MINISTRO DUJONVE: LE TRAJE LAS HERRAMIENTAS.

El Ministro Dujovne sostuvo: "Tenemos muy pocas herramientas para derrotar a la inflación". En una primera reflexión, sería lógico pensar que el Presidente Macri le retire el apoyo y busque otro ministro que las tenga. Difícilmente ello ocurra, porque el gobierno de Cambiemos quiso hacer, en los dos últimos años, más cosas que las posibles y todas, con cargo al gasto público.

Autor: Lic. Jorge Ingaramo. - 23/02/2018


Dicho de otra manera: no se puede aumentar el gasto social, mantener los planes, hacer la reparación histórica de los jubilados e incrementar sustantivamente la inversión pública, -para ganar las elecciones-, empleando únicamente el endeudamiento como instrumento financiero y sin cambiar la estructura de costos (visiblemente antieconómica), que tiene la economía argentina.

Las políticas keynesianas son financiables sólo por un tiempo, por la vía del mayor endeudamiento, si es que uno arranca de una situación inicial de alta tributación, alto gasto y alto déficit, fiscales.

Ahora que subió la tasa larga en los Estados Unidos, el placebo del endeudamiento deja de surtir efecto y tenemos casi todo pendiente: faltan ajustes de tarifas públicas, eliminación de subsidios e impuestos distorsivos, reforma del Estado "político", atracción de inversiones privadas, etc..

El Presidente Macri no quiere Superministros pero, por lo visto, disfruta de los Super-programas, que funcionan políticamente a corto plazo, pero sin corregir el problema principal que tiene la economía argentina hoy: la inflación.

Les proveemos al Presidente y su Ministro, las siguientes herramientas:

Temas fiscales.
Los ricos casi no pagan impuestos a la riqueza en La Argentina. La recaudación por Impuesto a los Bienes Personales se redujo sustantivamente, junto con la caída de la alícuota del 1,25 al 0,5% de la riqueza gravable. Se captó, en 2017, apenas M$ 22.165 por este impuesto lo cual, dada la alícuota del 0,5%, supone una tributación anual de U$S 900 por cada una del 10% de las familias argentinas más ricas, cuyo patrimonio teórico, dada la recaudación, sería de aproximadamente U$S 180.000. Proponemos un impuesto especial (por única vez) a los bienes personales, que mal no le va a venir políticamente al gobierno, que eleve la alícuota al 1,25% original y corrija los mínimos no imponibles, a los fines de obtener entre M$ 35.000 a 40.000 adicionales de recaudación, entre junio y diciembre de 2018. La base gravable se le cedió, de alguna manera, a las provincias. Por supuesto, no todas tienen deseos de cobrar el inmobiliario y el impuesto automotor a los más ricos, porque los más ricos son los que legislan (provincias semi-feudales).

Actuar sobre el gasto operativo o primario del Estado Nacional, que contempla las siguientes medidas:

b1) Mantener los subsidios presupuestados para energía, pero reducir en M$ 45.000 los subsidios al transporte, actualizando drásticamente las tarifas, para cuando los habitantes de GBA cobren el medio aguinaldo. Es decir, Vidal y Rodríguez Larreta tendrían que definir a quién quieren subsidiar (boletos estudiantiles, obrero, etc.) y afrontarlo con sus presupuestos.

b2) Provocar un ahorro en los salarios públicos reduciendo drásticamente el gasto político, que hasta ahora se anunció y nunca se ejecutó. Ello permitiría un ahorro presupuestario superior a los M$ 15.000.

b3) Mantener las transferencias a las provincias en el nivel presupuestado, pero condicionarlas a la reducción de los costos impositivos por Ingresos Brutos y Sellos, con lo cual se obtendría un ahorro de unos M$ 6.000 con respecto a lo presupuestado.

b4) Reducir drásticamente los gastos de capital, produciendo un ahorro de M$ 55.000 en relación a lo presupuestado. La economía ya está reactivada y, por consiguiente, las inversiones (parte) pueden ser encaradas por el sector privado. El presupuesto de vivienda, financiado a nivel nacional, puede caer de manera significativa porque el impulso de la inversión pública ya ha elevado suficientemente los costos (menos compras públicas, bajarán los costos reales).

b5) En lo que hace a las prestaciones sociales, se podría conseguir un ahorro de unos M$ 40.000 con respecto a lo presupuestado en Setiembre-2017, no sólo por el cambio en la fórmula de ajuste de los jubilados sino también por el inicio criterioso de la eliminación de los "planes", si es que la economía va a seguir reactivándose.

b6) Con respecto al gasto corriente, éste tiene que funcionar como verdadera variable de ajuste y se deben posponer los libramientos según el avance de la recaudación tributaria que capte la Administración Central. Los gastos de funcionamiento corriente, no salarial, han sido presupuestados en M$ 259.000. El Ministro de Hacienda debería regular su devengamiento, según la evolución de la recaudación tributaria y después de efectuar los pagos de salarios, subsidios, prestaciones sociales y gastos de capital que ya han sido recortados, según rezan los puntos anteriores (aplicar teletrabajo).

En síntesis:
La cuenta de Intereses no es relevante en términos de tasa de inflación esperada. Por consiguiente, importa mucho más la emisión de deuda nueva para cubrir el gasto operativo, ya que el modo en que se financie esta deuda (emisión monetaria o pasivos del Banco Central y/o deuda del Tesoro) condiciona la tasa de inflación que el Ministro no sabe atacar.

Con los instrumentos que le dimos, el resultado operativo o primario esperado (negativo) de M$ 395.612, podría bajar a unos M$ 180.000, perfectamente financiables con las transferencias de utilidades del Banco Central y los Adelantos Transitorios que, como se explicará más abajo, serán pagados con Reservas Propias y no con emisión de pesos.

Plan de Estabilización de la moneda Peso.
Si hay ajuste fiscal, operativo, se emitirá menos deuda nueva y el Banco Central podrá reducir prácticamente a cero la tasa de emisión de pesos, con lo cual desmontará gradualmente la bomba de las LEBACs, si es que sigue las siguientes medidas:

El BCRA transferirá al Tesoro, por Adelantos Transitorios y Rentas de la Propiedad, el valor comprometido para este año, pero lo hará empleando Reservas en dólares. El compromiso de Adelantos es de mM$ 140, de los cuales 23,3 ya fueron otorgados. Las Rentas de la Propiedad o Utilidades del Central, que figuran en el Presupuesto son por mM$ 60. En total alcanzan a mM$ 176,8. Por consiguiente, no habrá emisión de pesos en lo sucesivo, para el Estado Nacional y se consumirán Reservas que el mismo Tesoro le ha vendido al Central para financiar su déficit.

La Inversión Pública del año 2018, así como el Gasto Corriente (no salarial), los podrá pagar el Tesoro en dólares, al Tipo de Cambio Fijo-Ajustable inicialmente de $/U$S 20. Ambos rubros suman en el Presupuesto mM$ 382, por consiguiente las Transferencias en dólares del Central podrían cubrir hasta un 46% de estos gastos. Es decir que la mitad de las erogaciones por estos dos conceptos, se podrían efectuar en dólares, empleando Reservas transferidas. Las empresas proveedoras del Estado en ambos rubros, podrán tributar a la AFIP, en dólares, Retenciones, Pagos a Cuenta y Saldos de Impuestos.

Se autorizarán o se perfeccionará la legislación para que se permitan contratos, transacciones, pago de remuneraciones, etc., en moneda extranjera, en este caso dólares.

Se autorizará la indexación mensual o trimestral (dependiendo del ritmo de transferencias -en U$S- del Banco Central al Tesoro) a todos los contratos públicos y privados de la economía. Los contratantes podrán elegir la moneda y los índices de ajuste.

El Banco Central dejará de emplear las políticas de Tipo de Cambio Flotante y fijación de Tasas de Referencia para el crédito en pesos y pasará a ejecutar tres políticas: a) la determinación de los porcentajes de encaje de depósitos en dólares y en pesos; b) fijación y regla para el ajuste trimestral del Tipo de Cambio que originalmente será de $/U$S 20 y c) regulación monetaria de pesos, a través de mecanismos de rescate de la deuda en LEBACs (estos mecanismos serán principalmente dos: *licitaciones de canje de LEBACs por Reservas en dólares o sea cancelación de LEBACs con Reservas y *regulación de la tasa en pesos para los vencimientos remanentes de LEBACs).

Como se ve, la moneda Peso seguirá circulando para las transacciones normales de la economía. Si el Banco Central controla el Tipo de Cambio Fijo-Ajustable ( o flotación con banda, que impida su atraso real), inicialmente de $/U$S 20, tendrá la posibilidad de regular la cantidad de pesos (Base Monetaria), empleando, sin regla fija al comienzo, las políticas mencionadas más arriba, con lo cual cumplirá efectivamente su objetivo de proteger la moneda nacional de los embates inflacionarios. Será tanto más exitoso, si logra que la mayoría de los contratos en pesos se indexen.

Por su parte, la mecánica actual de financiamiento del déficit público será reemplazada por la siguiente:

a) el déficit financiero se podrá cancelar con la emisión de Títulos, que seguramente pagarán una tasa más baja, a medida que el Plan se consolide y se reduzca el stock de Lebacs;

b) para el déficit operativo, se contempla
-- la disminución en términos nominales en pesos,
- el empleo de los M$ 176.800 transferidos por el Banco Central en moneda Dólar y
- un remanente de endeudamiento, que podrá ser regulado por el Ministerio de Finanzas, de manera coordinada con el Banco Central, para estimular la demanda de pesos a una tasa que se supone, será competitiva con las que ofrezca el Banco Central por el stock de LEBACs, de renovación periódica. De esta manera, irán bajando las tasas en pesos a medida que baje, a mayor ritmo, la inflación, es decir a medida que se suprima el empleo del impuesto inflacionario a la moneda Peso.

Naturalmente, las adecuaciones legislativas para la aplicación del plan no deben dejar dudas sobre la aceptación de las dos monedas, la indexación de contratos y la puesta en marcha SIMULTÁNEA de todo el modelo.

NOTA BENE: el Gobierno Nacional no se puede creer la fábula: se puede reducir la inflación a niveles normales sin que a nadie le duela. Este Plan, que consta de distintos instrumentos que satisfacen más de un objetivo, plantea el único realismo posible (o tal vez uno de los pocos) que se puede aplicar en un año no electoral, en La Argentina. Por supuesto, hace falta un equipo económico que comprometa su permanencia al logro de los resultados de este plan, que es mucho más arriesgado socialmente, pero terminará desactivando las bombas restantes.

Cambiemos, en el gobierno, hasta ahora, fue muy bueno para ganar elecciones. Su triunfo de Octubre solamente podrá reproducirse en 2019, si no desaprovecha la oportunidad de un año no electoral. La mini-bombas (stock de LEBACs, suba de la tasa larga en el mundo, aceleración del cuasi-fiscal, que se suma a la cuenta de Intereses del Tesoro, etc.) ya están activadas.