Existencia de trigo y la necesidad de una buena siembra

Como consecuencia de los resultados de la última cosecha de trigo hay una gran preocupación en todos los miembros de la cadena y en el gobierno nacional Publicado el 09/06/2013 en Agricultura .

Autor: ARTURO NAVARRO - 08/06/2013



   Buenos Aires, 8 junio (Especial para NA, por Arturo Navarro*)--
   Como consecuencia de los resultados de la última cosecha de trigo
   hay una gran preocupación en todos los miembros de la cadena y
   en el gobierno nacional, sobre si la existencia de trigo actual
   alcanza para abastecer el consumo interno en cantidad y calidad
   hasta fin de año.
   La brecha de 100% entre el valor del trigo disponible con el
   mercado de enero de la nueva cosecha no es una data a subestimar.
   En buena hora los productores que pudieron guardar y que
   aprovechen esa diferencia después de tantos años de pérdidas.
   Al mismo tiempo es un buen motivo para hacer una limpieza total
   de las instalaciones por medio de la venta aprovechado estos
   precios, para aguardar que llegue la nueva cosecha.
   En esta oportunidad no voy a volver a repetir los motivos por
   los cuales el país se encuentra en esta situación inédita en más
   de 100 años.
   Solamente quiero dejar expresado que por políticas totalmente
   esquivadas, impuestas por el gobiernos desde el 2006 y factores
   climáticos adversos –principalmente las lluvias en momento de
   cosecha- nos encontramos con existencia de trigo supuestamente muy
   acotadas y con calidad no panadera en muchas partidas, que en
   años normales, su único destino es exclusivo para uso
   forrajero.
   A pesar de que el país ha dejado de tener información confiable
   como una función indelegable del Estado, la supuesta información
   que surge de datos oficiales y del sector, me permite afirmar que
   la existencia de trigo en cantidad alcanzaría para empalmar con la
   próxima cosecha, sin que esta definición incluya poder asegurar
   que la calidad de la materia prima de todo el trigo existente
   tiene condiciones panaderas.
   Mi afirmación está respaldada por los datos de la producción
   total más stock inicial que sería de 10 millones de toneladas, con
   un stock original a la exportación de 5.100.000 toneladas y en
   manos del productor y canales de comercialización de 4.900.000
   toneladas para el consumo interno.
   Cuando se tuvieron los datos definitivos de la cosecha,
   Guillermo Moreno quitó 2.000.000 de toneladas de las 5.100.000
   toneladas acordado a los exportadores, quedando para el
   consumo interno 2.100.000 toneladas de los 5.100.000 toneladas
   originales, que los exportadores fueron vendiendo al mercado
   interno en los primeros meses del año hasta la fecha.
   Concretamente a fin de mayo fueron al mercado interno 1.100.000
   de las existencias de los productores y 1.800.000 de la
   exportación.
   Restando las 1.100.000 toneladas de las 4.900.000 de la
   existencia de los productores, hoy les quedan 3.800.000 y de la
   misma forma del stock de las 2.100.000 toneladas de la
   exportación, les restamos las 1.8 millones que fueron al consumo
   hasta fin de mayo, quedarían en mano de los exportadores un saldo
   remanente de 300.000 toneladas.
   Por lo tanto el saldo neto para el consumo son 3.8 millones de
   toneladas en manos de los productores y canales de
   comercialización, más 300.000 de los exportadores que hacen un
   total de 4.1 millones de toneladas disponibles al 30 de mayo
   pasado, que permitiría mantener una molienda de 420.000 toneladas
   por mes, permitiendo cubrir el abastecimiento de más de 9 meses.
   Hay que asumir que el trigo para fabricar el pan común
   representa solamente 2.5 millones de toneladas anuales y la
   semilla para una siembra de 4 millones de hectáreas sería
   aproximadamente de 500.000 toneladas, cifras totales que
   demuestran que es manejable la existencia de trigo para llegar a
   la nueva cosecha en diciembre.
   Lo que sí hay que tener muy en cuenta que nadie puede asegurar
   las condiciones calidad del trigo para la industria panadera como
   las calidades de las semillas para la próxima siembra que, por
   estos motivos, serán escasas y más caras, posiblemente porque
   estén más alejada de los lugares donde se la necesite.
   El gobierno ya jugó su carta para incentivar la próxima siembra
   con el anuncio del fidecomiso para depositar las retenciones y
   devolverle una parte del 23% de las mismas.
   Según los valores del rinde de indiferencia en campo propio y
   si se pretende aumentar el área y la producción de trigo para no
   repetir la actual situación de posible faltante de trigo, dicha
   decisión del gobierno no alcanza aunque se cumpliera con la
   devolución de las retenciones en forma parcial.
   Por lo tanto es necesario anunciar la eliminación de los
   derechos de exportación y terminar con todas las intervenciones en
   los mercados por medio de los ROE, como el mensaje más concreto y
   más rápido para acompañar las actuales decisiones de los
   productores que están a la espera de un mensaje de cambio en las
   políticas para aumentar y mejorar la calidad de la siembra.
   Hay que tener muy en cuenta que si no se exporta trigo no hay
   ingreso por derechos de exportación.
   En el actual panorama de competividad del trigo, sólo se podrá
   hacerlo en las zonas netamente trigueras de altos rinde en campo
   propio, impidiendo por las actuales políticas poder incorporarlo
   en otras zonas como un cultivo estratégico para la rotación de los
   suelos y el cuidado del medio ambiente.
   
   (*) Consultor. Ex presidente de CRA y CARBAP.
   
   NA