Desconcierto frente a un Presidente indescifrable.

El presidente Javier Milei en el vuelo de regreso tras su gira por Israel, Italia y el Vaticano Télam

Gobernadores y legisladores no saben cómo actuar frente a la capacidad de Milei para centralizar la agenda; los déficits de la gestión y la coincidencia entre Cristina y el Papa. Desconcierto. La política está desorientada porque no sabe cómo interpretar e interactuar con ese objeto político no identificado que se ha ubicado en el centro de la escena y parece manejar con fluidez los mecanismos de conexión con un sector amplio de la sociedad.

Autor: Jorge Liotti LA NACION - 18/02/2024


Javier Milei se ha transformado en el activador de la agenda y desde allí condiciona a gobernadores, legisladores, artistas, periodistas. Usa una retórica agresiva basada en el principio maniqueo de “casta” versus “argentinos de bien”. Y son pocos los que se animan a enfrentarlo o a desafiarlo porque temen la represalia de las redes. Está claro que el Presidente gana por amplio margen la batalla discursiva. Está hiperactivo en las plataformas, es ágil para responder y construye sentido con su mensaje lineal que apunta al fracaso de la dirigencia tradicional. Así lo refleja el más reciente trabajo de la consultora Fixer, según el cual pese al fracaso en el Congreso y la alta inflación, la imagen negativa del Presidente apenas subió un punto entre enero y febrero, de 50 a 51%, y la positiva se redujo de 46 a 45%. Está claro que el líder libertario solidificó una empatía con un sector de la opinión pública que por ahora le sirve de amortiguador.

Distinto es el plano de la gestión de gobierno, donde la administración libertaria suma una secuencia de deficiencias que exhibe sus limitaciones. La caída de la ley ómnibus marcó el fin de una primera etapa de shock refundacional, esa idea de barrer en dos meses con todo el andamiaje normativo y regulatorio del país, desde la economía hasta la educación. Esa fase maximalista concluyó sin éxito porque Milei no logró imponerle al Congreso su lógica de la excepcionalidad, según la cual la gravedad de la crisis ameritaba un trámite extraordinario de la ley.

La reacción frente a ese fracaso fue dual (sin comprometer la institucionalidad, como temían algunos). Por un lado, en el plano político, se reactivó la idea de una confluencia con el Pro. Mauricio Macri y Milei conversaron por última vez hace diez días y quedaron en juntarse al regreso del expresidente de Cumelén, algo que ocurriría mañana. Ambos están convencidos en lograr algún tipo de convergencia dada la afinidad ideológica, pero no tienen resuelta la instrumentación. Durante el verano Macri habló con todos los actores de su espacio para comprometerlos en el acompañamiento al Gobierno. Está convencido de que lo que Milei intenta instrumentar es lo que él procuró hacer cuando estuvo en la Casa Rosada.


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