La política y los mercados viajan al futuro.

En Washington advierten que no hay ayuda que sea eficaz si Milei no aporta un marco de estabilidad y consistencia política; más allá de las elecciones en ciernes, ya se registra dentro del gobierno una lucha despiadada por el control de las palancas del poder
Autor: LA NACION Carlos Pagni - 16/10/2025
Como quedó demostrado una vez más en las últimas semanas, los mercados se adelantan a los acontecimientos que pueden cambiar el rumbo de la vida pública. Los agentes económicos se apresuraron a comprar dólares, por si el Gobierno no consigue sostener el régimen de bandas cambiarias después del próximo domingo 26, cuando se celebren las elecciones nacionales.
Los dirigentes políticos también se adelantan. En el seno del oficialismo se profundiza una lucha despiadada por el control de las palancas del poder. La hipótesis en la que se sostiene esa aceleración es que a partir del 27 Javier Milei remodelará su equipo. Quien se lanzó con más ferocidad a defender o, llegado el caso, agigantar sus posiciones, fue el “Mago del Kremlin”, Santiago Caputo. Su víctima de estas horas es el canciller Gerardo Werthein, a quien se imputa la responsabilidad principal por la accidentadísima reunión con Donald Trump.
Sin embargo, la guerra tiene otra dimensión. Lo que está en juego es un nuevo balance de atribuciones e influencias si Milei constituye una coalición con centro en las negociaciones que viene llevando adelante el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, con Mauricio Macri y varios de sus aliados. Existe un indicio de que ese escenario podría convertirse en realidad. Karina Milei ha comentado ante íntimos: “Después del 27, Javier cambia”.
La ley de Murphy está haciendo sentir todo su rigor. “Si algo puede salir mal, saldrá mal”. La reunión soñada, es decir, el encuentro con Trump en la Casa Blanca, se convirtió en un nuevo factor de la larga turbulencia dentro de la que el Gobierno navega hacia las elecciones legislativas. El presidente de los Estados Unidos proporcionó a Milei la amarga medicina de su estilo desenfadado y arbitrario. “Ayudaremos a la Argentina si Milei gana las elecciones. Si las pierde, no seremos generosos”. Trump invirtió la secuencia deseable. Se suponía que el auxilio financiero norteamericano estaba dirigido a ganar las elecciones. No que había que ganar las elecciones para conseguir ese auxilio financiero. Esta segunda lectura inquietó de nuevo a los tenedores de pesos y de bonos. Era lo que menos se esperaba del encuentro con Trump.
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