¿Porque El Productor Debe Aportar Gremialmente.?

El reciente premio que me honró CARBAP -Los Pilares CARBAP- , en el acto de la celebración de los 85* años de la fundación de la entidad, por haber defendido en mi larga gestión gremial y de comunicación los principios de la entidad, me dio fuerza para insistir y ampliar la propuesta que venía haciendo, sobre la necesidad del aporte gremial del productor para la defensa de los intereses agroindustriales. http://www.arturonavarro.com.ar/vertext.php?id=4181

Autor: Por Arturo Navarro en Años de Campo - 15/02/2022


El tema de la comunicación volvió a surgir fuerte en el ámbito de la 131* Exposición de Palermo, como en el 25* Congreso de AAPRESID realizado en Rosario, generalizando en las redes sociales el debate sobre la necesidad del aporte gremial como uno de los temas fundamentales, para poder cambiar la acción gremial que viene realizando el sector agropecuario. Por lo tanto quiero aprovechar la oportunidad para reiterar mi propuesta sobre la necesidad de un gremialismo empresario agroindustrial profesionalizado, para poder estar a la altura de las futuras demandas del país y del mundo actual.

La idea no es un cambio de la comunicación solamente. Necesitamos unirnos primero en una entidad supranacional para poder tener una sola voz en las discusiones políticas con los otros sectores, y de esa forma generar las propuestas por mayoría de las políticas de estado que necesitamos. Es necesario tener un Centro de Estudios Económicos Agroindustrial propio para generar dichas propuestas, que interprete los intereses de todos los productores, regiones y sus producciones, para ser promovidas y consensuadas en los poderes legislativos. Cuando estén delineadas esas propuestas, recién vamos a necesitar campañas de comunicación para acompañarlas, para difundirlas en la opinión pública, y de esa forma poder apoyar el trabajo de lobby de los dirigentes en el Congreso. Para dicha estrategia se necesitan tres cosas: Plata, plata y mas plata para concretarlas.

Para información del Presidente de la Nación el sector agropecuario invertirá nuevamente 10.000 millones de dólares a cielo abierto para sembrar 33 millones de hectáreas en el ciclo 2017-2018 para la producción de los cultivos solamente. Con este nivel de inversión anual y su importancia para todo el interior del país para la actividad que genera, no debemos seguir trabajando como lo viene haciendo dividido en diferentes entidades cada una con sus propuestas que nunca se llegan a concretar por falta de consenso por mayoría y poder político.

Todos los gobiernos dividieron al agro para imponer sus políticas y el sector terminó jugando en segunda. Por lo tanto tenemos que aprovechar la oportunidad que nos propone la actual gestión, para recuperar el poder político acorde al poder económico y social que tiene la Agroindustria en la economía nacional, para sentarnos en la mesa de las grandes decisiones del país con los otros sectores de la economía.

Hemos pasado demasiado tiempo analizando el pasado, elaborando propuestas coyunturales y realizando conjeturas. Hoy hay que explicitar urgente las nuevas propuestas agropecuarias y de agroindustria para el mediano y largo plazo. Debemos aprovechar las condiciones internacionales -mayor demanda de cantidad y de calidad de alimentos- y aumentar las exportaciones para abastecer mejor el consumo interno. No puede ser que sigamos mostrando nuestras desavenencias públicamente, al actuar en forma individual cada una de las entidades porque nos debilita como sector.

Han pasado nueve años del conflicto que originó la 125. En este tiempo, el sector agropecuario no ha sabido concretar ninguna propuesta para aprovechar todo el potencial del complejo agroindustrial. La única propuesta que tienen para mostrar las entidades en conjunto fue la lucha para eliminar la fiebre aftosa a partir de 1990 en la cual fui partícipe principal, gestión muy difícil al principio pero no imposible según los resultados. Sin un amplio acuerdo del sector, la seducción a los partidos políticos como siempre, fue nuevamente remota en esta nueva campaña electoral.

Se llega a esta situación, por la falta de responsabilidad de los mismos productores que no apoyan voluntariamente con recursos a las entidades y los dirigentes que no han sabido o no han querido cambiar ante el nuevo escenario productivo y de gestión, profesionalizando las gestiones gremiales y la forma de recaudar recursos, situación que es una constante por lo menos desde mi presidencia en CRA que finalizó en 1993.

La alternativa ahora es apoyar los cambios que necesita el país con la nueva gestión, mostrando que el sector está unido y que tiene propuestas por mayoría como es la que propongo, entre las otras que realice que son de público conocimiento, para concretar un sistema de recaudación gremial definitivo que nos permita trabajar profesionalmente para proponer y defender las políticas de estado que necesitamos en todos los ámbitos que se discuta - sean generales y sectoriales - cambiando la imagen que tiene el sector en la opinión pública. La industria más grande y competitiva del país no puede no estar representado en las mesas de las negociaciones de las políticas generales del país.

Asumir la acción política requiere madurez, pero es también la única forma de lograr cambios reales que el sector necesita. Si la unanimidad de las cuatro entidades es imposible de lograr, las políticas de estado quedan en conceptos fuertes que embellecen discursos, pero que tienen poco que ver con la vida diaria de los productores.

Coincidir en una propuesta común en una entidad del sector no supone la pérdida de identidad de las distintas entidades. Aceptar las diferencias por mayoría nos permitiría un trabajo de largo plazo, como viene realizando Brasil desde 1964 cuando planificó el rol de la producción agropecuaria y agroindustria en el país y creó por ley la Confederación Nacional de Entidades Agropecuarias (CNA) para trabajar en una acción institucionalizada pública-privada permanente en la defensa de las propuestas, sanción de las mismas y control de la gestión de las políticas públicas. Hoy en día, sus dirigentes tienen un gran protagonismo en el trabajo parlamentario y en la concreción y seguimiento de las políticas públicas, a nivel nacional e internacional, mostrando a los productores mucho más unidos que al principio del sistema, ante resultados concretos después de 53 años.

Con estos argumentos y otros que se podrían agregar, como dirigentes del sector tienen la obligación y responsabilidad de proponer algo similar a lo de Brasil para concretar las propuestas que necesita el sector y ayudar al país, a aumentar la producción y exportación transformadas con mano de obra argentina por el Complejo Agroindustrial en todo los rincones del territorio del país.

Una entidad similar a la CNA de Brasil tiene que estar integrada por todas las entidades nacionales formada por productores (las cuatro gremiales y AACREA y AAPRESID) en un Centro de Estudios Estratégicos que recibirá los aportes de todos los productores por un sistema de recaudación obligatoria por ley. No estoy hablando del 2°%, estoy pensando como mínimo un 1%. Es fundamental la inclusión de las seis entidades, porque no se puede pretender recaudar fondos a todos los productores si muchos de ellos no son parte con sus entidades en la nueva gestión estratégica..

Necesitamos contar con un gran Centro de Estudio Agroindustrial propio con capacidad de Planificar las Estrategias Futuras, dirigidos por un Consejo Directivo representativo de todas las entidades y regiones del país. Necesitamos que ese centro de estudio esté acompañado por una Fundación independiente, que cumpliria los roles estratégicos que tiene la misma en la relación con otros protagonistas directos o indirectos del país y del exterior. Dicho Consejo Directivo seria la autoridad máxima, responsable de distribuir los fondos según sean los objetivos y los porcentajes fijados previamente por el estatuto de formación. Entre los cinco objetivos principales puedo mencionar los siguientes:

1- Proponer, elaborar, concretar y hacer su seguimiento de todas las políticas de estado que tienen directa influencia para la producción, transformación, consumo y exportación del sector agropecuario y agroindustrial.

2- Ejecutar en forma permanente todo el trabajo de lobby profesionalizado interno y externo a nivel público y privado para mejorar la competitividad del agro y de la agroindustria, para llegar a todos los mercados y supermercados del mundo.

3- Proponer y trabajar en todas las modificaciones necesarias para mejorar la educación, la investigación y formación laboral inclusive en el diseño de carreras cortas y de oficios. El sector debe promover recursos y/o becas para promover determinados oficios o carreras en estudiantes que necesiten ayuda. Necesitamos que en la currícula educativa del país se incluya la existencia del agro y la agroindustria y cómo trabaja y produce. Nuestro objetivo no debe ser solamente la educación rural. Debemos ocuparnos de la educación general del país, si queremos igualar a nuestros compatriotas para achicar la actual pobreza crónica.

4- Diagramar y ejecutar en forma permanente la comunicación y marketing que sea necesario en el agro para ir cambiando la imagen pública del sector agropecuario y agroindustrial. Tenemos que tener una estrategia de comunicación permanente en positivo para demostrar que producimos en base a las Buenas Prácticas Agrícolas.

5- Distribuir equitativamente los aportes dispuestos por ley para la acción gremial de las entidades de base para sus trabajos específicos y necesarios de apoyo a cada uno de sus asociados.

La institucionalización de las Entidades en una entidad similar a CNA, con estos objetivos específicos a cumplir, es el reaseguro para darle estabilidad permanente a las Políticas de Estado como ocurre en Brasil

La institucionalidad va a permitir también, la recaudación gremial por ley a los productores para financiar dichas gestiones y de esa forma asegurar que las políticas trasciendan la gestión de los actuales dirigentes y gobiernos.

De esa forma permitirá concretar propuestas por mayoría, terminando con los descreídos, que creen que es imposible trabajar unidos sin perder la propia identidad de las entidades de base. La entidad supranacional al ser la única voz por mayoría de los productores nos permitirá tener mayor fuerza en los debates de las grandes políticas de estado que necesitamos y de esa forma recuperar el poder político que tiene que tener la agroindustria en el país. -----------------