al lugar equivocado.
   
   Lo que viene.
   Ahora que habrá días de sol, para que las cosechadoras terminen de recoger dólares, tienen que ponerse de acuerdo para enfrentar el período de bonanza, hasta setiembre, con inteligencia y transmitiendo certidumbres sustentables en el tiempo. Todos en el mercado se preguntan qué sucederá cuando termine la liquidación de los dólares de la soja. Seguramente no todos saben que faltan, por lo menos, unos MU$S 20.000, que aún no han sido vendidos, porque no se sabe si podrán ser cosechados en las condiciones más adecuadas. Quiere decir que hay buen margen de maniobra.
   Habría al menos cuatro estrategias conducentes a la recuperación de Reservas:
   a) En la semana que empieza, podría producirse un avance decisivo con el Club de París, mediante la aceptación de un pago mínimo y la refinanciación, de intereses y capital. También habría ciertos compromisos de empresas (con casas matrices en los países acreedores del Club), para ingresar dólares y restaurar las Reservas del Banco Central, afectadas al pago inicial.
   b) Se habla de un pase, es decir una operación de préstamo del Banco de Francia, que se podría sumar a emisiones de Títulos, en provincias como la de Buenos Aires, o por parte de YPF.
   c) Seguramente, el Banco Central profundizará en la licitación de LEBACs del día martes 27, la política de absorción (M$ 8905) que llevó a cabo en la semana del 12 al 16 de mayo, cuando vio venir la mini-corrida y
   d) Volverá a crecer el volumen liquidado por CIARA, que hasta el viernes 16, equivalía a más de un 6% de crecimiento, con respecto al acumulado de 2013.
   
   Si con este paquete de buenas noticias y/o de políticas de respuesta micro, sumado a la mejora en la recaudación fiscal por la vía aduanera, no son capaces de administrar cierta certidumbre cambiaria, deberían buscar otro trabajo. El mundial es un buen momento.
   
   La cuestión fiscal.
   Todo el mundo habla de los pésimos números fiscales, pero no todos tienen presente que los pocos que se conocen no son para alarmarse.
   Hacienda todavía no publicó la Cuenta de Ahorro e Inversión del mes de marzo que, a estar por lo que vimos en materia de aumento de Base, por el Banco Central, debe ser groseramente negativa.
   Un reciente documento de la ASAP, consigna que en el primer trimestre el Resultado Primario fue algo inferior al de 2013, pero que al ser compensado por la virtual duplicación de Servicios de la Deuda, dio como resultado financiero la multiplicación del déficit (de M$ 1.013 a 6.691). Todos sabemos que en el último mes de cada trimestre aumenta el porcentaje de ejecución, porque las partidas presupuestarias se habilitan periódicamente (cuatro veces por año). Recordar que el Tesoro colocó en pesos y la ANSES compró títulos de reemplazo a los vencidos en enero. No son inflacionarias estas operaciones.
   Para la ASAP, el devengado financiero del trimestre es negativo en M$ 12.939, pero esto no debería proyectarse al resto del año ya que, como se sabe, la recaudación aduanera subió de manera impactante en abril por el ingreso de la soja.
   El mencionado resultado financiero trimestral, ejecutado, anualizado, no supera el 0,85% del PBI. Y este año no hay elecciones, por consiguiente no se puede esperar el desborde absoluto, observado en el segundo semestre de 2013.
   En la búsqueda de pistas, encontramos un incremento mensual en los Adelantos Transitorios otorgados por el BCRA, de M$ 5.150, en los 30 días transcurridos hasta el 16 de mayo. Pero simultáneamente, en las fuentes de variación de la Base Monetaria, el Sector Público le “devolvió” al Central M$ 2.639 (absorción).
   En lo que va de 2014, la Base Monetaria cayó 6,3% nominal, casi M$ 24.000. La colocación de Títulos (BCRA) fue el factor contractivo (más de M$ 54.000) y la creación neta vía Sector Público fue de M$ 6.014. La creación monetaria vía Sector Público, anualizada, sin tener en cuenta la mejora estacional que se puede producir entre mayo y septiembre, por el ingreso de la soja, apenas representaría el 0,56% del PBI. Una vez más, es perfectamente financiable y debería conducir a eliminar la creación monetaria con destino fiscal, y a una dedicación exclusiva del Banco Central a emitir y esterilizar, para recuperar Reservas.
   En síntesis, hablar de desborde fiscal sin mirar los números, no parece una actitud correcta. No obstante ello, los resultados podrían ser mucho mejores, tanto en el presupuesto por lo devengado como por lo ejecutado.
   
   ¿Valorización de los activos?.
   Planteamos la evolución, interanual, al 23 de mayo, de variables clave en la macroeconomía:
   - La devaluación nominal del Oficial fue del 53%; mientras que la suba del Blue fue del 27% y la del Contado con liqui, del 12,6%.
   - El Tipo de Cambio real ha mejorado en La Argentina: usando dos hipótesis anuales de inflación, de entre el 32,2 y el 35,5 %, la mejora real de la paridad de exportación e importación, estaría entre el 15,6 y el 12,8%. Y, por ahora, no requeriría ajustes nominales significativos ya que éstos son, como se observó, muy difíciles de digerir para la sociedad.
   - La Bolsa creció, nominal, el 122%, con YPF haciéndolo al 174% y Tenaris al 28,4%. Desde la aparición del Dólar Bolsa, a mediados de diciembre, esta variable aumentó 29,6%, mientras el MERVAL lo hacía al 38,4%. Esta performance de los papeles privados (que recibió impulso, por el ajuste del valor de generación eléctrica) podría mejorar, de producirse anuncios contundentes en materia de financiamiento externo y/o el arreglo con el Club de París.
   - Las variaciones en los agregados monetarios, al día 16 de mayo, interanuales, fueron: a) 16,5% en la Base Monetaria; b) 16,1% en el circulante; c) 21,9% en M1 y d) 23,7% en M3. Todas cifras inferiores a la inflación observada que, seguramente, registra los aumentos de costos, producidos por la devaluación y su consiguiente impacto, principalmente en los alimentos e importables. Los depósitos del sector privado, en el mismo lapso, crecieron 29,8%; aquellos a la vista lo hicieron al 21,7% (similar al M1), pero las inmovilizaciones a plazo crecieron 38,1%. Es decir que ha bajado sustantivamente la velocidad de circulación del dinero, de manera consistente con una inflación esperada más baja. Si Economía manejara las expectativas, hubiera aprovechado la inflación del 1,1% en los alimentos, en el mes de abril, para propiciar un crecimiento de los precios inferior al 1% -a nivel general-, a partir del mes de junio, una vez que el Banco Central se haya hecho de más Reservas y aumentado su poder de fuego para transformar las expectativas (injustificadas) de devaluación, de aquí a fin de año. Con esta pax, se activaría el mercado de registrables.
   
   
   Síntesis.
   Economía debería dedicarse a resolver rápidamente la inserción argentina en los mercados de capitales del exterior y facilitar el financiamiento con deuda voluntaria, aprovechando que la tasa larga de los Bonos americanos ha estado declinando y el Dólar está débil. También debería abocarse a conseguir resultados fiscales que hagan previsible una baja drástica en la tasa de inflación, en el segundo semestre del año.
    Deben terminar las peleas. Los probables anuncios positivos de la presente semana, y los de recaudación, en la próxima, tendrían que cambiar las expectativas, antes del Mundial. Tienen la posibilidad de hacerlo, ya que hay mucha soja por entrar y todavía pueden conseguirse cuatro meses de excelente recaudación tributaria (siempre que la gente pague los impuestos y no se dedique a comprar dólares).