BUENA COSECHA Y ESCASA PREVISIÓN.

Avanzan las cosechas de soja y maíz, con buenos resultados. La liquidación parece fluida, dada la inconveniencia de retener, a la luz de las comparaciones entre tasas de interés en pesos y pases a futuro. Se conocieron datos lamentables del superávit comercial del primer trimestre, consecuencia del desaliento de la cadena agroindustrial exportadora, para bajar los precios internos y ayudar a la mesa de los argentinos o al balance de YPF. Si hubiera cierta previsión, no se tropezaría en 2015, otra vez, con la misma piedra.

Autor: JORGE INGARAMO - 05/05/2014


Buena cosecha.
   Para la Bolsa de Cereales, se están cumpliendo los pronósticos de una excelente cosecha de soja y de otra buena de maíz. La de girasol, ya se encuentra concluida, con muy bajos rindes y en base a un área que fuera menguada, por la falta de humedad en la siembra del Norte del país. El rendimiento en girasol (de qq/ha 16,3) es 17% inferior al de las últimas tres campañas. Se producirán MT 2,3 y la comercialización está dividida en dos partes: a) En el Centro-Norte del país, donde el grano es escaso, se pagan más de U$S/tn 303, (ventas destinadas al mercado interno), mientras que, b) en el Sur, donde la industria tiene un perfil netamente exportador, se sufre la sobreoferta mundial -desde Ucrania y Rusia- y se pagan 40 dólares menos.
   Se lleva recolectado el 42,5% de la potencial producción de soja: MT 54,5, todo un record nacional, fundado en una ampliación del área y un excelente rinde que, hasta ahora, es de qq/ha 31,8. La soja de segunda o las siembras tardías, soportaron muy bien el largo período de calores y falta de agua.
   El 23,3% del área maicera ya ha sido trillado, con un rendimiento de qq/ha 73. También en este caso se esperan buenos rindes en los maíces tardíos. Así, la Bolsa postula una producción con destino comercial, de MT 24. Se sabe que hubo regiones de bajos rindes y con fuerte afectación por la prolongada seca, pero aún así el resultado, a nivel nacional, no puede considerarse malo.
   
   Los precios.
   En lo que va de abril, el disponible en trigo se ha mantenido estable y sube un poco (hasta algo más de 2 dólares) para la posición de septiembre. No es malo el precio, ya que la cosecha fue baja. Sería mucho mejor si el Gobierno autorizara un porcentaje mayor de exportaciones. Pero se muestra remiso, en aras de atender la oferta interna de harina para “que no falte el pan”.
   El maíz disponible ha estado aumentando, en lo que va de abril (de U$S /tn 169 a 180). Por supuesto que el pase a la posición de agosto es con descuento y éste está creciendo, a medida que se confirman los buenos rindes de las siembras tardías. El descuento pasó de U$S/tn 7, a principios de mes a 13,5, al cierre del pasado viernes. La presión alcista en el disponible, seguramente se relaciona con la ocupación de los encierros de los feed lots y la continuación de una buena demanda, para producir pollos, a raíz del mantenimiento de un buen consumo interno de dicha carne y el mantenimiento de las exportaciones de piezas y despojos comestibles de gallos y gallinas.
   Finalmente, recordemos que a mediados de enero, la soja disponible estaba en U$S/tn 360. Este mes de abril, comenzó a 313 y el viernes cerró a 307. La afluencia de la cosecha y la inconveniencia de guardar grano en los silos, determinan la baja en los valores. La posición, en el Término, a septiembre, fue declinando a lo largo de abril: de U$S/tn 320,6 a 317 (último cierre). Como se ve, el pase a cinco meses es positivo en apenas 10 dólares (con respecto al disponible). Esta prima del 3,3% para dicho lapso, no compensa para nada a los rendimientos financieros en pesos que otorga el mercado, a raíz de la política restrictiva del Banco Central.
   
   La escasa previsión.
   El INDEC publicó los datos de comercio exterior para el primer trimestre de 2014. Tal como observáramos en notas anteriores, la fuerte caída (hasta la práctica desaparición) del superávit comercial externo, está justificada por las consecuencias de las tres principales políticas instrumentales aplicadas por el Gobierno Nacional, para defender la mesa de los argentinos: atraso cambiario fuerte entre 2011 y 2013; elevadas Retenciones para muchos productos, a fin de bajar el precio interno y limitaciones en la autorización de ROEs, que impiden aprovechar la mejora del Tipo de Cambio a algunos sectores, como ser la carne vacuna, el trigo y, parcialmente, el maíz.
   Analicemos la relación causal entre 11 rubros, derivados del complejo agroindustrial, y las magras performances y la violenta caída (que no es nueva) del superávit comercial externo:
   - El Superávit comercial bajó de MU$S 1.499 a 121, es decir una caída de MU$S 1.378
   - Exportaciones totales: caída de MU$ 17.466 a 15.877. O sea una merma de 1.589 ( representa el 115,3 % de la caída del superávit).
   - Diez rubros del agro y la agroindustria, que van a la mesa o a la canasta básica (a
   veces indirectamente): bajan de MU$S 3.255 a 1.400. Caída de 1.855 o sea un 116,7 % de la caída de las exportaciones.
   - Considerando rubro por rubro, las disminuciones de exportaciones (siempre en MU$S) son:
   a) trigo de 560 a 277.
   b) sorgo de 163 a 7.
   c) cebada de 734 a 496.
   d) maíz de 1.231 a 263.
   e) aceite girasol de 193 a 59.
   f) pellets de girasol de 62 a 18.
   g) semilla de girasol de 28 a 25.
   h) carne bovina deshuesada refrigerada de 175 a 165.
   i) carne bovina deshuesada congelada de 79 a 68.
   j) preparaciones y conservas de carne bovina de 30 a 22.
   k) Si se agrega el biodiesel, que cayó de 267 a 217, o sea M 50, entonces la
   baja de los 11 rubros es de M 1.905, o sea el 120% de la caída de las
   exportaciones y el 138,2% de la caída del superávit. Incluimos el biodiesel, dado que la política es esencialmente la misma, reducir el precio interno, en el
   caso del combustible para favorecer a las petroleras (entre ellas YPF es beneficiaria y el “corte” más barato le mejora, a la empresa mixta, los resultados contables, a la hora de ir a requerir crédito a los mercados voluntarios de deuda).
   
   Queda claro que, cuando el Banco Central debió solicitarle a CIARA el ingreso de prefinanciaciones por MU$S 2.000, en febrero, para hacer frente a pagos de gas o a organismos internacionales, padeció indirectamente de la evaporación del genuino superávit que habitualmente el campo proveía en el primer trimestre del año, cuando la política oficial no defendía tan agresivamente la canasta de consumo, con instrumentos muy distorsivos.
   En el mes de mayo, comienza la siembra de trigo y, en general, se hacen los planes de producción anual, que fundamentan el alquiler de los campos, facilitado por el ingreso monetario de la cosecha “vieja”. A fines de julio, se inicia la siembra de girasol en el Norte argentino y ya para agosto y septiembre, las implantaciones de primera en soja y las siembras tempranas de maíz, una vez reducido el riesgo de las heladas.
   Por ello, si hubiera cierta previsión, (para no cometer el mismo error que en años anteriores), se podría disponer un cambio decisivo en las políticas de autorización de ROEs, y una rebaja gradual de las Retenciones (aplicables al momento de cosecha que, como se sabe, inicia a partir del 1º de diciembre de cada año).
   En otra nota, sostuvimos que podríamos tropezar por cuarta vez con la misma piedra, como ocurrió este año, por carecer de un superávit razonable de dólares comerciales. Se demoraría, por consiguiente, una virtual eliminación del cepo cambiario, en el caso de las importaciones, por el desaliento al sector agroindustrial exportador. El momento de adoptar las medidas es ahora. Las señales deben ser brindadas lo más rápido posible, aunque la aplicación efectiva de las medidas pueda demorarse hasta el ingreso de la cosecha 2014/15 y no afectar demasiado la mesa de los argentinos en lo que resta del año.