Verano de 2015: ¿de nuevo, la misma piedra?
Hay gran preocupación por el lamentable superávit comercial del primer bimestre, que no deja margen para comprar reservas. El mal viene desde hace rato. Se presenta una prueba contundente sobre su causa: querer cobrar retenciones tan altas que eliminan el saldo exportable. Se está a tiempo para no cometer el mismo error y no volver a pasar calores innecesarios en el verano de 2015.
Autor: JORGE INGARAMO - 24/03/2014
La semana pasada se conoció el saldo de la balanza comercial externa, para el mes de febrero (todas las cifras serán en dólares). Fue lamentable. Apenas M 44 que se suman a los M 35 de enero. El total bimestral de M 79, es muy inferior a los M 801, de 2013 y ni hablar de los M 1514, de 2012. Quiere decir que de continuar esta tendencia el próximo año tendremos déficit, por lo menos hasta que aparezca la cosecha de soja, que suele hacerlo en la segunda semana de abril.
¿Por qué venimos a menos? La defensa de la “mesa de los argentinos” y el afán recaudatorio han perjudicado de manera definitiva al complejo agroindustrial. El Gobierno quiere recaudar, por lo que mantiene elevadas alícuotas de derechos de exportación y finalmente termina eliminando la base gravable del impuesto.
Lo peor es que no aprende de sus errores. Llama la atención que ahora que el Ministro de Economía atiende al INDEC, no registre las cifras que este organismo publica de comercio exterior. Si hiciera el ejercicio que hizo un humilde servidor, se daría cuenta que tiene que actuar rápidamente, estimulando las exportaciones agroindustriales, es decir, bajando retenciones, antes que se produzcan las siembras y las decisiones de producción de la campaña 2014/15.
Las pruebas de cómo “fuimos a menos”
Entre el primer bimestre de 2012 e igual período de 2013, el saldo comercial cayó de M 1514 a M 801, o sea M 713 de merma. En el desagregado de los rubros de mayor impacto en el comercio exterior (INDEC) se observa que nueve partidas justifican M 840 de caída. El rubro cereales y oleaginosas, es decir, trigo y su harina, maíz y al poroto de soja justifican M 412; la industria frigorífica (carne vacuna) M 26; la exportación de leche en polvo M 30 y la industria aceitera incluido el biodiesel M 372.
Se observa que son todos sectores desalentados por retenciones elevadas (la Mesa de los Argentinos) o desacertadas políticas, como las que se empezaron a aplicar para ruina de la industria del biodiesel (y beneficio de YPF). Los M 840 habrían rendido aproximadamente unos M 200 de recaudación de retenciones, fatalmente perdidas por el desaliento generado al productor y a la cadena de valor..
Si el ejercicio se efectúa con la variación entre 2013 y 2014, los resultados son prácticamente calcados, excepto en el mayor número de rubros involucrados, lo cual implica que vamos de mal en peor. Por eso, el Banco Central tiene que llamar a la industria aceitera (CIARA), como lo hizo en enero, para obligarla a traer pre-financiaciones de exportaciones por M 2000, lo que efectivamente ocurrió el mes pasado.
El superávit cayó de M 801 a M 79, es decir, M 722; mientras que once rubros cayeron M 1355 ( feo…feo…), es decir, está más que justificada la licuación del superávit por el furibundo desaliento a sectores muy competitivos: a) los frigoríficos exportaron M 12 menos; b) cereales y oleaginosas (ahora la ligó también la cebada) cayeron M 1028 y c) el sector aceitero, esta vez incluyendo la proteína de girasol y el biodiesel, mermó en M 315. Obviamente que menores exportaciones se asocian a menguadas retenciones por M 261. Quiere decir que esta vez, si bien zafó la exportación de leche entera en polvo, los sectores damnificados son casi los mismos que ya habían ido a menos en 2013.
Conclusión
¿Qué haría usted si ya tropezó dos veces con la misma piedra? En primer lugar, sentirse humano, ya que dicen que los animales no cometen ese error. Se está a tiempo de evitar el tercer tropezón y pasar un verano de 2015 menos caliente que el “very hot” que supimos conseguir en 2014.
Se puede incentivar la recría y el agregado de kilos a nuestra producción de terneros/as, permitir la exportación sin derechos tanto de lácteos como de carne vacuna, reducir o eliminar los derechos de exportación de trigo, maíz y girasol y dejar una razonable protección para el agregado de valor local industrial, que debe defenderse de alguna manera de la “furia” china, que se quiere llevar la materia prima para procesarla en destino y, no conforme con eso, compra empresas, para asegurar la provisión “en origen” junto con el valor agregado del desarrollo tecnológico local, muy competitivo, como es el caso del obtenido por una empresa cuya mayoría accionaria acaba de ser transferida a entes estatales del país del Dragón.
No es difícil resolver el problema y defender a la toma local de decisiones de agricultores e industriales. Pero cuando uno no se da cuenta, tropieza más de una vez con la misma piedra. Para poner dos ejemplos: bajando en serio retenciones al trigo y al girasol (hacerlo YA, puesto que se siembran entre mayo y agosto, para el caso del norte del país), se pueden lograr expo incrementales por M 2400, de las cuales 1600 se liquidarían cuando al BCRA le escasean las divisas, y así volver a la situación de 2012, que no es poco decir.
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