Un país agro-industrial necesita entidades unidas.
Buenos Aires, 24 mayo (Especial para NA, por Arturo Navarro*) La mayoría de los partidos de la oposición tienen asumido en su eje de campaña, el rol fundamental del Complejo Agroindustrial en el futuro desarrollo con inclusión de todos sus habitantes en su lugar de trabajo.
Autor: ARTURO NAVARRO - 24/05/2014
En tanto, la acción geopolítica que cumple el sector
agropecuario ya está demostrada en muchos países y zonas del
país, siendo irremplazable por otro sector. Todos los ciudadanos
que pueblan nuestro territorio, directa o indirectamente, viven
del sector agroindustrial.
Pero para poder concretar, generalizar y consolidar un proyecto
a largo plazo en beneficio del conjunto del país, necesitamos
consensuar con todos los partidos políticos que adhieren a esta
idea para el 2016.
Se trata de consensuar todas las políticas de estados que se
necesitan para darle previsibilidad a las grandes inversiones que
son imperiosas.
Entre esas políticas de Estado, la que no pueden faltar para
acompañar el desarrollo agroindustrial, sin ninguna duda, es un
proyecto de ley para promover la unión institucional de las
entidades nacionales, fijándole a los productores un aporte
gremial obligatorio para financiar dicha gestión.
Un proyecto agroindustrial a largo plazo necesita a las
entidades unidas institucionalmente para poder desarrollar una
acción pública-privada con el Estado en forma permanente.
Han pasado seis años del conflicto que originó la 125. En este
tiempo, el sector liderado por la Comisión de Enlace nunca ha
presentado formalmente al Congreso un proyecto consensuado por las
cuatro entidades.
Desde su creación hemos tenido más reclamos en asambleas que
trabajo efectivo para elevar propuestas concretas para el corto,
mediano y largo plazo.
Sí se han hechos muy buenos diagnósticos y proyecciones de
producción con la colaboración de AACREA y AAPRESID.
Debemos imaginar un sistema moderno más abarcador, ágil y
efectivo que defienda real y efectivamente los intereses del
sector.
Por ejemplo, llevar a la práctica un sistema como el que viene
desarrollando Brasil desde 1964 cuando planificó el rol de la
producción agropecuaria y agroindustria y creó por ley
la Confederación Nacional de Entidades Agropecuarias (CNA).
El objetivo, que se cumplió, era trabajar en una acción
institucionalizada pública-privada permanente en las defensas de
las propuestas, sanción de las mismas y control de las gestiones
de las políticas públicas.
Hoy en día, sus dirigentes tienen un gran protagonismo en el
trabajo parlamentario y en la ejecución y seguimientos de la
políticas públicas, tanto a nivel nacional e internacional,
mostrando a los productores muchos más unidos que al principio del
sistema, con resultados concretos después de 50 años.
Mi propuesta es crear una entidad similar a la CNA de Brasil.
Esta nueva entidad debe estar integrada por todas las entidades
nacionales formada por productores (la Comisión de Enlace, más
AACREA y AAPRESID) en una Fundación o Centro de Estudios
Estratégicos.
Esta asociación recibiría el aporte de todos los productores,
por un sistema de recaudación obligatoria establecido por ley,
como mínimo de un 1%.
Pero es fundamental que se pueda concretar la inclusión de las
seis entidades: no se puede pretender recaudar a todos los
productores, si muchos de ellos no se sienten representados.
La Fundación o Centro de Estudios Estratégicos, por medio de un
Consejo Directivo representante de las seis entidades, sería la
responsable de implementar las políticas dispuestas con equipo
profesionalizado y de distribuir los fondos según sean los
objetivos y los porcentajes fijados previamente por el estatuto
de formación.
Entre los cinco objetivos principales debemos
mencionar los siguientes:
1- Proponer, elaborar, concretar y hacer un seguimiento de
todas las políticas de Estado que tienen directa influencia para
la producción, transformación, exportaciones y comercialización
del sector agropecuario y agroindustrial.
2- Ejecutar en forma permanente un trabajo de lobby
profesionalizado interno y externo, a nivel público y privado, a
fin de mejorar la competitividad del sector.
3- Proponer y trabajar en todas las modificaciones necesarias
para mejorar la educación, la investigación y formación laboral,
inclusive en diseño de carreras corta y de oficios.
4- Diagramar y ejecutar en forma permanente campañas de
comunicación y marketing que sean necesarias para ir cambiando la
imagen pública del sector agropecuario y agroindustrial.
5- Distribuir equitativamente el aporte dispuesto para la
acción gremial en las entidades nacionales y hacer el
seguimiento de que dichos fondos cumplan con los objetivos
dispuestos por la ley.
Este sistema permitirá concretar propuestas por mayoría,
terminando con los descreídos, que creen que es imposible trabajar
unidos sin perder la propia identidad de cada una de las
entidades.
Llegó la hora de avanzar en propuestas concretas por mayorías y
tener estructuras humanas y técnicas en forma permanente para
hacer el seguimiento diarios y las correcciones necesarios por
medio de un gremialismo moderno, que le hace falta al sector
agropecuario y agroindustrial.
Pero fundamentalmente lo necesita el país, para poder dar un
salto de producción en base a las nuevas tecnologías y la
productividad, para consolidar un proyecto de crecimiento y
desarrollo a largo plazo y poder salir definitivamente de
subdesarrollo.
AN/MAF/
(*) Consultor.