Un presidente como nunca se vio.

El republicano se metió sin pedir permiso en la política interna argentina; también salvó tres veces al gobierno de Milei, desde abril a esta parte, de amenazadoras crisis financieras
Autor: LA NACION Joaquín Morales Solá - 15/10/2025
Trump es Trump. Así como logró terminar con el inhumano tormento de los últimos 20 rehenes israelíes en manos del terrorismo de Hamas, se metió sin pedir permiso en la más íntima política interna argentina y, encima, lo conminó a Javier Milei a ganar las próximas elecciones legislativas de dentro de diez días si quiere tener los dólares en la mano. El presidente norteamericano se refirió claramente a esas elecciones inminentes, no a las de 2027, como intentó hacer trascender el mileísmo. “Si no gana, no seré generoso”, le advirtió Trump a Milei con una forma más parecida a la amenaza que a la exhortación. La ventaja del presidente norteamericano consiste en que es como parece que es. En efecto, sin el manifiesto protagonismo de él y de su influyente secretario del Tesoro, Scott Bessent, nadie sabe en qué mar de crisis nadaría ahora el presidente argentino.
Desde abril pasado, el gobierno de Milei debió ser rescatado tres veces, por la acción directa o indirecta de los Estados Unidos, de amenazadoras crisis financieras y cambiarias. En abril, el Fondo Monetario Internacional, donde el gobierno norteamericano tiene una decisiva influencia y el derecho de veto, firmó un nuevo acuerdo con el gobierno argentino por un crédito de 20.000 millones de dólares, que fue, hasta ahora, el acuerdo número 28 desde 1956, cuando el país ingresó al organismo multilateral. La mayor parte de ese dinero servirá para pagarle deudas al propio Fondo. Pero el gesto fue lo que importó.
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