El riesgoso juego de la ruleta rusa.

Javier Milei Captura

El oficialismo cree estar disfrutando de un boom de consumo, algo que se vuelve dudoso si se observan algunos indicadores; los libertarios se imaginan enfrente a Cristina y Macri al mismo tiempo, en un desafío del León contra la casta

Autor: LA NACION Carlos Pagni - 16/01/2025


Javier Milei no desiste de su apuesta principal: derrotar a la inflación. Ese objetivo ordena todos los instrumentos de su gestión económica. Y también organiza su estrategia política. La pretensión de que La Libertad Avanza dispute el poder sin desfigurarse con alianzas electorales se sostiene en la pretensión de alcanzar ese éxito. La última manifestación de esta lógica apareció en el frente cambiario. Es la decisión de reducir la tasa de devaluación del peso llevándola de un 2 a un 1% mensual. Esa medida se inscribe en la misma concepción monotemática: se propone llevar la inflación a un rango inferior al 2%. Como casi todo lo que se consume está “hecho de dólares”, el nuevo esquema representa un aumento de salarios. Nada que sorprenda demasiado. Todos los gobiernos aprecian el peso durante los años electorales. La jugada puede agravar algunos desequilibrios económicos. Pero demuestra que el equipo que está al frente del país es, al menos en este campo, muy consecuente y muy audaz. En un ciclo histórico en el que la política clásica está sumida en la perplejidad, el grupo liderado por Milei se muestra muy seguro de sí mismo. Como quien está dispuesto a jugar a la ruleta rusa.

Milei insiste en utilizar la política cambiaria como una herramienta para seguir bajando la inflación. Siempre que se recurrió a ese mecanismo terminó desatándose una crisis. ¿Se repetirá esa historia? No se puede asegurar. Para reducir la inflación en más o menos medio punto respecto de la que se hubiera verificado, el Gobierno agregó una apreciación adicional de la moneda que los expertos calculan en alrededor del 6% anual. El riesgo es reiterar una experiencia conocida. La balanza comercial comienza a ser cada vez más negativa, la oferta de dólares se reduce y la demanda aumenta, y termina formándose una tormenta en el sector externo. Es decir, una crisis en la cuenta corriente de la balanza de pagos. La experiencia más cercana ocurrió en 2018, durante la administración de Mauricio Macri. A propósito: es interesante que Milei esté abrazado, al trazo grueso de una receta muy similar a la de Macri: apreciación del peso y polarización con Cristina Kirchner.


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