Sin cambios de política con el nuevo gabinete

Expresé al cierre de la campaña electoral que la situación del sector y del interior era mucho más grave que la planteada por la resolución 125, en 2008, cuando reaccionaron (en el campo) en conjunto.

Autor: ARTURO NAVARRO - 30/11/2013


Economia y Negocios/Nota
    Agro-Suplemento-Enfoque
    Sin cambios de política con el nuevo gabinete
    Buenos Aires, 30 noviembre (Especial para NA, por Arturo
   Navarro*) -- Expresé al cierre de la campaña electoral que la
   situación del sector y del interior era mucho más grave que la
   planteada por la resolución 125, en 2008, cuando reaccionaron (en
   el campo) en conjunto.
    A pesar de esa situación, ni desde el oficialismo, ni desde los
   partidos de la oposición se escucha ninguna propuesta de política
   macro y sectorial que permita empezar a corregir las graves
   distorsiones económicas que está soportando el sector
   agropecuario, especialmente las economías regionales.
    La idea es que se materialice lo antes posible una política
   para poder salir de la actual distorsión de precios relativos y
   volver a producir competitivamente, con el fin de aumentar las
   exportaciones que generen más dólares genuinos a las ecuánimes
   arcas del Banco Central.
    Tanto el nuevo jefe de Gabinete de Ministros, Jorge Capitanich,
   como el ministro de Agricultura de la Nación, ingeniero Carlos
   Casamiquela, me consta que conocen muy bien el sector y saben
   perfectamente qué hay que hacer para permitirle al sector poder
   expresar todo su potencial de producción.
    No lo digo por lo que hicieron en el último tiempo. Lo afirmo
   por sus amplios conocimientos del sector y el trabajo en cadenas
   productivas que se han desarrollado en el interior en forma
   incipiente, que serán las bases fundamentales de los clúster
   regionales para poder terminar con las erráticas políticas de
   concentración que explosionan cada diez años.
    El diagnóstico de la capacidad de producción que tendría el
   sector agropecuario y agroindustrial ya está suficientemente
   definido.
    Surgió en las conclusiones del Plan Estratégico
   Agroalimentario (PEA), como antes lo había realizado la Fundación
   Producir Conservando, entidad que sí definió que aumentando la
   superficie de siembra en 10% y usando las políticas que aplican
   los productores de punta, la producción del país podría superar
   las 150 millones de toneladas en pocos años, siempre que se lo
   acompañe con inversiones en infraestructura en general que se
   necesitan, para poder producir y exportar en forma competitiva al
   mundo.
    Por lo tanto ¿Qué es lo que necesitamos definir para superar
   las 100 millones de toneladas y llegar en algunos años a las 150?
   Lo que necesitamos es que se pongan de acuerdo en forma definitiva
   todos los sectores privados y los políticos, que es la única
   política que nos va a permitir llegar a dichas metas.
    Es trabajando y produciendo con una economía abierta al mundo,
   con políticas cambiaras uniformes y competitivas, sin ningún
   impuesto distorsivo del federalismo y el funcionamiento pleno de
   una libre competencia de todos los actores.
    En el mundo, el objetivo de producir y aumentar la producción
   de alimentos en cantidad y calidad no tiene ideología.
    Está demostrado que cuanto mayores sean las exportaciones de
   cualquier alimento mejor vamos a atender el consumo interno con
   cantidad y calidad.
    Por lo tanto mi propuesta para la actual coyuntura sería poder
   avanzar por lo menos en el aumento de la productividad en el
   ciclo 2013-2014 por un mayor uso de insumos sensibles.
    Para darle una señal a los otros sectores productivos, habría
   que eliminar los impuestos por exportar -mal llamado derechos de
   exportación– a todas las producciones del país, salvo a la de
   soja, en la que se debería avanzar en una reducción escalonada en
   los próximos ciclos.
    Dicha propuesta representaría solamente una reducción de
   ingreso por impuestos por exportar de 1700 millones de dólares
   incluyendo 200 millones de dólares por aplicación de los
   reintegros a las producción exportadas con valor agregado.
    El sacrificio fiscal que representaría este incentivo
   del Estado se debería compensar con mayor endeudamiento
   internacional, como una forma de poder revertir en forma urgente
   la situación de quebrantos de todas las economías regionales como
   de las otras producciones, con la única exclusión de la producción
   de soja.
    Sería una mejora muy importante para muchos productores y
   producciones y un mensaje muy concreto del nuevo gabinete de que
   empezó a cambiar política para el sector.
    El interior no tiene más capacidad de pago y está trabajando
   con márgenes negativos, como lo saben muy bien los nuevos
   funcionarios.
    AN/MAF/JC/AMR
    (*)Consultor. Ex presidente de CRA y CARBAP.
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   NA 2013-11-30 15:13:28